Ecuatorianos votan a favor de eliminar reelección indefinida heredada de Rafael Correa
QUITO, Ecuador.- La mayoría de los ecuatorianos votó el domingo en un referéndum a favor de eliminar la posibilidad de la reelección presidencial indefinida de la Constitución.
Con un 98.4 por ciento de los votos escrutados, el 64.32 % de los ecuatorianos apoyaron la iniciativa de eliminar esa figura en la Carta Magna, un resultado que impediría el eventual regreso del exmandatario socialista Rafael Correa al poder.
El referéndum había sido convocado por el presidente Lenín Moreno, que fue vicepresidente de Correa pero poco después de haber asumido el año pasado rompió con él.
"No volverán ya los viejos políticos, tienen la obligación de renovarse", dijo Moreno minutos después de anunciado el conteo rápido.
Las otras seis preguntas del polémico referéndum también tuvieron el respaldo mayoritario de la población, según el conteo rápido oficial, que tiene un margen de error de menos del 1 por ciento.
Los otros temas que se decidieron fue la destitución de los del Consejo de Participación Ciudadana –el fiscal, el contralor y el presidente del Consejo de la Judicatura–, la inhabilitación política de los condenados por corrupción y la reestructuración de todas las autoridades de control que este organismo nombró durante el correísmo.
Estas son las cuestiones que más molestan a Correa, quien se niega al retiro en Bélgica, donde ya vive su familia. Por eso encabezó la cruzada por el 'no' al referendo. En sus alocuciones habló de "persecución" y "traición" y defiendió el argumento de que ha habido “una alteración del orden constitucional” porque Moreno no esperó el dictamen de la Corte Constitucional y aceleró la convocatoria con un Decreto Ejecutivo. Esto lo denunció en la Organización de Estados Americanos (OEA) el pasado 15 de diciembre.
La consulta popular llevó a las urnas a 13,026,598 ecuatorianos en el país y a 395,178 expatriados, y le costó 50 millones de dólares a Ecuador. Ocurre cuando Moreno cumple 10 meses en la presidencia y las autoridades han iniciado una serie de auditorías a exfuncionarios del gobierno de Correa. Uno de los últimos casos investigados revela que los hermanos Fernando y Vinicio Alvarado, que pasaron por varios ministerios y fueron los responsables de la propaganda oficial durante los años de Correa, no justificaron sus ingresos en la última década. Ellos, sus familias y sus empresas de publicidad habrían registrado ingresos por 161 millones de dólares que no han sido declarados.
"La corrupción campea cuando hay un solo gobernante que cree que se quedará toda la vida", dijo Moreno esta semana en un mitin en una barriada de Quito.
Moreno lidia también con su partido, Alianza País, que es a la vez gobierno y oposición desde que se fraccionó en octubre pasado la amistad entre los políticos, y algunos de sus cuadros ya se han desafiliado siguiendo el ejemplo de Rafael Correa. Por esto algunos analistas creen que con la consulta, el presidente busca legitimarse en su cargo.
“Hay un criterio generalizado de que Moreno no ganó la elecciones por sí mismo sino por Correa”, dice Mauricio Alarcón, director de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, que promueve la formación de líderes sociales.
La campaña que ha precedido a este proceso electoral se ha visto salpicada por actos de violencia y vandalismo. El rechazo al expresidente en algunos tramos de sus recorridos se ha expresado con una lluvia de huevos, piedras y hasta basura lanzada a los vehículos de su caravana. Esta última semana, Correa fue sitiado por un centenar de personas en una radio en Quinindé (provincia de Esmeraldas, costa norte del país) que gritaban consignas en su contra y estuvo allí durante más de tres horas. Según el alcalde de esa localidad, Ángel Torres, la gente se enojó cuando el exmandatario dijo en los micrófonos de la radio que había un grupo de delincuentes que no lo dejaba salir.
Moreno, en cambio, ha llevado una campaña con menos confrontación, muy fiel a su estilo conciliador, y de momento está ganando el pulso, aunque no por mucho margen. La encuestadora Cedatos señala que hasta el 15 de enero había una relación del 65-35 entre el 'sí' y el 'no'. Para el analista Pachano, esto podría agravar la polarización del país. “Si Moreno no saca la mayoría significa que Correa está vivo. Hay que recordar que todos los votos del 'no' son de Correa y que todos los del 'sí' no son de Moreno. Ya veo a Correa y a su gente a decir que obtuvieron el 40%”, dice.
El 'sí' tiene muchos padres y madres: 36 de las 40 organizaciones inscritas en el Consejo Nacional Electoral para hacer campaña promueven el 'sí'. Entre estas están los partidos políticos que se han puesto del lado de Moreno para enterrar el correísmo, pero no se sabe cómo actuarán más adelante.
El escenario postconsulta depende de los resultados del próximo domingo. “Moreno tiene que empezar a gobernar un día después de la consulta, definirse sobretodo en lo económico y en lo internacional. Pero si triunfa con poco va a tener problemas, lo va a tener difícil en la Asamblea, donde hay un bloque oficialista dividido. Va a tener que gobernar con un mar embravecido, negociar cada paso que da, cada política pública”, explica el académico Simón Pachano.
Alarcón añade que hay temas variopintos e innecesarios en la consulta, como el cambio de las condiciones de explotación del parque nacional Yasuní (para lo que bastaba un decreto ejecutivo) o la no prescripción de los delitos sexuales en contra de los niños. En contraparte, hay otros temas que se quedaron fuera, porque en total hubo 2,700 preguntas que plantearon 800 organizaciones a nivel nacional. “No podemos dejar de lado la gran cantidad de preguntas que se plantearon. Se sabía que la ciudadanía quería pronunciarse sobre todas las enmiendas que se aprobaron en 2015, como el cambio de competencias de la Contraloría o la declaración de la comunicación como servicio público. Esto es una deuda pendiente”, dice el jurista.