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    ¿Y si los hispanos se vengan de Trump en las elecciones de 2018?

    El presidente destruyó la teoría que aseguraba que para ganar la Casa Blanca era necesario el voto latino, pero el cambio demográfico es imparable y los demócratas creen que en la elección de medio término el voto hispano será clave para recuperar el control del Congreso. En su lista de los congresistas republicanos más vulnerables figuran más de una decena que compiten en "distritos latinos".
    25 Abr 2017 – 05:11 PM EDT
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    Protesta de activistas de inmigración en febrero a las puertas del Elizabeth Detention Center en Elizabeth, Nueva Jersey. Crédito: Getty

    El voto hispano ha pasado de moda desde la victoria de Donald Trump. Ahora los reyes son los votantes blancos del Medio Oeste y el laboratorio perfecto para tomarle el pulso al país es un diner de un pueblito en la Pennsylvania postindustrial.

    Pocos demócratas y comentaristas liberales parecen animados a pregonar el poder del voto latino después del estrepitoso fallo de las predicciones de la campaña presidencial cuando casi todos aceptaban que los latinos se movilizarían de una forma sin precedentes contra los insultos y planes radicales de Trump.

    Los resultados fueron decepcionantes. Las encuestas a pie de urnas mostraron que Barack Obama había ganado el voto latino por 71% frente al 27% del republicano moderado Mitt Romney. Sin embargo, estos datos han sido cuestionados por expertos que advierten que las encuestas a pie de urna no son suficientemente precisas para medir subgrupos de población.

    La tasa de participación de los latinos, que históricamente ha sido mucho más baja que la de otros grupos, se conocerá pronto cuando el censo publique su reporte sobre la elección con detalles demográficos. Pero en lo que respecta al porcentaje del total de votantes, los latinos supusieron el 11%, poco más del 10% de 2012.

    Así las cosas Trump destruyó una de las teorías que parecían más sólidas previas a la elección: la idea de que sin los latinos no hay camino a la Casa Blanca. El republicano no solo demostró que es posible ganar sin ellos, sino que también lo es ganar contra ellos.

    Pero aunque 2016 no fuera la hora de los hispanos, todavía hay quien cree que el "gigante dormido" despertará pronto. De hecho, el momento podría ser tan pronto como la elección de mitad de periodo en 2018.

    Desoyendo a los escépticos, los líderes demócratas del Congreso confían en que los hispanos serán clave en 2018 cuando necesitarán ganar al menos 24 escaños para recuperar el control de la Cámara Baja. Buena parte de los más de 60 congresistas republicanos considerados vulnerables por el Comité de Campaña Demócrata del Congreso (DCCC por sus siglas en inglés) se encuentran en estados con alta presencia de hispanos (California, Arizona, Texas, Nueva York, Nueva Jersey y Florida).

    Algunos de estos estados, como Texas o Arizona, son territorio rojo donde Trump ganó por distancias menores a las habituales para un republicano, lo que sugiere que el cambio demográfico en esta zona del país está comenzando a sentirse.

    Si miramos con lupa esa misma lista, de los 23 congresistas republicanos que se encuentran en distritos ganados por Clinton, 13 representan distritos con alta presencia de latinos. En ellos el DCCC está incrementando su ofensiva con campañas publicitarias en español e inglés. En febrero, el DCCC pagó una campaña en Twitter atacando a estos congresistas por sus posiciones respecto a Obamacare. En comunicados de prensa, han atacado a estos mismos republicanos por no criticar la deportación del dreamer Juan Manuel Montes, una prueba más de que los líderes demócratas siguen creyendo que el "efecto Trump" movilizará a los latinos.

    Los republicanos vulnerables en "distritos latinos"
    Lista del Comité de Campaña Demócrata del Congreso con los congresistas republicanos que compiten en distritos con alta presencia de latinos donde Clinton ganó a Trump en la elección presidencial. En paréntesis el porcentaje de ciudadanos latinos en edad de votar.
    FUENTE: DCCC | UNIVISION

    Estos distritos republicanos donde Clinton ganó son una rareza en tiempos en que es cada vez más raro que un votante divida su voto entre partidos. Pueden ser el mejor objetivo para los demócratas, pero algunos están ocupados por congresistas de renombre con una base de votantes fieles. Por ejemplo, en principio los demócratas tienen más difícil desbancar a Ileana Ros-Lethinen, congresista por Florida desde 1989, que a su compañero de banca también por Florida Carlos Curbelo, que ocupa escaño desde 2015. No debe sorprender que estos republicanos en riesgo sean los que más se distancian del presidente en algunos casos criticándole por sus posturas contra los inmigrantes. En el caso de Ros-Lethinen y Curbelo votan con su partido en menos del 90% de las ocasiones.

