¿Qué le gustaba comer a la princesa Diana? Su chef reveló la interesante dieta que llevaba
Seguro más de una vez te has preguntado cómo es vivir en la realeza, sobre todo en la británica, que se caracteriza por tener un protocolo para absolutamente todo. Y si hablamos de la familia real británica no podemos dejar de mencionar a la princesa Diana de Gales, quien caló hondo en los corazones de los ingleses y del mundo.
Sabemos que su vida no fue como la del resto de las mujeres de la realeza y uno de los aspectos más interesantes que se han dado a conocer recientemente tiene que ver con la dieta alimenticia que Lady Di llevaba por aquellos años.
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«Me encargaré de los carbohidratos en el gimnasio»
Darren McGrady es un chef que trabajó para la monarquía británica por más de 15 años y fue el encargado de atender las peticiones gastronómicas de Diana, incluso luego de que se separara del príncipe Carlos en 1993. Seguramente, tras tantos años, se conocían lo suficientemente bien y ella depositaba su confianza en él.
El chef reveló algunos de los secretos de la cocina real y de los gustos particulares que la princesa tenía como por ejemplo el mantenerse alejada de todas las carnes rojas, excepto si había invitados y la cena elegida las incluía.
Por otra parte, le gustaban mucho los pimientos rellenos y el pollo escalfado, pero el principio que guiaba su alimentación era baja en carbohidratos, centrándose en una dieta lo más parecida a la de un vegetariano. La frase que siempre le repetía al chef era «tú encárgate de la grasa, yo me encargaré de los carbohidratos en el gimnasio».
En cuanto a lo dulce, la princesa Diana también tenía una debilidad: el budín de pan y mantequilla, un clásico de la gastronomía inglesa. Incluso McGrady cuenta que cada vez que lo preparaba, ella se escabullía en la cocina para comer las pasas de uva que habitualmente se usan para adornar el postre.
A pesar de que su alimentación estaba bastante controlada y se centraba en lo saludable, con respecto a sus hijos, el príncipe William y el príncipe Harry, su posición era diferente. No quería que su dieta fuera la misma que la de sus hijos, porque buscaba que tuvieran una vida lo más normal posible a pesar de haber nacido dentro de la realeza.
Por eso la pizza era una de las cenas que no faltaba nunca en el plato de los pequeños, a pesar de que muchas veces querían comer lo mismo que su madre. De hecho, en una ocasión los «engañaron» haciendo que pareciera que comían lo mismo, pero el plato de Diana era mucho más saludable.
Sin dudas, hasta la forma en la que Lady Di elegía alimentarse y cómo se relacionaba con su chef demostraba lo diferente que era respecto al estereotipo de princesa que tenemos en mente, así como también el amor que tenía por sus hijos a los que siempre quiso darles todos los gustos y hacerlos sentir como un niño más.