Las armas químicas y biológicas son parte de la campaña de desinformación rusa: por qué causan alarma
La semana pasada Rusia acusó ante el Consejo de Seguridad de la ONU a Ucrania de planear el uso de armas biológicas para propagar patógenos incubados en supuestos laboratorios financiados por EEUU, alegatos que no tienen ningún asidero y han sido desmentidos una y otra vez por las autoridades pertinentes.
Lo que muchos temen ahora es que Rusia use esta campaña de desinformación para justificar y encubrir un ataque de este tipo o con armas químicas.
“Me preocupa mucho porque a menudo nos han convencido de que, si quieres conocer los planes de Rusia, Rusia acusa a otros de ellos”, dijo el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.
“Creemos que Rusia podría usar agentes químicos o biológicos para asesinatos, como parte de un incidente de bandera falsa o escenificado, o para apoyar operaciones militares tácticas”, dijo la embajadora de EEUU ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, para quien la intencionalidad “de estas mentiras está clara y es muy preocupante”.
Para estudiosos como la Gigi Gronvall, investigadora del Johns Hopkins Center for Health Security de la Escuela de la Universidad de Johns Hopkins, la posibilidad de que esto ocurra es “preocupante”, aunque bien podría quedarse en una campaña de desinformación que de por sí, es “es bastante dañina en sí misma porque está haciendo que la gente asocie la necesaria investigación de patógenos con algo vil, lo que podría erosionar la investigación biológica”, explica en conversación con Univision Noticias.
En el caso específico de armas biológicas un ataque de este tipo a gran escala sería difícil de implementar y es algo que de lo que no hay antecedentes en la historia reciente, advierte a Univision Noticias, Friedrich Frischknecht, profesor del Centro de Parasitología Integrativa del Centro de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Heidelberg, en Alemania, quien ha estudiado ampliamente el tema.
“Los soviéticos tuvieron un gigantesco programa de armas biológicas y no me sorprendería si, bajo mandato de Putin, los rusos hubieran revivido parte de él, pero sería difícil llevar a cabo un ataque de armas biológicas, especialmente si quieres ocupar un país”, indica.
Qué son las armas biológicas
Por arma biológica se entiende a microorganismos (virus, bacterias y hongos) o toxinas usadas con el fin de causar la enfermedad o muerte en humanos, animales o plantas. Están prohibidas por tratados internacionales suscritos por la mayoría de los países, incluida Rusia.
La presentación, aparición y duración de los síntomas que ocasionan, así como propagación varía dependiendo de los agentes involucrados que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) dividen en tres categorías, en términos de prioridad.
Los de máxima prioridad en términos de preparación, por la gran amenaza que constituyen son los siguientes:
El impacto de muchas de ellas podría llegar a ser devastador: por ejemplo, propiamente distribuido, apenas un único gallón de ántrax -una sustancia prácticamente imperceptible-, por ejemplo, podría terminar con toda la vida humana en el planeta. 5 estadounidenses murieron y 17 enfermaron en EEUU en 2001, luego de que esporas de esta bacteria ( bacillus anthracis) fueran deliberadamente esparcidas por terroristas en cartas enviadas por el sistema postal, como parte de un ataque terrorista.
Pero más allá de su uso en ataques aislados como este, no hay en la historia reciente registro de ataques con ellas por parte de un Estado.
Para encontrarlos, Gigi Gronvall indica que hay que remontarse a la Segunda Guerra Mundial y los escalofriantes experimentos que condujeron los japoneses sobre civiles chinos y prisioneros de guerra como parte de su programa de armas química y biológicas en su Unidad 731, lo que llevó a países como EEUU, Reino Unido y la Unión Soviética a retomar su investigación y desarrollo.
¿Cerraron realmente los rusos su programa de armas biológicas?
La Unión Soviética llegó a tener el “más eficiente, sofisticado y poderoso programa ofensivo de armas biológicas en el mundo”, dijo en entrevista con Nonpolifretarion Review Kenneth Alibek, quien -en su momento- coordinó esos programas. Allí cuenta que “personalmente” participó en el desarrollo de tres versiones de tularemia, una sofisticada plaga y una forma seca de ántrax.
