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Medios de Comunicación

Nueva revolución en Cuba: jóvenes periodistas cuentan el deshielo

Con a internet muy limitado y sin una ley que proteja a la prensa no estatal, los periodistas más jóvenes quieren contar los matices de la nueva etapa que se abre en Cuba.
6 Abr 2016 – 11:39 AM EDT
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Maykel González, de 30 años, trabaja en su computadora mientras su tía Cesárea González lee en la habitación contigua. Crédito: Almudena Toral - Univision Noticias

LA HABANA, Cuba. - Es 21 de marzo y La Habana amanece cubierta por un nubarrón gris para recibir al primer presidente estadounidense en Cuba en 88 años. En un apartamento de un enorme edificio gris con un mosaico del Che Guevara, Maykel González observa a través de la televisión estatal el encuentro entre Barack Obama y Raúl Castro, armado con una libreta de apuntes, un teléfono celular y una computadora.

González es parte de una revolución en Cuba. Tímido y sin barba, este joven de 30 años trabaja en uno de los nuevos medios independientes que luchan por dinamitar el panorama mediático de la isla.

Como miembro de El Estornudo, una revista digital de periodismo narrativo que nació el mes pasado, el joven tiene claro que la revuelta tiene que hacerse en internet, pese a que 8 de los 11 millones de habitantes de la isla no tiene a la red.

“Cuba está muy lejos de tener la conectividad de otros países del mundo, pero eso no puede ser una limitación para alguien que va a empezar un medio, porque además la única posibilidad que tienes es esa plataforma. Con eso tienes que luchar”, dice, y él mismo tendrá que ingeniárselas para conseguir internet y enviar la crónica a sus editores.

Los puntos de internet colocados en decenas de parques de la ciudad, en torno a los que se arremolinan grupos de jóvenes con los ojos fijos en sus celulares, son un lujo que no siempre puede permitirse. Para conectarse, hay que comprar unas tarjetas que cuestan dos dólares la hora, el equivalente a casi un 10% del salario medio.

Y González y sus amigos empezaron El Estornudo con más ganas que recursos. Pero eso no les frena de hacer el periodismo que quieren en su país. “No por vivir dentro de una caja no quieres salir de ella”, defiende.

"Ni con el Estado, ni con las Damas de Blanco"

Nosotros queremos contar Cuba; nuestro rol es contar, describir... Nuestra arma es la verdad: contar, describir, narrar", explica como repitiendo un mantra, Abraham Jiménez, el director de la revista.

Sin una ley de prensa que proteja a los medios independientes, Jiménez, de 27 años, es consciente de que pueden meterse en problemas por sus textos, pero él dice no tener miedo. "Si le molesta a alguien, bueno. No estamos con el Estado, ni con las Damas de Blanco. No somos ni Granma, ni Yoani Sánchez", afirma.

Desde otro de los frentes de esta revolución mediática que se está gestando en Cuba, Elaine Díaz se lanzó hace cinco meses a la creación de una revista digital independiente, Periodismo de Barrio, con la pretende demostrar que se puede hacer buen periodismo en la isla y ofrecer una alternativa económica a los jóvenes comunicadores.


Al comenzar este emprendimiento, la periodista de 30 años dejó su trabajo en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. Y aunque teme las posibles presiones que puedan recibir otros de su equipo, cree que iniciativas como la suya servirán de mecanismo de presión política para repensar el modelo de gestión de los medios.

“Vamos a estar en un limbo legal hasta que este país entienda que medios como nosotros, como El Estornudo, deben ser tenidos en cuenta en el sistema de medios cubano porque nosotros estamos haciendo periodismo de calidad. No puede ser que le den la espalda a eso”, sostiene sentada en un parque de La Habana Vieja.

Díaz, que creó el diario con sus ahorros personales tras estudiar un año en Harvard y después consiguió financiación de una fundación sueca, fue una de las periodistas más solicitadas por los medios internacionales para comentar la visita de Obama a Cuba.

Pero su diario no hizo cobertura del viaje. Periodismo de Barrio se limitó a sacar un editorial favorable a la visita pero dedicado a la gente a la que eso no le afecta porque “está preocupada por sobrevivir”.

"Granma es como el lobo"

En la nueva generación de periodistas cubanos de estos medios independientes, hay un rechazo evidente a la prensa estatal que ha monopolizado los medios en las últimas cinco décadas, tanto por sus contenidos como por las formas.

Pero Laura Becquer, una periodista de 28 años que lleva seis trabajando para el diario oficial del Partido Comunista, Granma, defiende los esfuerzos del periódico para no quedarse atrás en la era digital.

Además, asegura que los medios estatales están tratando de seducir a la audiencia con historias que no ignoran los fallos del sistema como un reportaje reciente sobre el encarecimiento de algunos productos básicos como el tomate y la yuca.

"Granma es más como el lobo. Todo el mundo le tiene miedo, pero al final hay mucha gente joven tratando de hacer periodismo desde dentro con las limitaciones tecnológicas que tenemos”, sostiene en una pausa de la cobertura de la visita del presidente Obama.

Ella es una de las encargadas de relatar cada detalle del viaje en la cuenta de Twitter de Granma. Y al contrario que González y Díaz, como periodista de un medio acreditado puede disfrutar del internet de alta velocidad que el Centro de Prensa Internacional habilitó en un hotel de La Habana.

La periodista conoce bien los nuevos medios que están surgiendo en su país. De hecho compartió pupitre en la universidad con algunos de sus periodistas y califica la iniciativa de “valiente” por producirse en “un sistema de prensa que durante años se ha visto hermético”.

“Me parece muy bien y estoy totalmente de acuerdo porque pueden hacer incluso la competencia en el sentido que están en o directo por las redes, aunque no sé de dónde viene la plata", afirma con una sonrisa. Y recuerda que la disidencia también tiene sus espacios como el periódico digital 14yMedio.

Medio bloqueado

Sin embargo, el diario digital dirigido por la reconocida disidente Yoani Sánchez está bloqueado por los servidores cubanos y en el país sólo se puede acceder a él a través de PDFs o por direcciones Nauta, un correo electrónico exclusivo de Cuba.


Y el hecho de que el medio se identifiquen como opositor puede ser hostil para sus periodistas. Así lo cuenta una de ellas, Luz Escobar, mientras espera en una de las calles cercanas al edificio de La Cervecería de La Habana donde el presidente de Estados Unidos da un discurso a emprendedores cubanos.

"Los prejuicios vienen más por parte de la oficialidad, pero la gente cada vez tiene menos miedo y eso lo han entendido sobre todo los que han tenido la oportunidad de viajar y conocen el compromiso con la libertad individual", explica la reportera que trata de pasar desapercibida entre decenas de habaneros que esperan tras las vallas y los agentes de seguridad del Estado.

Esta vez ha cumplido su objetivo de tomar alguna foto que después mandará a Yoani Sánchez para que publique en el diario, pero dice que, pese a los avances, para hacer periodismo en Cuba aún hay que andar con cuidado: "Uno aprende a conocer su trabajo y a cubrir la noticia con los límites que tiene”.

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