El gobernador de Puerto Rico desiste de ir a la reelección
El gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, anunció ste lunes que no optará a la reelección de cara a los comicios del 8 de noviembre de 2016.
"Grandes causas exigen grandes sacrificios", dijo García Padilla en un mensaje grabado y difundido por los medios públicos en el que resaltó que no era posible compaginar la campaña electoral con la toma de medidas para superar la crisis, además de referirse a la oposición que recibió desde el seno de su propio partido.
El anuncio de García Padilla pone fin a meses de incertidumbre sobre el futuro político del gobernador, desgastado por la asfixiante deuda, medidas económicas impopulares y un caso de corrupción en el que está envuelto uno de sus amigos.
García Padilla, que apareció en el breve mensaje grabado sobre un fondo con las montañas de Puerto Rico, resaltó que en los momentos más críticos de la historia de la isla caribeña es cuando hay que sacrificarse y no mirar por intereses personales.
" Era incompatible la campaña -electoral- con tomar las medidas para combatir la crisis", destacó el jefe del Ejecutivo puertorriqueño en un mensaje de pocos minutos en el que reiteradamente echó la culpa de la crisis económica y la asfixiante deuda de cerca de 72,000 millones de dólares a "Gobiernos anteriores".
García Padilla sostuvo que en los últimos meses su Gobierno ha tomado todas las medidas necesarias para pagar la deuda y alcanzar un acuerdo con los acreedores, por lo que ahora Puerto Rico no podía "cambiar de rumbo y ponerse en manos de quienes causaron la crisis".
El jefe del Ejecutivo, que trató de dar un tono solemne a sus palabras, se refirió así al opositor Partido Nuevo Progresista (PNP), al que en varias ocasiones apuntó como el auténtico responsable de la situación por la que atraviesa Puerto Rico, que ha podido, hasta el momento, evitar un impago a los acreedores.
"He decidido cumplir primero con Puerto Rico", resaltó el jefe del Ejecutivo y presidente del Partido Popular Democrático (PPD), que anunció para el año 2016 que comienza en dos semanas "políticas antipáticas" pero necesarias para reconducir las finanzas públicas y que dio a entender que tendrán un coste político difícil de asumir en términos electorales.
