La obesidad no es solo una cuestión del peso: el papel de la cultura, la genética y hasta la psicología

Esta guía se propone tomar en cuenta muchos más factores de contexto y culturales en el problema de la obesidad, desde cuestiones genéticas, hasta traumas o incluso enfermedades de salud mental. Además, también anima a que el personal sanitario reconozca los prejuicios contra pacientes con sobrepeso, como asumir que carecen de fuerza de voluntad o que no cumplen lo que dicen.
Se trata de una actualización de las guías de 2006, publicada en el Diario de la Asociación Médica de Canadá, que refleja la preocupación sobre la obesidad en este país, donde se ha multiplicado por tres en los últimos 30 años. Uno de cada cuatro canadienses es obeso, según Statistics Canada.
En EEUU, la situación no es mejor: cerca del 40% de los estadounidenses son obesos. La mujer promedio en EEUU pesa alrededor de 168 libras, aproximadamente lo mismo que un hombre promedio en 1960. Las cinturas de los jóvenes también se han inflado. Los hombres han ganado en promedio casi 30 libras desde la toma de posesión de John F. Kennedy en 1961.
Por otro lado, el 48% de las mujeres hispanas adultas y el 40% de los hombres hispanos adultos que viven en los Estados Unidos son obesos, según la Oficina de Salud de las Minorías del Departamento de Salud y Servicios Sociales (HHS).
“La gente con obesidad experimenta prejuicios y estigmas que contribuyen a más complicaciones y mortalidad, independientemente de su peso o Índice de Masa Corporal (BMI), señala Sean Wharton, coautor de las directrices y profesor adjunto McMaster University, en Ontario.
Aunque las directrices recomiendan usar criterios diagnósticos como el Índice de Masa Corporal (IMC) y la circunferencia de la cintura (más abajo explicamos el concepto) reconoce las limitaciones clínicas de estos parámetros y señala que los médicos han de centrarse más en cómo el peso impacta la salud de las personas.
La guía enfatiza que la obesidad es una condición compleja y crónica que necesita gestionarse de por vida. Pero en lugar de recomendaciones clásicas como come menos, muévete más, las directrices animan a los médicos a que contemplen terapias psicológicas, medicación o cirugía cuando sea conveniente.
Aunque adoptar una dieta saludable y ejercicio es saludable para todo el mundo, mantenerse en un peso óptimo a menudo es difícil porque el cerebro compensará esta escasez con mayor sensación de hambre, lo que nos hará comer más.
Numerosos estudios han mostrado que la mayoría de la gente que pierde peso en una dieta lo gana después. En torno a la pérdida de peso hay no pocas confusiones, como las siguientes: