"Quería que fuese la mujer más feliz del mundo": Este niño pagó con sus canicas una serenata para su mamá
A Maryory Gómez nunca le habían dedicado una serenata. Por eso, esta madre de 28 años no pudo contener las lágrimas al ver que su hijo de cuatro la sorprendió con el hermoso gesto que pagó con algo de dinero y unas canicas.
El pequeño Santiago se cruzó con los mariachis en las calles de Ciudad Bolívar, un humilde barrio de los suburbios de Bogotá, Colombia, cuando ellos terminaban de dar otra serenata.
“Nos dijo si le cantábamos una canción a la mamá”, contó a Primer Impacto Ricardo Mendoza, miembro del mariachi ‘Ases del Palenque’. “Fue sacando de su bolsillo, mil pesitos (unos 25 centavos de dólar). Y nos pareció muy chistosito que sacara los mil pesitos”, relató.
El charro recuerda se tomaron la propuesta a broma, pero en ese momento el niño estuvo dispuesto a entregar todo el dinero que llevaba para que su mamá fuera “la mujer más feliz del mundo”.
“Y, ¿qué más tienes en el bolsillo?”, le preguntaron los músicos al ver que Santiago cuidaba algo en el bolsillo. Fue “cuando sacó las canicas, las famosísimas canicas”, añadió.
El pequeño no lo dudó un instante y se desprendió de sus canicas de cristal multicolor. Mendoza aseguró que en ese momento se le arrugó el corazón y enseguida lo acompañaron a llevarle música a la mamá del cliente más pequeño que hayan tenido.
“Agradecido, fue más la emoción del momento, de verlos abrazados, de verlos llorando a la mamita con sus dos niños. Fue muy emocionante eso”, recordó.
Maryory dice que ese día sintió que por un instante desparecieron todas sus tristezas. “Yo trato de ser fuerte para que ellos no miren así, pero hay veces que no me puedo controlar”, narró la mujer luego de que le cantaron ‘Madrecita querida’, la famosa canción de Vicente Fernández.
La vida de Maryory y su familia no ha sido fácil. Es madre soltera y antes de la pandemia se ganaba la vida como obrera de una fábrica que cerró. Hace un tiempo se fue a Bogotá buscando atención médica para su hijo mayor, pero el padre de los niños se lo llevó de su lado.
“El papa se lo llevó y no me lo deja ver”, contó a Primer Impacto. “No me deja hablar con él tampoco y no sé nada de él (...) Y lo mas duro para mi aguantar eso, todos los días. Es difícil”, lamentó.
De ellos dos no volvió a saber nada, se quedó sola luchando con su hijo Santiago y con la pequeña Xiomara por quienes, aseguró convencida, daría la vida.
Maryory reconoce que, sin el apoyo de los dueños de esta casa, no hubiera sobrevivido en Bogotá junto a sus pequeños. Para la próxima nochebuena, Maryory aseguró que ella solo quiere estar con ellos, abrazarlos y soñar con una buena cena. Los niños solo sueñan con jugar.
Santiago dijo que quiere otra serenata para su mamá, muchos chocolates, un muñeco solo para él y un dinosaurio tan grande como él.
Si quieres colaborar con Maryory Gómez (mamá de Santiago) puedes llamar al número 011 57 (321) 422-2319.
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