A sus 7 años, José Ignacio sufrió una hemorragia cerebral causada por una malformación arteriovenosa. Aunque le tuvieron que remover el hueso del lado izquierdo del cráneo y pasó 45 días en cuidados intensivos, el pequeño se enfocó en su rehabilitación, impulsado por su deseo de volver a jugar fútbol. Tras ser sometido a una riesgosa cirugía y pese a tener pocas esperanzas de sobrevivir, José Ignacio logró una recuperación "extraordinaria".
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