Meses atrapados, pánico a la oscuridad o encontrar trajes de buzo pequeños: las variables del rescate de los niños en la cueva de Tailandia
El agua de lluvia que inundó amplias zonas del complejo de cuevas Tham Luang, en Tailandia, en el que quedaron atrapados desde el pasado 23 de junio 12 niños de un equipo de fútbol y su entrenador han empezado a bajar gracias a los esfuerzos de las autoridades que drenan las cuevas desde hace varios días.
Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos que han logrado que al menos 1,5 kilómetros de la gran cueva se puedan recorrer sin necesidad de equipos de buceo, la galería más cercana a los jóvenes atrapados aún tiene agua hasta el techo, imposibilitando que los niños puedan salir.
Con el temor inminente de que las aguas vuelvan a subir por los pronósticos climáticos que vaticinan lluvias torrenciales para este fin de semana, los equipos de rescate trabajan a contra reloj para encontrar una salida segura para este complicado rescate. El hecho de que los niños estén atrapados por el agua y no sepan ni nadar ni bucear, la falta de luz y la falta de equipos ideales para sus tamaños son algunas de las vicisitudes más particulares con las que los equipos de rescate están teniendo de que lidiar en esta operación.
1. Además de las lluvias: la oscuridad
La oscuridad en la cueva en donde llevan más de 13 días atrapados los niños es tal que una de las primeras preguntas que hicieron cuando vieron los buzos rescatistas fue: ¿cuántos días han pasado? Al no tener presencia de luz los pequeños habían perdido la noción del paso del tiempo.
Pero la oscuridad contundente que hay en esta cueva trae consigo consecuencias mucho más serias que la simplemente la pérdida de la diferencia entre el día y la noche. De hecho, uno de los grandes temores que tienen los buzos que intentan entrenar a los niños para que puedan cruzar las aguas que los tienen atrapados en las cuevas con tanques de oxígeno es la oscuridad absoluta que tendrán que enfrentar y el consecuente pánico que puede traer esta experiencia estando bajo el agua.
A los buzos profesionales les ha tomado en promedio seis horas llegar a donde están los niños y cinco horas regresar, eso considerando que están entrenados para bucear y lidiar con condiciones complicadas.
El tiempo que demorarían los niños, siendo buzos e incluso nadadores inexpertos, puede ser considerablemente superior. “En la ruta que puede llevar a los niños de la cueva en donde están refugiados a la superficie tendrán que lidiar con escombros que obstruyen algunos de los pasadizos, altos niveles de agua con fuertes corrientes contra las cuales luchar y una visibilidad nula en la oscuridad y aguas fangosas”, explicó Thomas Hester, detective superintendente del grupo especializado de respuesta de la policía australiana involucrada en este rescate.
Este ha sido un punto tan importante en la planeación de este rescate que uno de los factores que los rescatistas creen puede ser determinante para el éxito de la misión es que los niños confíen plenamente en los buzos que los van a guiar por el camino. "Cada uno de estos muchachos debe tener un vínculo sólido con la persona que lo sacará. Ese vínculo emocional es imprescindible para el éxito de cada uno de estos chicos que salen", explicó le al diario The Guardian, Butch Hendrick, presidente del Sistema de Salvavidas de Estados Unidos y veterano buzo.
2. 12 trajes de buceo para niños
En medio de la premura con la que deben actuar las autoridades para tomar la mejor decisión en el rescate de los 12 niños atrapados en las cuevas, uno de los recursos que han empezado a buscar, contemplando la posibilidad de sacarlos buceando con tanques de oxígeno, es justamente encontrar trajes de buceo que se ajusten a sus medidas pequeñas. El buceo infantil es escaso por lo que “esos trajes y máscaras no los vamos a encontrar por ahí, hay que mandarlos a hacer a contra reloj”, Butch Hendrick.
Los niños necesitarán unas máscaras que se ajusten bien a sus rostros y les ayude a respirar, pero que ademán los proteja de las aguas polutas en las que van a tener que nadar. Los trajes parecen indispensables para protegerlos de las bajas temperaturas de las aguas que inundan la cueva.
Justamente en las primeras horas de la mañana de este jueves, el gobernador de la zona Narongsak Osatanakorn informó que se habían hecho la solicitud oficial de los 12 equipos de buceo para los niños y el del entrenador para tener el equipo completo en la cueva en caso de que haya que sacarlos incluso sin tener 100% de preparación.
3. Esperar bajo tierra más de dos meses
Una de las posibilidades que contemplan las autoridades tailandesas en el rescate de los 12 niños ante la complejidad de las condiciones para sacarlos de la cueva buceando, es dejarlos en donde están, asistirlos con lo que puedan necesitar y esperar a que la temporada del monzón termine para que así las aguas bajen y los niños puedan salir caminando como entraron.
Tailandia tiene básicamente tres temporadas: la caliente, la fría y la de lluvias. La temporada de lluvias es causada por el monzón del suroeste que comienza en India, antes de barrer una corriente continua de alta presión y aire húmedo del Océano Índico hacia Tailandia. El monzón también coincide con el posicionamiento de Tailandia en el cinturón de lluvia tropical del sudeste asiático, también conocido como la Zona de Convergencia Inter-Tropical. Esto significa potencialmente más lluvia y ciclones tropicales que en la mayoría de los lugares del planeta.
Crear las condiciones para que los niños sobrevivan bajo tierra hasta que las duras lluvias den una tregua significaría una espera más o manos hasta octubre, mes en el que la temporada termina. Eso significaría un potencial tiempo de espera mayor a los 69 días que permanecieron los mineros de chile atrapados bajo tierra en San José y que marcó un Récord Guiness.
4. Las inundaciones precupan más
En los videos que han sido publicados del momento en el que los primeros buzos encontraron a los niños se puede oír cómo los pequeños claman por comida. Para el lunes, cuando finalmente se supo que el equipo de 12 jugadores fútbol que se había perdido en la cueva estaba vivo los niños llevaban 10 días sin comer. Aunque considerando las condiciones en las que fueron encontrados, los expertos vaticinan que ellos debieron llevar consigo o encontrar en la cueva algún tipo de agua potable.
A pesar de que el primer impulso de los niños sea pedir comida, en realidad, como se lo manifestó el doctor Eric Lavonas a The New York Times, “el alimento no es una prioridad, la prioridad es ponerlos en un lugar seguro”, explicó el especialista que recalcó la extraordinaria capacidad del cuerpo humano de sobrevivir sin alimento.
Aunque hay un montón de variables que están en juego al momento de definir cuánto puede resistir un cuerpo humano sin alimentos hay historias que han dejado de manifiesto que hay personas que ha resistido entre 30 y 40 días sin ingerir alimentos pudiendo mantenerse hidratados.