    Aunque necesitarán una movilización masiva, los demócratas están confiados en que la impopularidad de Trump y la energía de las bases les ayudarán a recuperar el control de la Cámara Baja en noviembre de 2018. Les respalda también la historia reciente. Desde 1982, el partido del presidente ha perdido de media 28 asientos en la primera elección de medio término.

    Los demócratas se han animado con los buenos resultados en las elecciones especiales para los escaños vacantes. En Kansas, James Thompson se quedó el 11 de abril a siete puntos de la victoria en un distrito congresional sólidamente republicano. En otro distrito republicano en Georgia, Jon Ossof ganó en la primera ronda la semana pasada pero no cruzó el umbral del 50% necesario para hacerse con la victoria e irá a una dura segunda ronda en junio.

    El director de medios hispanos del DCCC, Javier Gamboa, le dijo a Univision Noticias que el partido está realizando una ofensiva sin precedentes para movilizar a los hispanos. "Comparado con otros ciclos pasados, el comité ha contratado más temprano que nunca en esta ocasión a una persona pagada a tiempo completo para enfocarse en comunicación con los hispanos", añadió Gamboa. El líder del DCCC, el congresista Ben Ray Luján, es el primer latino que preside este órgano.

    Otros congresistas republicanos en distritos con gran presencia latina que se ven amenazados son Mario Díaz Balart, de Florida (con 67.1% de latinos elegibles para votar),Will Hurd, de Texas (61.2%), Jeff Denham, de California (28.1%), Steve Knight, de California (26.3%) y Martha McSally, de Arizona (19.9%).

    Los cambios en el territorio republicano que se hispaniza

    Texas
    Crecimiento del porcentaje de hispanos elegibles para votar y cambio del voto entre las elecciones presidenciales de 2012 y 2016
    Ascenso electoral hispano
    2012
    2016
    FUENTE: Pew Hispanic Center | UNIVISION
    Arizona
    Crecimiento del porcentaje de hispanos elegibles para votar y cambio del voto entre las elecciones presidenciales de 2012 y 2016
    Ascenso electoral hispano
    2012
    2016
    FUENTE: Pew Hispanic Center | UNIVISION
    Nevada
    Crecimiento del porcentaje de hispanos elegibles para votar y cambio del voto entre las elecciones presidenciales de 2012 y 2016
    Ascenso electoral hispano
    2012
    2016
    FUENTE: Pew Hispanic Center | UNIVISION
    Colorado
    Crecimiento del porcentaje de hispanos elegibles para votar y cambio del voto entre las elecciones presidenciales de 2012 y 2016
    Ascenso electoral hispano
    2012
    2016
    FUENTE: Pew Hispanic Center | UNIVISION

    Un asunto que afecta al papel de los hispanos en 2018 son algunas iniciativas republicanas que son vistas como intentos de suprimir el voto de las minorías como las tarjetas exigidas para votar o la manipulación de los límites de distritos congresionales. En Texas aún están siendo dirimidos en los tribunales pleitos de ese tipo.

    En el senado, la batalla se presenta complicada a pesar de que los demócratas solo necesitan desbancar a dos republicanos para arrebatarles la mayoría actual de 52-48. El motivo es que 25 de los 34 escaños de senador que deben ser renovados son ocupados por demócratas, 10 de ellos en estados que Trump ganó.

    Aquí, los demócratas esperan que los hispanos impulsen a su candidato al senado en Texas -que se espera surja de la batalla en primarias entre el congresista Beto O'Rourke y el exsecretario de Vivienda Julián Castro- para plantar cara al republicano Ted Cruz. Ningún demócrata ha ganado una elección al Senado en Texas desde 1988 pero esta es la primera vez en mucho tiempo que los demócratas guardan esperanzas en una carrera de este tipo.

    Un grupo cercano a los demócratas que está impulsando la participación de los latinos es Latino Victory Project (LVP), que tiene ambiciosos planes de expansión por el territorio de cara a la elección de medio término, con nuevas oficinas en Georgia, Florida, Arizona y Nueva York.

    "Hemos visto un crecimiento histórico en el número de latinos interesados en lanzarse para oficinas electas a desafiar a los republicanos", le dice a Univision Noticias Jorge Silva, asesor de comunicaciones de LVP. Su grupo contribuyó a la elección de siete latinos demócratas al Congreso en la elección pasada, entre ellos la primera senadora latina Catherine Cortez-Masto.

    ¿Fin del cortejo a los hispanos?

    A algunos demócratas les molesta la continuidad de la política identitaria. La derrota presidencial ha activado un debate sobre el rumbo que debe seguir el partido y algunos creen que para ganar a los votantes blancos habrá que disminuir el énfasis en los mensajes dirigidos a las minorías. Piden abandonar la teoría de que el cambio demográfico conducirá irremediablemente a victorias demócratas, como pronosticaron en 2002 John B. Judis y Ruy Teixeira en su libro "The Emerging Democratic Majority".

