"Los psicodélicos funcionan contra la depresión, adicciones o estrés postraumático. Hay que abrir la mente en nuevas direcciones"

"Las drogas psicodélicas han vuelto. No es que alguna vez se hayan ido". Así comienza La nueva medicina psicodélica (editado en español por Ediciones la Llave y Fundación Beckley med), un repaso a la historia de los psicodélicos desde el punto de vista médico y terapéutico en un momento en que estas drogas están saliendo de la contracultura para entrar en los laboratorios de las universidades más ilustres y principales centros médicos de todo el mundo.

Un creciente número de estudios, avalados por pesos pesados en la salud institucional como seguras y efectivas para tratar un amplio rango de enfermedades mentales.

Hablamos de todo ello con de Lattin unas horas antes de la presentación de su nuevo libro el viernes en Barcelona (España).

¿Se imagina un futuro cercano en el que los psicodélicos sean de uso común?
Hay dos vías en este momento en EEUU en esa dirección: las pruebas clínicas, con el visto bueno de la istración de Alimentos y Medicamentos (FDA), que buscan que dos psicodélicos específicos (MDMA, más conocido como éxtasis) y psilocibina (el ingrediente activo de los champiñones "mágicos") se usen por parte de terapeutas con entrenamiento para tratar estrés postraumático, depresión y adicciones. Estos ensayos clínicos están en sus etapas finales. No hablamos de legalización si no de medicalización.

También está el uso amparado en la libertad religiosa: algunos argumentan que si tu religión incluye el uso de una planta sagrada como peyote tienes derecho a usarlo, pero el gobierno no siempre está de acuerdo con eso.

El proceso se parece al de la marihuana: primero llegó la marihuana médica, y esto condujo a su descriminalización en algunos estados, y de ahí al uso legal con fines recreativos.

El consumo de antidepresivos y ansiolíticos en EEUU experimentó un incremento del 20% en recetas por antidepresivos y pastillas contra la ansiedad durante el confinamiento. ¿Cuál cree que es el papel de los psicodélicos en la situación de emergencia de salud mental, y en particular con la epidemia de opioides?
Algunas personas tienen problemas para entender que se puede utilizar una droga de forma positiva, como una herramienta terapéutica para ayudar a superar una adicción, y tienen esta idea de que todas las drogas son malas. Entonces, ¿por qué usar una droga para liberarse de otra droga? Pero eso es exactamente lo que está pasando con el uso terapéutico de los psicodélicos.

Hay investigaciones en marcha en el Instituto Johns Hopkins, la Universidad de Baltimore, la de Nueva York y otros muchos lugares que muestran que un viaje psicodélico con el acompañamiento de un terapeuta con formación puede ayudar. Los adictos pueden comprender la raíz de su adicción. Estos ensayos clínicos han tenido mucho éxito. Muchas personas han conseguido la sobriedad tras el uso de estos medicamentos, a veces con muy pocas sesiones y en muy poco tiempo.

Es interesante que Alcohólicos Anónimos, el movimiento de los 12 pasos, que es muy grande en todo el mundo y especialmente en EEUU, se refieran a uno de los pasos como "tener un despertar espiritual": eso es exactamente lo que sucede con los psicodélicos.

La otra cosa que específicamente arroja luz con ante la epidemia de opioides es una planta medicinal llamada ibogaina, que es un arbusto de África Occidental con propiedades que específicamente ayudan a los adictos a la heroína o a las pastillas. La ibogaina ayuda con los síndromes de abstinencia de los opioides.

Hay que abrir la mente entonces para incorporar estas sustancias como potencialmente curativas a las terapias estándar.
Este es justamente el título de mi libro en inglés: “Changing our minds”. Es necesario abrir la mente a nuevas dimensiones.

En este proceso, parece que los límites entre ciencia y espiritualidad son bastante borrosos; esto chirriará a más de uno.
El subtítulo de mi libro en español (“Terapia, ciencia y espiritualidad”) alude justamente a eso. Sí, hay una cierta tensión. Hay un debate en marcha en la comunidad que investiga con los psicodélicos en torno a la importancia de las experiencias místicas.

¿Debe alguien sufrir un problema médico como la depresión para beneficiarse de estas terapias?
Es una gran pregunta. Hay un gran debate al respecto en la comunidad en torno a los psicodélicos. A algunos le preocupa que la cuestión se centre demasiado en el uso de estos productos como una cura o un tratamiento para un problema médico. ¿Qué pasa con la gente que está buscando tener más claridad en su vida, o que busca el aspecto espiritual que ofrecen?

Quizá pase también en este sentido como con la marihuana. Primero tienes que cambiar la actitud de la gente en torno a estas drogas y que quede claro que pueden ayudar a personas con problemas médicos.

Acabo de recibir en mi correo electrónico publicidad sobre Agua Psicodélica. ¿El proceso de comercialización a gran escala de los psicodélicos ya ha comenzado?
Muchas personas ven en la terapia psicodélica el próximo boom, así que hay mucha gente tratando de sacar dinero. Pero hay un montón de interrogantes en torno a esto. Como las drogas en sí mismas no son caras (lo caro es el tiempo y formación de los terapeutas y el entorno en el que se hacen las sesiones), no está claro cómo harán diniero las farmacéuticas. Algunas ya están tratando de convertirlo en algo que se toma todos los días, como si se tratase de un antidepresivo que tomas durante años. Es un modelo de negocio redondo, pero tengo muchas dudas con eso.

¿Son los psicodélicos para todo el mundo?
No, desde luego que no. Seguramente ni siquiera para la mayoría de la gente. No creo que sea bueno si eres muy joven y tu personalidad no está del todo formada, porque disuelven el ego. Y luego están contraindicados con diferentes problemas médicos (por ejemplo, si tienes problemas de corazón, no es buena idea usar MDMA). Así que tienes que ser cuidadoso y saber que estas drogas pueden interactuar de forma peligrosa. Esta es una razón por la que sería tan positivo sacarlas de la clandestinidad y tomarlas en entornos controlados.