Congelados saludables que cuidan tu salud
Texto: Irina Kenigsberg
¿Piensas que no son saludables o que siempre es mejor consumir su versión fresca? ¡Error! Descubre qué alimentos congelados pueden ser beneficiosos para ti, y cómo incluirlos en tu menú diario.
Frutas
Si no tienes tiempo para un gran festín matutino, prueba incorporando frutas congeladas. Vienen en presentaciones muy convenientes (ya lavadas y cortadas), que te ayudan a ahorrar tiempo. Además, podrás consumir algunas que estén fuera de temporada o que no se consigan frescas.
En la tienda, encontrarás una gran variedad: desde fresas, arándanos y cerezas hasta chirimoyas, papayas y guanábanas.
Puedes usarlas para hacer deliciosos batidos, siempre y cuando leas la etiqueta, para verificar que no tengan grandes cantidades de azúcar agregada.
Vegetales
Representan otra saludable opción para ahorrar tiempo y dinero (ya que se conservan durante meses en buen estado).
Al hervir o freír vegetales frescos, muchas veces se pierden vitaminas y minerales, explicó la Dra. Brunilda Nazario, especialista en medicina interna, metabolismo y endocrinología de EEUU. Los congelados, en cambio, se pueden cocinar rápidamente en el microondas, logrando una menor pérdida de nutrientes.
Busca las prácticas combinaciones ya armadas. Por ejemplo, brócoli, zanahoria, maíz y pimientos, para hacer un salteado en minutos.
Asegúrate de elegir aquellos bajos en sodio o sin sal agregada y, en lo posible, sin salsas ni mantequilla.
Comidas preparadas
Los beneficios están claros: si estás cansada o no tienes tiempo, no tienes que cocinar y no ensucias, destacó Nazario. Además, puedes expandir tu paladar...
Desde platillos de estilo coreano, hasta pasta rellena italiana, pasando por empanadas caribeñas de carne y curries exóticos, hay infinidad de opciones tentadoras.
Lo importante es elegir con criterio. Desde la Asociación Americana de la Diabetes se sugiere, como guía, seleccionar aquellos productos que tengan 500 calorías o menos por porción, tres gramos o menos de grasa saturada por porción, y 600 mg o menos de sodio por porción.
También intenta inclinarte por las opciones que “luzcan” más saludables. Por ejemplo, al elegir una pizza, busca que tenga corteza fina y muchos vegetales, en lugar de estar llena de queso y carne.
Recuerda consultar a un experto en salud antes de implementar cambios importantes en tu alimentación.