Desaparecidos, torturados y asesinados: grupos paramilitares siembran el caos en Nicaragua

MANAGUA, Nicaragua.- Kennett Israel Romero Aburto fue secuestrado la tarde del 26 de mayo por varios sujetos encapuchados y armados en el barrio El Riguero, en Managua. El joven de 23 años estaba en una tienda miscelánea con unos amigos cuando los hombres saltaron de una camioneta modelo Hilux a atacarlos. En segundos fueron reducidos y montados en el vehículo.
María Elsa Aburto, madre del joven, estaba en su casa de habitación cuando los vecinos le alertaron sobre el secuestro. La mujer salió despavorida a buscar al hijo. Pero han pasado tres días y todavía desconoce su paradero. “No quiero que me lo regresen muerto”, dijo Aburto a Univision Noticias.
En los distritos policiales de Managua y en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocidas como El Chipote, no le dan cuenta sobre su hijo a esta madre desesperada. “Lo quiero de regreso con vida”, reclamó Aburto. “Se lo llevaron paramilitares”, denunció. Quienes detuvieron a Romero Aburto fueron grupos irregulares que este fin de semana sembraron el horror en Managua y otras ciudades de Nicaragua.
Las denuncias ciudadanas sobre paramilitares armados recorriendo barrios de Managua abundaron este fin de semana. Se trata de de la Juventud Sandinista, policías vestidos de civil y matones a sueldo cuyo accionar deja al menos cinco muertos y decenas de heridos en tres días, según el recuento de organismos de derechos humanos.
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El asesinato más escalofriante fue el de Keller Steven Pérez Duarte. El cadáver del universitario fue encontrado en un cauce ubicado en la Cuesta el Plomo, en la capital, donde la anterior dictadura somocista solía ajusticiar a sus detractores. El universitario presentaba signos de tortura: las piernas quebradas, sin dentadura y la mayoría de su cuerpo quemado.
Pérez Duarte era sandinista pero había decidido apoyar la lucha de los universitarios contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Los paramilitares se lanzaron de forma selectiva este fin de semana contra manifestantes. Las noches del sábado y del domingo estuvieron cargadas de tensión. Los paramilitares rondaban en camionetas doble cabina en los barrios donde habían barricadas.
“Esto se trata de secuestros, de ejecuciones y torturas. Hay un patrón en las denuncias que hemos recibido”, dijo a Univision Noticias el abogado Juan Carlos Arce, del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
Los grupos paramilitares comenzaron sus redadas contra los tranques ciudadanos alrededor del país, que desde hace una semana fueron levantados como protesta contra el gobierno de Ortega y Murillo. Jorge Gastón Palacios, de 30 años, falleció en un tranque en la ciudad de Sébaco (a 100 kilómetros de Managua) luego que los paramilitares abrieron fuego en un confuso enfrentamiento.
El viernes por la noche también falleció Tomás Alejandro Estrada de 20 años en Ciudad Belén, en Managua, un suburbio ubicado a 14 kilómetros del centro de la ciudad. Los relatos de los vecinos coinciden en que los grupos paramilitares llegaron en camioneta abriendo fuego contra los jóvenes que protestaban. Estrada recibió un balazo en el cuello. La cifra de muertos en la represión a las protestas en Nicaragua ya sobrepasa los 85, de acuerdo a organismos de derechos humanos.
“¡Que el gobierno controle estos grupos para evitar más derramamiento de sangre!”, instó Marcos Carmona, director de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (DH).
Durante este fin de semana, la Policía Nacional estuvo ausente de las calles del país y los paramilitares actuaron sin restricciones. El rector de la Universidad Centroamericana (UCA), padre José Idiáquez, denunció que “grupos parapoliciales” atacaron a los vigilantes de ese recinto con morteros artesanales y armas.
“La UCA denuncia este cobarde ataque nocturno de las fuerzas parapoliciales, que amparadas en la impunidad que les garantiza el desgobierno actual, vienen utilizando las horas de la noche para amedrentar, y asesinar a ciudadanos inocentes en los barrios de la capital y otras ciudades”, escribió el padre Idiáquez.
Ante las denuncias de los ciudadanos, la institución policial emitió un comunicado en el que niegan la existencia de estos grupos. “La Policía Nacional no ha tenido, no tiene, ni tendrá fuerzas parapoliciales, y no ha actuado contra esos grupos delincuenciales por existir acuerdos en el Diálogo Nacional de mantener acuarteladas las fuerzas policiales, garantizando el desarrollo de marchas pacíficas en el territorio nacional y no hace presencia en los alrededores de los recintos universitarios”, afirmó la institución armada.
El gobierno de Ortega y Murillo han desoído las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en cuyo informe preliminar demandaron cesar la violencia y desmantelar los grupos armados irregulares.
Las protestas continúan
Los universitarios se tomaron la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) la mañana de este lunes, pero pocas horas después los paramilitares en conjunto con tropas antimotines desataron un ataque indiscriminado que dejó al menos un muerto y más de 40 heridos. De esa forma, la policía volvía a las calles a reprimir.
Los oficiales rondaron las calles aledañas a la UNI en camionetas y desde los vehículos en movimiento abrían fuego a quemarropa. Les cargas policiales también afectaron a periodistas. La reportera Ivette Munguía del diario La Prensa recibió un disparo de goma en la mano. Un equipo de la agencia de noticias EFE también fue golpeado. Los manifestantes también quemaron la fachada de la Nueva Radio Ya, la principal emisora oficialista, que está ubicada cerca de la universidad de ingeniería.
Médicos del hospital Vivian Pellas y del Hospital Bautista, ambos privados, confirmaron a Univision Noticias que recibieron heridos con armas de fuego. “Dos de los muchachos fueron intervenidos en el quirófano, están graves pero estables”, agregó por su parte de uno de los médicos del Vivian Pellas. Un universitario tenía perforado el hígado y otro tenía una herida de bala en la pierna.
El enfrentamiento duró casi todo el día y al caer la noche las barricadas en Managua comenzaron a ser reforzadas, en especial en los recintos que están tomados por estudiantes. Este mismo lunes una comisión reducida del gobierno, los universitarios, la sociedad civil y empresarios estuvieron reunidos para negociar la reactivación del Diálogo Nacional que encalló la semana pasada.
Al final de la tarde, las partes anunciaron que habían alcanzado a un acuerdo: el gobierno aceptó “retomar el diálogo” para discutir la democratización del país. Por su parte, la denominada ‘Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia’ hará un llamado a los ciudadanos de los tranques para bajar la intensidad. También le exigieron al régimen cesar de forma inmediata la represión para cumplir las recomendaciones de la CIDH.
Mientras esto sucedía, María Elsa Aburto preguntaba por su hijo por segunda vez en las celdas de El Chipote. No obtuvo respuesta. Romero Aburto sigue desaparecido. La patrulla policial que ingresó a la sede policial cargada de jóvenes vapuleados solo aumentó más la zozobra de esta mujer.