Cómo explicarle a las niñas el verdadero valor de la belleza

No se si soy yo o somos varias las mamás que batallamos para explicarles a las niñas el verdadero valor de la belleza. Se me empezó a complicar el tema cuando las amigas de mi hija mayor empezaron a usar maquillaje y cuando empecé a ir de compras en tiendas de adolescentes.
A mi se me hace muy dificil explicarle a mis hijas de 12 y diez años que ellas son bellas, por dentro y por afuera. Que son bellas porque sus sentimientos buenos se reflejan en su expresión, en su cara. Que son bellas porque su alegría de vivir hace que sus ojos brillen con una intensidad impresionante.
Me cuesta mucho trabajo explicarles que sus sueños son grandes y que con su inteligencia y ganas de vivir desmedida los van a lograr. Y qué es eso, sus ganas de vivir y su inteligencia, son los que van a hacer sus sueños realidad. No la cantidad de amigos en facebook que vayan a tener, no su ranking en las redes sociales ni la cantidad de maquillaje que usan o lo escotado de su ropa. Tristemente, siento que vivimos en un mundo que aplaude lo contrario y me sentía muy confundida y sin saber cómo hablar con mis hijas, del verdadero valor de la belleza, hasta que oí una entrevista de Glennon Doyle Melton.
Ella contaba que un día, mientras iba de compras con sus hijas pasaron por un anuncio enorme de una tienda de lencería. En el anuncio, una modelo enseñaba la última colección de la tienda. Ella, le preguntó a sus hijas que veían en los ojos de la modelo. Las niñas vieron enojo, tristeza y no entendían cómo se había dejado fotografiar en tan poca ropa. Al final, les preguntó que si el cuerpo de la mujer era para vender. Obvio las niñas, le contestaron que no.
Me encantó esa idea y esa manera de separar el mundo actual de la verdadera belleza. Glennon le puso palabras a lo que yo estaba pensando. En cuanto vi a mis hijas les pregunté que para que creían ellas que era el cuerpo de la mujer, una dijo que para abrazar, la otra para jugar soccer y para saltar.
Les pregunté que cómo se sentían corriendo, jugando y saltando. Me dijeron que felices y con muchas ganas de sonreír, y que al estar felices querían contagiar esa felicidad a todos los de la casa, a sus amigos y a todos los de la escuela. Me encantó, porque para m,i esa es la verdadera belleza, la alegría que se contagia, el amor que se transmite, no la cantidad de lipstick o pintura en los ojos que se apliquen al día. Y no me lo tomes a mal, no estoy peleada con el maquillaje de diario, pero si estoy peleada con el maquillaje que transforma,que cambia el verdadero yo de las niñas y mujeres.
Yo se que es un tema muy amplio y que falta mucho camino por recorrer y que es un tema que me voy a seguir enfrentando una y otra vez. Pero si quiero dejarles super claro a mis niñas que ellas son bellas siempre . Que no necesitan hacer contour, ni pintarse los ojos, ni la boca, ni escotarse para serlo y sobre todo que nadie puede decirles si son bonitas o no.