Durante los 27 años que duró su programa de armas biológicas, Estados Unidos también acumuló e investigó en el desarrollo de siete bio-agentes como el ántrax, tularemia, bruceliosis, fiebre Q, botulismo y otros. Pero este terminó en 1969 por orden del presidente Richard Nixon.
Se supone que con la firma de la Convención de Armas Biológicas de Ginebra de 1972, que prohíbe cualquier investigación ofensiva de este tipo, tanto EEUU y como la URSS y otros 171 países, suspendieron todos estos programas, pero no se descarta que Putin haya decidido continuarlos clandestinamente.
“Se sospecha que han estado violando ese tratado y fueron acusados de ello formalmente y ahora EEUU lo dice abiertamente”, comenta Gigi Kwik Gronvall , de la Universidad de Johns Hopkins, en entrevista con el Washington Journal, destacando que “realmente no sabemos qué podrían tener”.
Según una evaluación del Departamento de Estado de EEUU hecha en 2021, Rusia “no ha documentado satisfactoriamente el alcance completo de su programa y si los ítems de ese programa fueron completamente destruidos”, por lo que determinan que “la Federación de Rusia mantiene un programa ofensivo de armas biológicas”.
No obstante, expertos como Gronvall y Frischknecht consideran que un ataque con armas biológicas por parte de los rusos a gran escala es, a estas alturas, improbable.
En el contexto actual, más factible sería posiblemente la amenaza de armas químicas, por las que ya recaen varias acusaciones recientes en contra de Rusia.
Qué son las armas químicas
Por armas químicas se entiende a aquellas que, como su nombre sugiere, incluyen agentes tóxicos o incapacitantes de origen químico que se usan intencionalmente para causar daños o la muerte por parte de sus propiedades.
Entre las sustancias que han sido empleadas como armas químicas están el cloro (que produce asfixia), el gas mostaza (genera ampollas) y agentes neurotóxicos como el VX y el sarín, que producen parálisis y la muerte.
También están prohibidas por la Convención sobre las Armas Químicas, que suscriben 193 países del mundo, incluidos Rusia y EEUU.
Si bien en 2017 Putin aseguró que Rusia había completado la destrucción de su último bache de armas químicas, incidentes como el envenenamiento del doble agente y exespía ruso Serge Kripal y su hija en 2018, y del político opositor ruso Alexei Nawalny en 2020 sugieren que no es el caso.
También hay sospechas por el ataque con gas sarín de 2017 realizado por Bashar al Asad en Siria, cuyo régimen es apoyado por el Kremlin y que ocasionó la muerte de miles de personas.
El sarín “es un líquido transparente, incoloro e insípido que no tiene olor en su forma pura" y que “puede evaporarse fácil y rápidamente de líquido a vapor y esparcirse por el medio ambiente, según los CDC.
Un ataque que escalaría el conflicto
¿Por qué se teme que Rusia recurra a ataques de este tipo en Ucrania? El simple hecho de haber acusado al otro bando de planearlo, se le suma la posibilidad de que, sintiéndose estancado o frustrado, Putin decida recurrir a medidas más extremas para alcanzar su objetivo.
"Creo firmemente que si las fuerzas rusas se estancan, y lo harán de vez en cuando, Putin autorizará el uso de armas químicas. Lo ha hecho antes y es probable que lo vuelva a hacer, ya que está concentrado exclusivamente en tomar el control de toda Ucrania y cualquier cosa que disuada o reste valor a su capacidad para hacerlo, entonces reaccionará en consecuencia”, dijo el coronel retirado del Ejército de EEUU Jack Jacobs a Shepard Smith en entrevista con CNBC el viernes por la noche.
Algo está claro: el uso de cualquier arma biológica o química escalaría el conflicto en Ucrania a otro nivel. Ya Biden lo advirtió al asegurar en una entrevista el viernes pasado que, si Rusia recurre a ellas, pagará “un alto precio”. Un mensaje similar al del presidente de Polonia, Andrzej Duda, quien aseguró que un crimen de guerra de este tipo obligaría a la OTAN y sus líderes a “pensar seriamente qué hacer”.