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Indemnizaciones

El hispano al que obligaron a confesar el asesinato de su padre —que no estaba muerto— y ahora la policía deberá indemnizar

Thomas Pérez Jr. denunció la desaparición de su padre antes de ser sometido a un interrogatorio de 17 horas que quebraría su salud mental al punto de llevarlo confesar un asesinato que no había cometido y que ni existía: el padre estaba vivo.
Publicado 27 May 2024 – 11:22 AM EDT | Actualizado 27 May 2024 – 11:24 AM EDT
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Thomas Pérez Jr. acudió a la policía para reportar la desaparición de su padre, de 71 años, quien no había regresado tras salir a pasear al perro de la familia. Pero lo que fuera una denuncia se convirtió en un interrogatorio de pesadilla con tal nivel de presión psicológica que el hombre terminó confesando un asesinato que nunca había ocurrido. La supuesta víctima, de hecho, estaba viva.

Fue la noche del 7 de agosto de 2018. Y tras esclarecerse los hechos se inició una batalla legal contra la policía de Fontana, California. Este mes, finalmente, el ayuntamiento de la ciudad aprobó un acuerdo con la víctima, que será indemnizada con cerca de $900,000, evitando llegar a juicio.

“Torturando mentalmente a Tom Pérez para que confesara falsamente, ocultándole que su padre estaba vivo y bien, y confinándolo en la sala de psiquiatría porque lo volvieron suicida, en mis 40 años de demandas contra la policía nunca he visto ese nivel de crueldad deliberada”, declaró Jerry Steering, abogado de Pérez, al diario Orange , que dio a conocer el caso.


La jueza Dolly Gee, del Distrito Central de California, escribió en un expediente judicial el año pasado que las evidencias del caso, entre las que se incluye el perturbador video del interrogatorio, podrían llevar a un jurado razonable a concluir que la policía practicó una “tortura psicológica inconstitucional”.

Tom Pérez

, de reportar la desaparición de su padre a la confesión forzada de su asesinato

Pérez llamó a las autoridades para reportar que su padre había salido y que no había regresado, aunque el perro sí había vuelto a casa al rato.

El hombre, de 71 años, mostraba signos de demencia, denunció el hijo. Pero la policía no solo encontró sospechosa su denuncia, sino que lo llevaron a la estación de policía al día siguiente y lo acusaron directamente de haber asesinado a su padre.

En un momento, incluso un agente llegó a decirle que su padre estaba muerto y que se encontraba en la morgue. “Tiene una etiqueta en el dedo del pie”, le dijo el policía, según el texto de la demanda.


El interrogatorio duró 17 largas horas en las que los policías le aseguraron que "nunca volvería a ver la luz del día" y que su perro, un labrador, sería sacrificado. Los registros judiciales dicen incluso que la policía llegó a llevar a la mascota a la comisaría para que Pérez le diera el último adiós.

La demanda asegura que Pérez valoró varias posibilidades con los agentes de dónde podría encontrarse su padre, ya fuera visitando a un amigo o en la casa de su hermana, pero los detectives no hicieron ningún esfuerzo por seguir esas pistas y encontrarlo, y le aseguraban que tenían evidencias de que él lo había asesinado.

Además, le negaron los medicamentos para la presión arterial y la ansiedad, a pesar de que era obvio que su salud mental se iba deteriorando aceleradamente. Finalmente, el hombre se quebró y confesó haber asesinado a su padre. En el video del interrogatorio se ve que empieza a golpearse y rasgarse el pelo, e incluso, en un momento en que lo dejaron solo, intentó suicidarse con un cordón. Fue entonces que fue trasladado a una área de psiquiatría.

Estando allí, la hermana de Pérez avisó a la policía de que su padre estaba vivo y en perfectas condiciones, que había tomado el tren y se había ido en transporte público a casa de una amiga. Pero a pesar de tener esa información, la policía no le avisó de inmediato a Pérez de que todo había sido un error y que podía irse en libertad.

"Nunca pensé que fuera fácil, tal vez incluso posible, lograr que una persona completamente inocente confesara algo así", dijo Steering, el abogado, al canal de televisión KCAL de Los Ángeles. "Pero después de ver el vídeo y ver el interrogatorio de Tom Pérez, lo que creo es que podrían conseguir que usted y yo confesáramos haber matado a Abe Lincoln si quisieran", agregó.

Desde 1989, más de 300 exoneraciones en casos de asesinatos han tenido que ver con confesiones de responsabilidad forzada, según un reporte del diario The Washington Post, que cita al Registro Nacional de Exoneraciones.

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