Prueba de la nueva Toyota C-HR
La siguiente es una nota sobre una prueba de manejo de la versión europea de la nueva Toyota C-HR, la nueva mini crossover de Toyota que acaba de hacer su debut estadounidense en el Auto Show de los Angeles 2016. La C-HR fue mostrada por primera vez al público la primavera pasada en el Auto Show de Ginebra y ya comienza a llegar a los concesionarios de la marca japonesa en Europa donde tuvo lugar la prueba en manos de los expertos de Periodismo del Motor. Las especificaciones y características del vehículo probado pueden no corresponder con el vehículo que finalmente será vendido en nuestro lado del Atlántico, por ejemplo en España, a diferencia de los Estados Unidos, la Toyota C-HR será vendida únicamente con tren motriz híbrido.
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Con el nuevo C-HR, Toyota quería crear un todocamino que se distanciara de la competencia apostando por ofrecer una imagen exterior llamativa y diferente, un habitáculo plagado de detalles de diseño y cargado con las últimas tecnologías y todo ello apoyado en un sistema de propulsión híbrido que se beneficia de toda la experiencia de la compañía en este campo. El resultado es el Toyota C-HR que pruebo por primera vez por las carreteras de Madrid en una toma de o que me ha servido para descubrir más en profundidad al modelo que, por dimensiones y precio, apunta directamente contra los más fuertes del segmento de los SUV compactos.
Y es que aunque no lo parezca, con sus 4,36 metros de longitud, el Toyota C-HR pelea directamente con coches como el Nissan Qashqai o como el recientemente introducido Kia Niro, que como el japonés, equipa un sistema de propulsión híbrido. Pero ninguno de estos dos que he mencionado luce un exterior tan llamativo como el de Toyota, pues la marca ha conseguido crear un vehículo que combina con habilidad rasgos de diferentes conceptos de coches, como son, por ejemplo, los todocaminos y los coupés, representados en este caso gracias a unos musculosos pasos de rueda y a una línea de techo descendente, respectivamente.
Diseño acompañado de tecnología, ya que esos faros delanteros afilados que se extienden desde la parte central del frontal hasta bien entradas las aletas pueden ser de ledes para todas sus funciones (al igual que los antiniebla o los pilotos, en función del acabado) y montar un sistema de intermitencia dinámico, algo que hasta hace poco solo podíamos encontrar en coches mucho más caros y exclusivos, como en este Audi R8 que probamos hace unos meses. Pero el conjunto no estaría completo sin un habitáculo a la altura del exterior y en este sentido, el Toyota C-HR Dynamic Plus que pruebo no decepciona.
Al abrir la puerta y sentarme en el asiento, cosa que no requiere prácticamente esfuerzo por la altura a la que este queda situado, lo primero que llamó mi atención fue lo cómodo que me encontré y el llamativo aspecto del salpicadero. Este está orientado hacia el conductor, transmite una gran sensación de calidad y robustez y está coronado por una gran pantalla táctil de 8 pulgadas con el sistema Toyota Touch 2 & Go, que viene de serie en los cuatro acabados disponibles para el C-HR Hybrid: Active, Advance, Advance Plus y Dynamic Plus.
Y ya que señalo ese elemento como parte de la dotación de serie, quiero remarcar que incluso en el acabado más bajo que ofrecen ahora el equipamiento es muy completo, característica que se incremente a medida que subimos de nivel de terminación. Independientemente de la versión escogida, el nuevo Toyota C-HR viene de serie con avisador de cambio involuntario de carril, control de crucero adaptativo, climatizador bizona, sensores de lluvia y luminosidad, retrovisor interior fotosensible y exteriores calefactables y plegables eléctricamente, sistema de y arranque manos libres o una pantalla a color de 4,2 pulgadas en el cuadro de instrumentos, entre otros.
Con sus 4,36 metros de longitud, el C-HR es 1,7 cm más corto que un Qashqai y 0,5 cm más largo que un Niro. Si atendemos a la batalla, que es la que en mayor medida determina la habitabilidad y la capacidad de carga, veremos que el Toyota es ligeramente más pequeño que los productos de Nissan y Kia. Esto, unido a las formas de su carrocería, que tiene una caída de techo muy marcada, hacen que el C-HR sea el que menos maletero ofrece de los tres: 377 litros frente a los 430 del otro japonés y los 401 litros del surcoreano. Lo bueno es que las formas del maletero son muy regulares, lo que sin duda ayuda a que podamos aprovechar todo el espacio disponible.
Las plazas delanteras (he tenido oportunidad de viajar también como copiloto durante la prueba del C-HR) me han parecido amplias y cómodas. En el caso del acabado Dynamic Plus, los asientos tapizados en cuero negro incluyen calefacción, al igual que el volante, algo que agradecerán especialmente aquellos que vivan en lugares con climas fríos. Las plazas posteriores, que cuentan con anclajes ISOFIX en los laterales, también me han parecido cómodas y lo suficientemente amplias; la única pega en este sentido viene como consecuencia de su diseño exterior: al contar con una línea de cintura tan alta, la visibilidad lateral de los ocupantes de la segunda fila se ve limitada, que no así la frontal, que es igual que en cualquiera de sus competidores.
Toyota ha hecho un gran esfuerzo para asegurarse de que dinámicamente, el nuevo Toyota C-HR esté a la altura de lo que esperan los conductores europeos. Así, partiendo de la base de la plataforma TNGA (la misma que emplea el Toyota Prius), ha apostado por reducir el centro de gravedad hasta el punto de que afirman que es el más bajo de la categoría, lo que unido a la rigidez estructural del conjunto, en teoría da como resultado un coche más ágil de reacciones. En la práctica, se nota que el C-HR cambia de dirección con suma facilidad, con un paso por curva preciso y estable en todo momento.
Aunque en otros mercados se ofrece con más opciones mecánicas, en España el Toyota C-HR es híbrido únicamente. Comparte su sistema de propulsión con el Prius, compuesto por un motor térmico y otro eléctrico que en conjunto, producen una potencia de 122 CV, que son enviados exclusivamente a las ruedas delanteras. La última evolución del sistema Full Hybrid de Toyota resulta muy agradable de utilizar, pues llega una menor cantidad de ruido al habitáculo cuando aceleramos con intensidad, lo que contribuye a que los desplazamientos sean más confortables. Las prestaciones son suficientes como para desenvolverse sin esfuerzo entre el tráfico y realizar adelantamientos con seguridad, al menos con dos ocupantes a bordo.
En función de la versión escogida, el consumo de carburante varía (como consecuencia del diferente diámetro de las llantas) entre los 3,6 y los 3,9 l/100km. Aunque es un dato poco relevante por la escasa distancia recorrida, durante la prueba del Toyota C-HR Hybrid, en la que realicé un recorrido que combinó carreteras secundarias, ciudad y vías rápidas, logré un gasto de combustible que se quedó por debajo de los 5 litros por cada 100 kilómetros.
En definitiva, esta primera toma de o con el Toyota C-HR me ha servido para comprobar que la marca ha creado un SUV que, por estética y tecnología de propulsión, es diferente al resto de candidatos del segmento. Y ser diferente en esta época es algo bueno, pues son muchos los compradores que buscan coches más especiales, vehículos que reflejen su personalidad y eso es algo en lo que el C-HR tiene mucho que decir. Suma a esto su competitiva relación entre precio y equipamiento (la gama parte, sin descuentos, de 24.250 euros) y entenderás por qué este modelo resulta tan interesante.
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La anterior prueba de manejo fue llevada a cabo por nuestros amigos de Periodismo del Motor en España quien es el único responsable por la información y datos contenidos en el artículo.