¿Tomar antidepresivos en el embarazo aumenta el riesgo de autismo u otras condiciones en el bebé? Un estudio arroja respuestas
Durante años ha habido temores sobre el embarazo y sus posibles efectos sobre el bebé, pero ¿tienen fundamento? Un estudio a gran escala ofrece finalmente respuestas.
Tras seguir a 145,000 mujeres en EEUU y sus hijos durante 14 años, autores de la investigación publicada en la publicación JAMA Internal Medicine, no encontraron ninguna asociación entre el consumo de estos fármacos y el desarrollo de problemas como autismo, déficit de atención (TDAH), trastornos del comportamiento, del desarrollo del habla, lenguaje, aprendizaje o discapacidades intelectuales.
“Creemos que estos resultados son reconfortantes en lo que se refiere a preocupación sobre los potenciales efectos en el desarrollo neurológico del niño, especialmente para diagnósticos que preocupan mucho a las madres como el autismo”, dice a CNN, Elizabeth Suarez, autora del paper y profesora del Centro de Farmacoepidemiología y Ciencias de Tratamiento del Instituto Rutgers para la Salud.
“Este es realmente un estudio importante. Mujeres y médicos con frecuencia se preocupan por el uso de antidepresivos durante el embarazo y a veces deciden detener repentinamente estas medicinas tan pronto reciben el resultado positivo”, agrega Carmine Pariante, profesora de psiquiatría biológica del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King College de Londres.
Para ella, la investigación demuestra que la aparente asociación vista en el pasado entre el riesgo de autismo u otros desórdenes y el uso de antidepresivos es inexacta y responde en realidad al efecto en sí mismo de la depresión o a factores de riesgo asociados a ella, pero no a los fármacos.
El carácter observacional de análisis anteriores, así como el hecho de que no tomaran en cuenta otros factores como obesidad, inflamación o estrés maternal ha llevado a cuestionar la veracidad de sus resultados.
Pero igualmente esas sospechas han incidido en las decisiones de algunas madres durante años, contribuyendo al estigma en torno al uso de antidepresivos durante el embarazo y desviando la conversación más hacia sus riesgos, en vez de sus posibles beneficios.
“Resultados de investigaciones previas en torno al tema habían tenido resultados contradictorios. Debido a nuestra extensa muestra y el cuidadoso diseño del estudio, creemos que el nuestro ofrece claridad que podría ayudar a las pacientes y médicos a tomar decisiones de tratamiento durante el embarazo”, explica Suárez a CNN.
No tratar la depresión acarrea riesgos para madre e hijo
1 de cada 5 mujeres embarazadas sufre de algún problema de salud mental según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés).
Más del 13% de los adultos estadounidenses se medican con antidepresivos.
Una depresión, una ansiedad u otros trastornos psiquiátricos no tratados también pueden perjudicar al feto. Por ejemplo, una mujer deprimida puede saltarse importantes citas prenatales, no alimentarse bien, abusar del alcohol u otras drogas y no cuidarse apropiadamente.
Tiffany Moore Simas -vocera del Colegio Estadounidense de Obstetricia y Ginecología- explica a CNN que la ausencia de tratamiento para problemas de salud mental en las madres ha sido ligada a secuelas como óbito, parto prematuro, restricción del crecimiento, bajo peso al nacer y otros resultados adversos en el desarrollo neurológico del bebé.
“Bebés saludables necesitan a madres saludables”, insiste y aclara que “debemos dejar de juzgarlas por hacer lo que tienen que hacer para cuidarse”.
La investigación en cuestión solamente se limitó a evaluar si los antidepresivos estaban asociados a problemas neurocognitivos o de desarrollo en el bebé. No incluyó otros problemas de salud.
La evidencia apunta a que puede haber una relación entre algunos antidepresivos -específicamente la fluoxetina y paroxetina- con algunos defectos congénitos, no obstante, los CDC aclaran que, aunque el riesgo aumente ligeramente, este sigue siendo excesivamente bajo.
“Por ejemplo, los riesgos de defectos cardíacos con obstrucción del tracto de salida del ventrículo derecho podrían aumentar de 10 por 10,000 nacimientos a alrededor de 24 por 10,000 nacimientos entre los bebés de mujeres que reciben tratamiento con paroxetina al principio del embarazo”, explica la agencia.
“No consideramos otros posibles efectos adversos en nuestro estudio. Nuestros resultados para los trastornos del neurodesarrollo deben sopesarse con el riesgo de otros, como un pequeño aumento potencial en las probabilidades de parto prematuro, y los beneficios del tratamiento”, agrega Suárez.
Si estás embarazada y te sientes excesivamente decaída o preocupada, es momento de hablar con tu médico quien podrá orientarte sobre tus opciones.