Quienes se oponen a las vacunas creen que estas generan autismo, daños cerebrales y no benefician a la salud de la sociedad. Entre enero y febrero de 2019, 206 personas han sido diagnosticadas con sarampión en 11 estados del país. Un nuevo estudio concluyó que las inyecciones contra el sarampión, paperas y rubéola no aumentan el riesgo de autismo ni tampoco lo provocan en niños propensos a padecerlo.