    Algunos opinan que los demócratas deben dejar de tratar a los votantes como si fueran una casilla que hay que tachar en un formulario del censo. "Un nuevo camino a la mayoría requerirá tener por objetivo comunicaciones, ideas políticas y atractivos basados en valores, creencias y experiencias y no simplemente en la edad o la raza", recomienda un reporte de la consultora Third Way, uno de muchos analizando las causas de la derrota en noviembre.

    El ascenso de los números de los latinos no se ha producido de modo homogéneo por el país, advierten las autoras del reporte de Third Way, Lanae Erickson Hatalsky y Jim Kessler. Los latinos representan un 10% de las personas elegibles para votar en solo 11 estados y son menos del 5% en 27 estados. Solo hay nueve distritos congresionales en los que el 50% de los elegibles para votar son latino. Por contra, en 275 distritos congresionales, los latinos representan menos del 10% de los votantes.

    A consecuencia de su énfasis en las minorías y en los millennials, los demócratas parecen "un partido regional y no nacional, competitivo sobre todo en las costas y los enclaves urbanos", critican Erickson Hatalsky y Kessler.

    Quienes piden un cambio alertan de que la crisis demócrata no comenzó con la derrota contra Trump. Desde el momento de máximo poer en 2009, los demócratas han perdido el 20% de los escaños del senado que ocupaban, el 25% de los escaños de la Cámara de Representantes, 45% de las gobernadurías y el 53% de las cámaras legislativas estatales.

    Pero algunos sienten que el partido no ha hecho propósito de enmienda y sigue en la línea previa a la elección de noviembre. "La sabiduría convencional que dice que la manera de llegar a los latinos debe ser a base de mensajes sobre inmigración debe repensarse", dice a Univision Noticias Roberto Suro, exdirector del Pew Hispanic Center y profesor de periodismo en la University of Southern California.

    "En la primaria democrática se vio un movimiento de jóvenes latinos a favor de Bernie Sanders que no fue a base de inmigración sino de otros temas y había mucha energía", señala Suro, quien resalta la popularidad del senador de Vermont en California donde reside la mayor concentración de hispanos de segunda generación.

    Quienes abogan por seguir cortejando a los hispanos, advierten que muchos han leído mal los resultados de la elección de noviembre.
    Hillary Clinton ganó el voto popular por casi tres millones de votos y los demócratas tuvieron ganancias en estados donde ha crecido el número de hispanos. Por ejemplo los hispanos fueron cruciales para que Michael Bennet ganara la carrera para el Senado en Colorado o para empujar a Arizona a la columna de los estados péndulo.

    También está en cuestión el resultado del sondeo a pie de urna comisionado por las grandes cadenas de televisión. Según los datos de la consultora Latino Decisions, que trabajó para la campaña de Clinton, el porcentaje real de apoyo a Trump fue de 18% y no de 29%.

    El pronosticador electoral Alan Abramowitz cree que un error a la hora de valorar el ascenso demográfico del electorado latino es asumir un cambio de la noche a la mañana.

    "No creo que vaya a haber un momento específico cuando vayas a decir éste es el momento, ésta es la elección en la que el gigante dormido se despertó", valora en conversación con Univision Noticias. "Creo que es un cambio que está ocurriendo gradualmente".

    El resultado de la elección pasada no se explica tanto por una baja movilización de latinos, sino por una alta participación de votantes blancos, indica Daniel Smith, politólogo de la University of Florida.

    "Los demócratas serían ingenuos creyendo que perdieron la elección presidencial porque pusieron demasiado énfasis en los votantes hispanos y de otras minorías", le dice a Univision Noticias. "La elección aquí en Florida fue decidida por los blancos, en especial por los que decidieron su voto en el último minuto".

    En opinión de Smith y otros expertos, lo que está sucediendo ahora con Trump a nivel nacional, tiene un antecedente en la California de los años 90, un estado donde el cambio demográfico fue temprano. En los años 90, los votantes hispanos repartían su voto entre republicanos y demócratas pero una serie de medidas impulsadas por republicanos como la proposición 187, una ley que negaba el de los indocumentados a la educación y sanidad pública, o las campañas por el "English only" provocaron un alineamiento del voto hispano con los demócratas.

    "Los demócratas necesitan seguir enfocándose en el poder del voto de las minorías", concluye Smith, "No hay duda sobre eso. ¿Serán ellos suficientes en 2018? ¿En 2020? No lo sé, pero el cambio es inevitable. Estamos viendo un cambio lento pero duradero".

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