El caso del padre que secuestró a su hijo y lo dejó morir en un campamento donde se preparaba para atentar contra EEUU
Un padre, sus dos hermanas y su cuñado fueron hallados culpables en una trama en la que murió un niño de 3 años y que el jurado llamó un “enfermizo plan del fin de los tiempos”.
Como parte del caso, la mujer del padre aceptó un acuerdo de culpabilidad. Junto al hombre y los otros familiares implicados, raptaron al hijo de él con otra mujer y huyeron de Georgia.
Así comenzó todo. En diciembre de 2017 el hombre llevó al pequeño al parque, pero nunca regresó. Junto a su mujer actual, sus hermanas y su cuñado, se llevó al niño, de apenas 3 años y con problemas de epilepsia y desmayos, y se instalaron en un área remota del desierto de Nuevo México, en donde improvisaron un complejo con campo de tiro y se preparaban para realizar ataques contra el gobierno.
Todo partía de la creencia de que el niño, llamado Abdul-Ghani, estaba poseído por los demonios, por lo que lo raptaron y lo sometieron a una serie de exorcismos y rituales diarios que terminaron en su muerte, menos de dos semanas después de llegar a Nuevo México, según estimaciones.
Tras la muerte del pequeño, la mujer, una haitiana identificada como Jany Leveille, convenció al padre y a los demás familiaresimplicados, para formar una comunidad sobre la base de que el pequeño Abdul-Ghani resucitaría como Jesucristo y les revelaría qué instituciones corruptas, gubernamentales y privadas, debían ser eliminadas. Entre ellas estaría el FBI, las Fuerzas Armadas y otras instituciones gubernamentales y financieras.
Leveille se declaró culpable de conspiración para brindar apoyo material a terroristas y de estar en posesión de un arma de fuego mientras se encontraba ilegalmente en Estados Unidos. No compareció ante el tribunal durante estas tres últimas semanas de juicio, pero los fiscales sí presentaron como prueba algunos de sus escritos sobre los planes de la familia.
Por su parte, su pareja, Siraj Ibn Wahhaj, el padre del niño, fue declarado culpable de tres cargos relacionados con terrorismo. El cuñado de Wahhaj, Lucas Morton, también fue declarado culpable de cargos de terrorismo, conspiración para cometer secuestro y secuestro que resultó en la muerte del niño. Y las dos hermanas de Wahhaj, Hujrah y Subhanah Wahhaj, fueron condenadas por cargos de secuestro.
El caso tardó años en llegar a juicio. Los jurados escucharon semanas de testimonios de los niños de la familia, que habían vivido con sus padres en el complejo, de otros familiares, de expertos en armas de fuego, médicos y técnicos forenses. Los acusados argumentaron que las autoridades federales los atacaron por ser musulmanes.
Según los términos de su acuerdo de culpabilidad, Leveille enfrenta hasta 17 años de prisión. Los otros acusados, que se enfrentan a cadena perpetua por sus condenas, permanecerán bajo custodia en espera de una sentencia, que aún no ha sido programada.
Los escalofriantes hallazgos de la redada federal en el complejo de Nuevo México
Tras meses de búsqueda del niño, las autoridades federales finalmente dieron con el paradero de la familia y en agosto de 2018 se produjo una redada en el extraño complejo que habían creado en medio del desierto de Nuevo México.
Lo primero que hallaron las autoridades fue a 11 niños hambrientos y en condiciones de vida pésimas, sin tener siquiera agua corriente. También encontraron 11 armas de fuego y municiones utilizadas en un campo de tiro improvisado en la propiedad en las afueras de Amalia, cerca de la frontera con el estado de Colorado. Entre las armas había un rifle de asalto AR-15 Bushmaster, cargadores de alta capacidad y cientos de cartuchos de munición, según un comunicado de la oficina del fiscal de distrito de Nuevo México.
"El grupo llevó a cabo un entrenamiento táctico y de armas y exigió que algunos de los niños también lo hicieran. El grupo llevó a cabo el entrenamiento con la intención de 'enfrentarse a la nación' y matar a aquellos que se negaron a creer como ellos. Hablaron de emprender la yihad y convertirse en mártires", detalla el comunicado.
Durante la redada las autoridades también encontraron los restos descompuestos del pequeño Abdul-Ghani Wahhaj, en un túnel subterráneo del complejo. Los testimonios recabados indicaron que tras su muerte, el cuerpo del niño permaneció allí, ya que Leveille aseguraba que resucitaría.
No está clara la causa de muerte del niño, aunque el menor tenía varios problemas y al ser secuestrado dejó de recibir su medicación. Uno de los otros niños que vivía en el lugar testificó haber visto cómo empezó a echar espuma por la boca, hasta que dejó de respirar.
Ante la redada, llevada a cabo por la Unidad Táctica SRT de la Oficina del sheriff del condado de Taos, Siraj Wahhaj se armó y se preparó para defender el complejo antes de ser detenido finalmente sin efectuar ningún disparo.
Leveille itió que ella y sus cómplices firmaron un acuerdo para proporcionar apoyo material y recursos para preparar y llevar a cabo el asesinato de oficiales o empleados federales cuando llegaran al complejo. Leveille también itió que era consciente de que no se encontraba legalmente en Estados Unidos y que la ley no le permitía poseer armas de fuego o municiones.
“Además de esta preparación para el terror, el secuestro sin sentido que resultó en la muerte de un menor que llevaron a cabo estos criminales es imperdonable y no tiene lugar en nuestra sociedad”, declaró Raúl Bujanda, agente especial del FBI a cargo del caso, citado en el comunicado de la fiscalía.
"Sus acciones despreciables destrozaron una comunidad y una familia que siempre se verán afectadas por estos eventos traumáticos. Las condenas emitidas en este caso muestran que quienes participan en este tipo de actividades criminales serán responsables de sus acciones", agregó.
Con información de AP.
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