Cooper Roberts, un niño de 8 años que recibió un disparo durante el tiroteo que se desató el pasado 4 de julio en Highland Park, Illinois, regresó a su escuela este lunes. El pequeño, quien permaneció varios días en estado crítico, incluso con riesgo de morir, se dejó ver sonriente y animado. Roberts está en silla de ruedas y podrá estar en clases presenciales de forma limitada.
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