Por qué algunos se están poniendo una cuarta (y hasta una quinta) dosis de la vacuna si las autoridades no lo han autorizado
Todavía no hay evidencia contundente de que sean necesarias, seguras o efectivas para la población general, ni está recomendado por la máxima autoridad sanitaria del país, pero en EEUU ante la amenaza de vacuna contra el covid-19.
Lo hacen al margen de las recomendaciones oficiales que en el país todavía no estipulan su uso, salvo para pacientes inmunosuprimidos (con enfermedades o tratamientos que comprometen su sistema inmune) que -según los lineamientos actualizados en octubre- son elegibles a una cuarta dosis seis meses después de haber recibido la tercera, lo que implica que los primeros en recibirla podrían hacerlo a partir de febrero.
Israel acaba de anunciar que ofrecerá una cuarta dosis a personas mayores de 60 y trabajadores médicos, luego de que resultados preliminares demostraran que aumenta los anticuerpos y que los efectos secundarios son similares a los de la tercera.
“Para mí es emocionante recibir esta cuarta dosis, el segundo refuerzo de la vacuna”, dijo el ministro de salud de ese país, Nachman Ash al ponérsela advirtiendo que, ante la amenaza de una variante tan contagiosa como ómicron, “la mejor respuesta es la vacunación”.
Pero muchos expertos consideran que para la población general se trata de algo precipitado e innecesario que atenta con la capacidad de vacunar a millones de personas que ni siquiera han podido recibir la primera dosis en otras partes del mundo.
“Desde el punto de vista de variantes, mientras no se vacune al resto de la población mundial seguirán apareciendo variantes y se abre la puerta a que aparezca una peor”, dice a Univisión Noticias el inmunólogo venezolano Fernán Caballero, quien incluso considera la aprobación de la dosis de refuerzo en adolescentes de 12 a 15 años en EEUU “un contrasentido”, pues todavía quedan millones de jóvenes por vacunar en el mundo.
Para él, “no es que el uso de una cuarta dosis sea descabellado desde un punto de vista inmunológico para cierto grupo de pacientes, pero no es algo que ha sido considerado por las máximas agencias sanitarias como los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades y otros organismos multilaterales y no tiene sentido hoy por hoy”.
¿Corren algún peligro las personas que logren la manera de ponerse estos refuerzos adicionales no aprobados?
“No creo que hay riesgo en ponerse una cuarta, quinta o sexta dosis, pero el punto no es ese, es que es no es necesario por ahora, ni está recomendado”, responde el inmunólogo Fernán Caballero.
¿Debo ponerme una cuarta dosis de la vacuna? Hay que apegarse a los lineamientos oficiales
En EEUU la FDA y los CDC son los encargados en decidir cuándo y si se necesitan dosis adicionales, así como para quiénes.
La FDA no recomienda que las personas se fíen de pruebas de anticuerpos para medir su grado de inmunidad ante el coronavirus.
Las farmacias y centros suelen tener a una base de datos con el tipo de vacuna y cantidad de dosis que ha recibido cada uno, lo que dificulta que cualquiera que desee pueda ponerse dosis adicionales arbitrariamente.
En el caso de medicinas o vacunas completamente aprobadas -como la de Pfizer- habitualmente los médicos tienen licencia para recetarlas fuera de los usos recomendados, pero para hacerlo deben firmar un documento con los CDC donde asumen el riesgo de ser expulsados del plan de vacunación y de estar sujetos a demandas legales de pacientes por efectos inesperados, explica un reportaje del New York Times.
Eso es lo que, preocupadas ante el repunte de contagios y cansadas de esperar por una actualización oficial de los lineamientos de vacunación para ellos en EEUU, han hecho a lo largo de la pandemia algunas personas inmunocomprometidas que han recibido trasplantes y cuya respuesta a la vacuna suele ser insuficiente, lo que las hace más vulnerables a sufrir de una enfermedad severa.
Pero en este punto de la pandemia, para la población general simplemente es prematuro hablar de cuartas o quintas dosis cuando apenas hace poco se recomendó la tercera.
¿Una dosis más da más protección? Más dosis no necesariamente es mejor
Los anticuerpos producidos por la vacunación o una enfermedad previa ante cualquier patógeno suelen disminuir con el tiempo y los refuerzos o boosters ciertamente pueden redoblarlos, optimizando la protección contra el coronavirus.
No obstante, el organismo cuenta con una segunda línea de defensa -las células T- que, aunque no prevengan el contagio, sí pueden seguir evitando la enfermedad severa, algo que todavía se logra con las vacunas y dosis actuales ante ómicron.
En términos de inmunidad, no hay absolutos y no siempre más es necesariamente mejor, pues en cierto punto el beneficio de los refuerzos puede ser marginal y no justificarse en términos prácticos, explica un reportaje de The Atlantic.
Recibir dosis adicionales demasiado temprano puede ser contraproducente, advierte al New York Times, Shane Crotty, del Instituto de Inmunología La Jolla, explicando que la memoria a largo plazo del sistema inmune funciona mejor si hay un tiempo entre vacunas.
El llamado es a esperar que los científicos hagan su trabajo revisando la evidencia y a seguir los lineamientos de las autoridades oficiales.
