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Diabetes

Los inmigrantes hispanos en EEUU son más propensos a sufrir de diabetes. Explicamos por qué

Tienen el doble de prevalencia de esta enfermedad que sus pares blancos y también el doble de riesgo de desarrollar complicaciones. La mala nutrición, falta de a la salud y la idiosincrasia suelen jugar en su contra.
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11 Abr 2019 – 12:14 PM EDT
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Las diabetes en los hispanos (17%) es casi el doble que la de los blancos no hispanos (10%). Y, mientras más tiempo lleva un inmigrante latino en suelo estadounidense, las probabilidades de que haya un descontrol en los niveles de azúcar aumentan todavía más.

Además, estudios como el Hispanic Community Health Study/Study of Latinos (HCHS/SOL) han encontrado que la incidencia de diabetes no es igual para todos los latinos: los inmigrantes de origen puertorriqueño, centroamericano y mexicano tienen tasas más elevadas de la enfermedad que los sudamericanos y cubanos: 18%, 17%, 18%, 13% y 10% respectivamente.

No se conoce con exactitud la causa específica de estas variaciones. “Se cree que la genética y diferencias en la dieta pueden influir, pero no hay conclusiones certeras al respecto”, explica a Univision Noticias la endocrinóloga, María Elena Peña, directora de Servicios Endocrinológicos Mount Sinai Doctors Forest Hill, en Nueva York. Lo que sí está claro y que subraya la especialista es que nunca debes subestimar a la diabetes y, mucho menos, si eres hispano.

Cuanto más temprano comiences a cuidar tu dieta y a realizarte chequeos médicos periódicos, mejor chance tienes de prevenir la enfermedad y de evitar complicaciones, un mensaje en el que Peña hizo hincapié durante su ponencia en la jornada de salud Fuertes Juntos patrocinada por Univision.

La dura vida del inmigrante

¿Por qué el riesgo de desarrollar diabetes varía cuando cambiamos de país? La respuesta es muy simple: el estilo de vida juega un papel preponderante en esta condición y, para muchos inmigrantes, las vicisitudes que enfrentan en territorio estadounidense terminan pasándole factura a su salud.

“Muchos llegan con su dieta de origen, pero resulta que en su país llevaban un estilo de vida mucho menos sedentario. Muchos inmigrantes trabajaban en el campo y llegan a realizar trabajos donde caminan mucho menos y poco a poco, por falta de tiempo, comienzan a adoptar la dieta estadounidense, alta en comidas procesadas y en fast food. Todo eso afecta”, explica Peña.

El tipo de dieta de los latinoamericanos, alta en carbohidratos, así como el costo de la comida en Estados Unidos, tampoco juegan a favor: las opciones más saludables suelen ser las más costosas. “El pollo idealmente se debería comer sin antibiótico, pero este viene en paquetes pequeños y es mucho más caro. Si tienes una familia grande que alimentar, vas a comprar el más barato, que es menos sano. Así ocurre con muchos alimentos e incluso con los restaurantes. Las cadenas de comida rápida son más económicas y todo eso contribuye a que haya un aumento de peso”.

El estrés y el tipo de trabajo que se desempeña también incide en el desarrollo de la diabetes tipo 2.

Más propensos a sufrir complicaciones... también

No sólo los hispanos que viven en Estados Unidos tienen mayor incidencia de diabetes, sino que también tienen una mayor tasa de complicaciones.

“Los hispanos tienen hasta el doble de riesgo de desarrollar complicaciones asociadas a la diabetes como problemas renales, circulatorios y visuales”, advierte Peña.

Data del Estudio de la Salud de la Comunidad Hispana (HCHS/SOL) revela que la retinopatía diabética es más frecuente en hispanos que en blancos no hispanos. La Oficina de Minorías del Instituto Nacional de Salud indica que también son hasta 40% más propensos a morir de causas relacionadas con la diabetes que sus pares blancos.


En 2010, la cantidad de hispanos que debió someterse a tratamiento por enfermedad renal severa fue el triple que la de los blancos no hispanos.

En el criterio de Peña, esto suele estar relacionado con la falta de a la salud. “A falta de un seguro médico, muchos inmigrantes hispanos relegan las visitas al doctor y cuando llegan a consulta ya la enfermedad está avanzada, es más difícil de controlar y hay señales de complicaciones”.

Aunque no se tenga un seguro médico, hay opciones disponibles para realizarse un chequeo médico, subraya la doctora. Existen clínicas comunitarias y jornadas de atención gratuita, como la que recientemente ofreció Univision durante el evento Fuertes Juntos.

Subestiman la enfermedad

En su experiencia trabajando con pacientes hispanos en una clínica de Nueva York, la endocrinóloga ha encontrado que también existen factores culturales en los hispanos que juegan en contra de un buen manejo de la diabetes.

“Muchas veces cuando ya son diagnosticados se resisten a aceptarlo y se niegan al tratamiento porque les tienen miedo a los medicamentos por los efectos secundarios. Creen que les va a dañar el riñón y es todo lo contrario: siempre les insisto en que el no medicarse es lo que genera daños. La gente no tiende la seriedad de esta enfermedad que puede llevar a la muerte si uno no se cuida. Pero si se cuida, es perfectamente manejable”, insiste.

También suele ocurrir que, al ser la diabetes tan frecuente entre los hispanos, quienes son diagnosticados le restan importancia y creen que es algo normal que pueden controlar con curas naturales o por su cuenta.

“Hay mitos arraigados como el que la diabetes es emocional y surge como causa del estrés y que al eliminarlo te curas, cuando no es así. También hay quienes creen que con medirse la glucosa una vez al día en ayunas y ver que está normal, están fuera de peligro, cuando lo que hay que hacer es chequearla después de comer y realizar otros estudios más confiables como el de la A1C”.

Hábitos que se heredan

Los estudios emprendidos por el Instituto Nacional de la Salud no encontraron mayores diferencias entre los hispanos nacidos en EEUU y aquellos que habían emigrado hace menos de cinco años.

“Los hijos de inmigrantes tienen una incidencia mayor de diabetes porque somos lo que vemos y ellos crecen en un hogar donde ven los hábitos de vida sedentaria y alimentarios de papá y mamá y son esos hábitos los que adquieren”, puntualiza Peña.

Cómo cuidarte

El hecho de que las estadísticas no jueguen a favor no implica que debas resignarte. Por el contrario: la diabetes tipo 2 es prevenible y, cuando antes hagas cambios en tu estilo de vida, más chance tienes de evitarla.


  • Lleva una dieta saludable, baja en carbohidratos y azúcares y elimina el consumo de alimentos procesados en la medida de lo posible.
  • Actívate. Evita el sedentarismo a toda costa. La dieta sana y el hacer ejercicio evitan la obesidad, que está asociada a la diabetes.
  • Ve al doctor. Si no tienes seguro médico, busca clínicas comunitarias o jornadas gratuitas de despistaje para revisar cómo están tus valores de glucosa en sangre, colesterol y presión arterial. Si tienes seguro médico, este incluye una visita anual al doctor. Ten en cuenta que si te diagnostican de diabetes y tienes seguro, muchas aseguradoras ofrecen la asesoría de nutricionistas a las que puedes consultar.
  • Recuerda que los síntomas de la diabetes pueden pasar desapercibidos o ser confundidos por otros. No te confíes.
  • Si te recetan un tratamiento para la diabetes, síguelo al pie de la letra. Si empiezas a tomar medicamentos esto no quiere decir que tendrás que hacerlo de por vida. Los efectos secundarios no se comparan con las consecuencias de una diabetes no tratada.

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