Trump va al Congreso y advierte a los republicanos que perderán sus puestos si no derogan Obamacare
Donald Trump hizo este martes su primer viaje de proselitismo y promoción al Congreso en Washington DC. El objetivo, promover entre los representantes republicanos renuentes un voto a favor de la legislación que cambiaría la Ley de Asequible de Salud u Obamacare por la nueva Ley Estadounidense de Cuidados de Salud.
No es inusual que los presidentes vayan al Congreso in extremis a interceder por sus iniciativas de ley (el proyecto se vota el jueves en el Congreso), lo inusual es que vayan con un tono amenazante frente a la bancada de su propio partido como hizo Trump.
De acuerdo con varias fuentes reflejadas en medios especializados, el presidente le dijo a los congresistas que un voto negativo podría llevarlos a perder sus escaños en el Congreso e incluso habló de que muchos de ellos tuvieran que enfrentar posibles desafíos en primarias, algo que siempre teme todo representante.
“Muchos de ustedes se sumaron a la promesa de derogar y reemplazar Obamacare. Creo honestamente que muchos de ustedes perderán sus escaños en 2018 si no logran esto”, dijo Trump con relación al proyecto para reemplazar aspectos básicos de Obamacare que la cámara baja votará este jueves.
Por regla general, la Casa Blanca, a través de su principal negociador parlamentario, el vicepresidente, suele ser más amable a la hora de buscar votos. Ese tipo de amenazas está a cargo de grupos de presión, que ponen campañas contra congresistas que no voten según sea el gusto del Ejecutivo o financian las primarias de contrincates a parlamentarios en ejercicio.
En la mira presidencial
El resultado de la votación del jueves será un indicativo del poder de negociación de Trump, autor de 'El Arte del Negocio', y quien como empresario se ha vanagloriado de sus técnicas para convencer a los otros, bien por las buenas o por las no tan buenas.
Aunque el presidente sea novato en estas lides parlamentarias, estuvo acompañado por dos excongresistas que con seguridad pudieron ayudarle a navegar los pasillos del Capitolio: el secretario de Salud y Servicios Humanos Tom Price y el director de presupuesto de la Casa Blanca Mick Mulvaney.
El presidente destacó al jefe del llamado Freedom Caucus, que recoge a los congresistas más conservadores del Partido Republicano, Marck Meadows, quien es un duro opositor al plan presentado por el liderazgo para desmontar Obamacare.
“Estoy detrás de ti”, le dijo Trump a Meadows en medio del encuentro, aunque algunas fuentes dicen que más que una amenaza fue una broma.
Aunque no parece que el señalado se lo haya tomado muy a la ligera, de acuerdo con la reacción que tuvo al salir de la reunión.
“Yo trabajo al disposición de la gente del oeste de Carolina del Norte, y cuando sirves a su disposición, son sólo esas 750,000 personas las que te pueden mandar a casa (…) Es un trabajo temporal, y eso lo he sabido desde el primer día”, dijo Medaows minutos después de las palabras de Trump.
Muchos del Freedom Caucus siguen sin estar convencidos de la propuesta, pese a los cambios y ajustes de última hora que se le incorporaron la noche del lunes, precisamente para deponer la oposición de los más conservadores.
Para aprobar la Ley Estadounidense de Cuidados de Salud hace falta el voto de 216 congresistas (de los 237 que tiene el Partido Republicano), pero el Freedom Caucus tiene los puestos suficientes para torpedear la nueva ley, si damos por descontado que ningún demócrata apoyará la derogación de Obamacare.
Las modificaciones anunciadas el lunes incluyen cambios sustanciales a los recortes de impuestos y provisiones para modificar el Medicaid, el programa federal-estatal que ayuda a los pobres y discapacitados.
También se la dará a los estados más competencias para istrar la reforma en detrimento del gobierno federal y por el otro ofrecen ayudas a las personas mayores para adquirir un seguro, puesto que serán uno de los grupos más afectados por la derogación de Obamacare.
Los cambios no aseguran aún la aprobación de la medida este jueves en la Cámara de Representantes y después continúa su trámite en el Senado –donde los republicanos también son mayoría pero con un margen más estrecho–, y será en esta cámara donde tendrán que librar la batalla más dura.
El público continúa dividido sobre si se debería derogar Obamacare, con un 51% que se opone y un 45% a favor, según una encuesta realizada por la Fundación Kaiser Family, que cita el diario USAToday.