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Coronavirus

El 'Proyecto Aura': la triste historia de porqué el gobierno no tiene suficientes respiradores artificiales

Se trata de un contrato multimillionaro de hace una década para producir 70,000 ventiladores o respiradores artificiales, con una compañía en California, reveló el diario The New York Times. Pero la compañía luego fue vendida y el contrato se canceló. Ahora el gobierno esta esperando los resultados de otro contrato.
30 Mar 2020 – 02:18 PM EDT
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Un respirador artificial Crédito: Getty

La aguda escasez de respiradores artificiales en Estados Unidos esta directamente relacionada con un fracaso sorprendente de un contrato otorgado por el gobierno federal a una empresa privada en Estados Unidos que no cumplió con sus términos para producirlos, según The New York Times.

Los funcionarios de salud pública de Estados Unidos identificaron una falta crítica de respiradores artificiales desde 2006 y formularon un plan para abordar lo que consideraban una de las vulnerabilidades cruciales del sistema médico, según destaca el periódico en una investigación del contrato con una firma en California que fue concretado en 2008 y luego cancelado.

Como resultado, The New York Times alega que este fracaso en el desarrollo de un respirador artificial asequible privó al gobierno federal de la capacidad de abastecer a los hospitales.


El gobierno federal se vio obligado a negociar de nuevo con otra compañía en 2014, el fabricante holandés Royal Philips, cuyo respirador artificial, el Trilogy Evo, fue aprobado solo el año pasado y cuyos productos no se entregarán hasta más adelante este año.

Mientras tanto, a medida que el coronavirus ha comenzado a abrumar el sistema de atención médica de Estados Unidos, la escasez de ventiladores se ha convertido en una emergencia, lo que obliga a los médicos a tomar decisiones de vida o muerte sobre qué pacientes necesitan más el equipo.

Philips aumentará producción

Royal Philips anunció la semana pasada que aumentará la producción de respiradores artificiales para duplicar su número en las próximas ocho semanas para satisfacer la demanda de los hospitales con pacientes que sufren de covid-19.

Los productos más necesarios son monitores de signos vitales, respiradores artificiales portátiles y equipos médicos para tratar una variedad de afecciones respiratorias, dijo la compañía holandesa en un comunicado.


El plan original descrito por The New York Times era desarrollar una máquina portátil económica que costara solo 3,000 dólares y que pudiera desplegarse fácilmente en una pandemia de gripe u otra crisis. Eso se compara con las máquinas voluminosas actualmente en oferta que cuestan más de 40,000 dólares.

El llamado 'Proyecto Aura', se concretó tras una serie de brotes que estuvieron cerca de convertirse en pandemias: SARS, MERS, gripe aviar y gripe porcina.

“Los esfuerzos estancados para crear una nueva clase de respiradores artificiales baratos y fáciles de usar resaltan los peligros de los proyectos de 'outsourcing' (subcontratación) con implicaciones críticas de salud pública para las empresas privadas; su enfoque en maximizar las ganancias no siempre es consistente con el objetivo del gobierno de prepararse para una crisis futura", detalló The New York Times.

El doctor Thomas R. Frieden, quien dirigió los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de 2009 a 2017, le dijo a The New York Times que su agencia se dio cuenta del problema. “Innovamos para intentar encontrar una solución. Hicimos un progreso realmente bueno, pero no parece haber resultado en el volumen que necesitábamos", dijo.

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Los funcionarios federales se dieron cuenta de que los respiradores artificiales podrían salvar vidas en ausencia de medicamentos o vacunas para prevenir una nueva pandemia. Si bien la Reserva Nacional Estratégica del gobierno federal tenía respiradores en sus almacenes, no había suficientes.

70,000 máquinas

Entonces, en 2006, el Departamento de Salud y Servicios Humanos comenzó a trabajar en una solución para fabricar 70,000 máquinas. El objetivo era comenzar la produccion en 2010 o 2011, de acuerdo con los documentos presupuestarios presentados al Congreso en 2008.

Los respiradores artificiales costarían menos de 3,000 dólares cada uno y se seleccionó una pequeña empresa, Newport Medical Instruments, en Costa Mesa, California.

El contrato estipulaba que Newport recibiría 6.1 millones de dólares por adelantado, con millones de dólares más por venir cuando el gobierno compró miles de máquinas para almacenar.

En 2011, Newport envió tres prototipos funcionales de la planta de California de la compañía a Washington para que los funcionarios federales los revisaran.

Pero todo cambió en mayo de 2012, cuando Covidien, un gran fabricante de dispositivos médicos, acordó comprar Newport por poco más de 100 millones de dólares.

Covidien ya vendía respiradores artificiales tradicionales y el desarrollo de la versión portátil y barata competiría con su propia marca más cara.

A pesar de recibir 1.4 millones de dólares adicionales del gobierno, el contrato fue cancelado más tarde.

En cambio, el gobierno firmó un nuevo contrato con Philips por 13.8 millones de dólares.

En una declaración después de que se publicó el artículo de The New York Times, Medtronic, la empresa que surgió de la venta de Covidien, dijo: " El prototipo de respirador artificial, desarrollado por Newport Medical, no habría podido cumplir con las especificaciones requeridas por el gobierno, ni al precio requerido".

Solo fue en julio de 2019, que la FDA aprobó el nuevo respirador artificial de Philips, el Trilogy Evo. El gobierno ordenó 10,000 unidades en diciembre, estableciendo una fecha de entrega a mediados de 2020.

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