Con temor al caos y esperanza en el cambio se desarrollan las elecciones presidenciales en Honduras

Honduras elegirá un nuevo presidente el domingo bajo una nube de incertidumbre sobre quién podría ganar o cómo se desarrollará el proceso, lo que lleva a muchos a temer que se repita el caos que siguió a las disputadas elecciones de 2017.
Las denuncias de fraude en 2017, cuando se impuso Juan Orlando Hernández, dieron lugar a protestas generalizadas que en ocasiones fueron brutalmente reprimidas, con el resultado de la muerte de al menos 23 personas.
En la capital, Tegucigalpa, los negocios comenzaron a tapar sus ventanas hace más de una semana y los residentes han acudido en masa a los supermercados para abastecerse de productos básicos.
"Todo el mundo espera que esta elección sea controvertida y teme que pueda provocar otra ola de tumultos postelectorales", dijo Tiziano Breda, analista de Centroamérica para el International Crisis Group.
Sistema frágil
"Sabemos que el sistema electoral hondureño es tan frágil que no son sólo las elecciones libres y justas lo que nos debe preocupar, sino el hecho de que el sistema electoral pueda desmoronarse y el potencial de inestabilidad y violencia posterior", dijo Eric Olson, experto en Centroamérica de la Fundación Internacional de Seattle, una organización no gubernamental que promueve buenas prácticas de gobernabilidad y el reforzamiento de la sociedad civil en países de Centro América.
Pero en medio de tantos interrogantes sobre lo que pueda ocurrir este domingo y en los días venideros, también hay una sensación de esperanza. "Hay una mezcla de miedo, pero por otro lado percibo una determinación de ir a las urnas", dijo Gustavo Irias, director de la organización de vigilancia electoral hondureña Centro de Estudios para la Democracia, CESPAD.
En los últimos cuatro años, medio millón de hondureños, una cifra sin precedentes, han huido mientras el país era azotado por la pandemia y un par de grandes huracanes, y el presidente Hernández y su gobernante Partido Nacional se veían envueltos en una interminable saga de acusaciones de narcotráfico y corrupción.
Los hondureños están hartos. "Es hora de un cambio", dijo William Chaver, de 20 años, estudiante de enfermería, en una tarde reciente en el parque central de Tegucigalpa. "El Partido Nacional lleva 12 años en el poder".
La oposición
Chaver confía en que la principal candidata presidencial de la oposición, Xiomara Castro, pueda ofrecer un futuro mejor para el país. Castro, de 62 años, es esposa del expresidente Manuel 'Mel' Zelaya, quien ocupó el cargo desde 2006 hasta junio de 2009, cuando fue derrocado en un golpe de Estado respaldado por los militares.
Castro se presentó por primera vez a la presidencia en 2013 como candidata del partido de centro-izquierda LIBRE, que surgió de un movimiento de protesta que siguió al golpe. Este año, cuenta con el respaldo de una coalición de partidos de la oposición de todo el espectro político.
Los observadores independientes creen que Castro disfruta de una ligera ventaja sobre su principal oponente, Nasry Asfura, del conservador Partido Nacional.
Asfura, actual alcalde de Tegucigalpa, de 63 años, conocido como "Papi a la Orden", es popular en su ciudad natal por las mejoras de infraestructura realizadas durante sus dos mandatos que han reducido la congestión en la ciudad.
"
Papi es diferente"
Pero la campaña de Asfura se ha visto afectada por la sombra del presidente Hernández y las numerosas acusaciones de corrupción que rodean a su partido. En un aparente intento de distanciarse de Hernández, su lema de campaña es "Papi es diferente".
Pero la presunta implicación del propio Asfura en una trama de malversación de cerca de un millón de dólares en fondos públicos, y su posición como abanderado de un partido ahogado en escándalos, han dificultado que el mensaje cale.
"Siempre ha sido un hombre trabajador, pero el problema es que no puede ser diferente si se presenta con todos esos candidatos cuestionables", dijo Juliette Handal, empresaria y exdirectora de la cámara de comercio más poderosa del país.
Complicado para EEUU
La carrera entre Castro y Asfura se prevé reñida. El ganador ofrecerá una oportunidad a Estados Unidos, que esencialmente ha rechazado a Hernández, para tratar con un nuevo líder, pero también vendrá con sus propios desafíos.
"Gane quien gane, seguirá siendo extraordinariamente complicado para Estados Unidos, como lo ha sido desde que llegó el gobierno de Biden en enero", dijo Olson, señalando las acusaciones de corrupción contra Asfura y su partido, así como las del esposo de Castro que se remontan a su gobierno.
Honduras también elegirá un nuevo Congreso, los ayuntamientos de los 298 municipios y los representantes en el parlamento centroamericano. La lucha por el control del Congreso es posiblemente tan importante como la de la presidencia.
La próxima legislatura tendrá la oportunidad de remodelar un sistema de justicia con problemas, eligiendo una nueva Corte Suprema, un fiscal general y otros cargos clave.
El destino de Hernández
El resultado de las elecciones también podría determinar el destino del presidente Hernández, que ha sido acusado por los fiscales estadounidenses de aceptar millones en sobornos de narcotraficantes y cuyo hermano, Tony Hern´ández, fue condenado en un tribunal de Nueva York por tráfico de drogas en 2019.
Hernández ha negado vehementemente las acusaciones, pero, siguiendo con la tradición de la justicia estadounidense, parece destinado a ser acusado tan pronto como deje el cargo a finales de enero.
Y si la oposición gana, entonces perdería potencialmente la protección contra la extradición.
Con tanto en juego, el potencial de conflicto es muy alto. Los hondureños esperan que unos resultados claros y limpios puedan evitar el caos del pasado.
"Que la gente salga a votar y que no haya lío después de las elecciones, tanto si gana la [oposición] como si gana el Partido Nacional. Nos afectaría mucho porque nuestra economía ya está mal", dijo a Univision Noticias Chaver, el aspirante a enfermero, en la plaza central de Tegocigalpa, reflexionando sobre los riesgos y las oportunidades que se abre para su país con el actual proceso electoral.