El reto de ser mamá
“Yo sé que voy a ser una muy buena madre”, afirmó. Chiquis fue vehemente en el “muy”. Su rostro se iluminó y reapareció esa sonrisa generosa que exhibe con gracia en sus selfies de Instagram. Sobre sus pómulos, ahora marcados, quedaban aún los restos de algunas lágrimas despistadas.
“El día que yo sea mamá creo que todo se va a parar. Va a ser mi hijo, mi hija y no sé qué va a ser de mí. Si quiero tanto a mis hermanos como los quiero, imagínate a un hijo mío. Me da como miedo amar tanto”, reflexionó esta mujer de 33 años.
Más que un deseo, la maternidad aparece en Chiquis como un propósito, un objetivo de vida. Quiere ser mamá, tener su propia familia. Experiencia no le falta. Fue ella quien crió a sus cuatro hermanos ante la ausencia de Jenni, ocupada con sus giras y negocios. La que los llevaba y recogía de la escuela, especialmente a Johnny, el pequeño. La ‘Diva de la Banda’ lo dejó a su cuidado cuando era tan solo un bebé de seis meses.
“¿Qué es lo que tú no tuviste y te gustaría que tus hijos tuvieran?”, le pregunté. “Va a sonar muy raro esto… un hogar”, contestó.
Chiquis maduró “demasiado rápido” y echó en falta “mucho amor”, relató. Su papá, José Trinidad ‘Trino’ Marín, Rosie, hermana de Jenni. Trino también tenía récord criminal por violencia doméstica contra la ‘Diva de la Banda’, quien por otra parte trató de suicidarse cuando su primogénita apenas tenía 3 años.
Jenni Rivera también fue víctima de violación. Ocurrió a la salida de un club nocturno en 1997. Un hombre abusó de ella en un vehículo con ayuda de otros dos por ser “la vieja de ‘El Cinco’”, apodo de Juan, su segundo esposo y que entonces estaba en prisión. Chiquis nunca supo nada. Se enteró por la biografía de Jenni Rivera, ‘Inquebrantable’, que vio la luz 6 meses después de su fallecimiento.
“No teníamos una relación de hija y de madre, y mi papá no estuvo”, contó la cantante a la que le aterra que sus futuros hijos crezcan en el seno de una familia desestructurada. Aunque no le da miedo ser una mamá soltera, rechaza la idea por su necesidad de que exista una figura paterna en ese hogar que tanto anhela. “Yo quiero darles eso”, confesó con voz temblorosa: “No quiero fracasar como madre”.
Queen Chiquis
Resulta significativo que el dolor de Chiquis se reparta de forma tan desigual entre sus padres, quizá porque, afortunadamente para ella, lo que Trino le hizo no la define hoy en día. Con su papá tiene la relación entre ambos se arregle del todo para que pueda ser el padre que siempre necesitó.
“A lo mejor mucha gente no lo entiende. Yo me siento tranquila conmigo misma”, declaró.
Cuando se trata de su madre, los sentimientos bullen y se entremezclan en una suerte de confusión emocional, y sus ojos amenazan con llorar aunque ya casi no les queden lágrimas de tantas derramadas. Convive el dolor más grande con el amor más profundo, como en las buenas canciones; las ganas de abrazarla y no soltarla nunca, con las de zarandearla con todas sus fuerzas hasta que de su boca salga el más grande de los perdones. Se lo debe.
De Jenni heredó un apellido que ha condicionado su pasado, una determinación inquebrantable que le ha ayudado a caminar por los infiernos sin quemarse los pies y un cuerpo chaparrito de curvas poderosas. También sus piernas, que es la parte de su cuerpo que más le gusta: “Porque no son delgaditas, son fuertes. No son unas piernas normales, son gruesas. Son unas piernas que me sostienen para poder seguir adelante”.
Este año, su disco Selena Quintanilla , dos divas consagradas y fallecidas tragicamente. Chiquis, la Queen Bee de su Boss Bee Nation (como llama a su legión de fanáticos), se resiste a sentirse cómoda con la comparación, pero va a tener que ir haciéndose a la idea.