¿Quién es el "monstruo" que aterroriza a los fiscales de Guatemala?
La decisión de esta semana de volver a nombrar a la controvertida fiscal general, Consuelo Porras, para un segundo mandato de cuatro años, es un desastre para la democracia y supone una vía libre para la corrupción política desenfrenada, afirman los exfiscales guatemaltecos y defensores de los derechos humanos.
El presidente Alejandro Giammattei volvió a nombrar a Porras el lunes, ignorando las preocupaciones generalizadas sobre su idoneidad para el cargo.
El Departamento de Estado de Estados Unidos ya había incluido a Porras y a su marido en una lista de "actores corruptos y antidemocráticos" en septiembre, además de suspender la cooperación con su despacho y retirarle el visado.
En su toma de posesión, Giammattei defendió a Porras y también dio un tono nacionalista, diciendo que la Fiscalía General "no será utilizada nunca más por nacionales o extranjeros para imponer una agenda ideológica o política".
Giammattei también anunció que no asistirá a la Cumbre de las Américas en respuesta a las críticas de EEUU por el nombramiento de la fiscal general.
Desde que fue elevada a uno de los cargos más poderosos del país, Porras se ha convertido en un pararrayos de las críticas, lo que la ha convertido en una de las figuras públicas más impopulares del país.
"Para mí es un monstruo", dijo a Univision Noticias la ex fiscal general Thelma Aldana. Aldana precedió a Porras y se exilió al día siguiente de dejar el cargo en 2018 temiendo por su vida.
Alabada por su independencia y honestidad, Aldana trabajó estrechamente con una comisión internacional antiimpunidad (CICIG) para lograr varios ministros y otros altos cargos públicos.
Porras es una "fanática religiosa"
Con 68 años de edad, de baja estatura y con el pelo recogido, Porras es una ferviente católica que lleva un rosario en la muñeca. Es abogada de profesión y antes de convertirse en fiscal general fue magistrada de cortes de apelaciones y fiscal de asuntos constitucionales, sin experiencia en temas de investigación criminal de alto nivel.
Los del personal de Porras se sentían obligados a ir a misa con ella por miedo a perder sus puestos de trabajo, dijo el ex jefe de la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI), Juan Francisco Sandoval.
También instaló una estatua de la Virgen María en el pasillo fuera de su oficina.
"En una de las últimas reuniones que tuvimos, por algún motivo salió el tema de que algo había ocurrido en un partido de fútbol... y yo dije ese es el problema de ser fanático. Y entonces ella me dijo: 'Yo soy fanática religiosa'", recordó Sandoval.
Durante su discurso de toma de posesión, Porras insistió en que bajo su dirección la Fiscalía ha actuado "sin ningún tipo de sesgo o ideología política, centrándose estrictamente en su función constitucional y legal".
La primera vez en la historia reciente de Guatemala que un Fiscal General es reelegido
Fue reelegida después de superar a un grupo de 15 candidatos revisados por una comisión dirigida por todos los decanos de las facultades de derecho de las universidades y la Corte Suprema. Es la primera vez en la historia reciente de Guatemala que un Fiscal General es reelegido para un segundo mandato de cuatro años.
Pero sus críticos, entre ellos el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, la han acusado de socavar sistemáticamente la democracia al obstruir las investigaciones anticorrupción para proteger a los aliados del gobierno. En un comunicado, Human Rights Watch dijo que Porras ha "socavado las investigaciones sobre corrupción y abusos a los derechos humanos, y entablado procesos penales arbitrarios contra periodistas, jueces y fiscales".
El Consejo Nacional Empresarial de Guatemala opinó que su reelección "no es una buena noticia para el clima de inversión del país. Tampoco para la necesaria estabilidad y el Estado de derecho".
Porras fue la candidata del expresidente Jimmy Morales, que acabó con la CICIG
Porras fue elevada a uno de los puestos más poderosos del país en 2018 por el expresidente Jimmy Morales, quien también fue señalado por acciones corruptas.
Un año después de que asumiera el cargo, el gobierno guatemalteco dio por terminada la CICIG, una misión respaldada por Naciones Unidas que operó durante 12 años desmantelando redes criminales.
En ese momento, la CICIG había abierto una investigación por denuncias de irregularidades en la financiación de la campaña electoral de Morales en 2015. El gobierno dio al organismo de la ONU 24 horas para abandonar el país.
Cuando el sucesor de Morales, Giammattei, también fue investigado por la unidad anticorrupción (FECI), los fiscales se convirtieron en blanco de persecución de la oficina de Porras.
Ya son 24 oficiales de la justicia guatemalteca en el exilio
Durante el primer periodo de Porras en el cargo de fiscal general, 24 operadores de la justicia -fiscales, jueces y magistrados- se han exiliado denunciando haber sido víctimas de represalias de Porras por su trabajo en casos de corrupción.
Las acusaciones contra Porras se intensificaron el pasado mes de julio después de que destituyera al jefe de la unidad anticorrupción de Guatemala, Juan Francisco Sandoval.
Cientos de personas salieron a la calle para protestar por su destitución. Sandoval huyó del país horas después de ser destituido por temor a que Porras lo persiguiera por cargos inventados.
"Ella es la impunidad", dijo Sandoval, que ahora solicita asilo político en Estados Unidos mientras aprende inglés. "Mi vida estaba en peligro. En la fiscalía desmantelamos estructuras de poder violentas, ejecuciones extrajudiciales, expresidentes, gente con mucho poder político, con mucho poder económico", dijo Sandoval.
"Además, yo preveía que Porras iba a buscar la manera de detenerme", agregó.
Aldana acusa al gobierno de ser un "pacto de corruptos", en referencia a un grupo de políticos supuestamente implicados en casos de corrupción con vínculos con el gobierno de Giammattei.
Cuando intentó lanzar una campaña para la presidencia, fue investigada por supuestas contrataciones ilegales cuando era jefa del Ministerio Público. "Porras me quitó la seguridad. Con ella no hay posibilidad de que se investigue a los corruptos. Ella se comprometió con ellos, con la mafia", dijo.
Una de las últimas en exiliarse el año pasado fue la renombrada jueza Erika Aifán Dávila, quien dijo tras salir del país que estaba realizando una investigación contra el actual presidente.
El caso de corrupción que implica a Giammattei
Giammattei era investigado por un supuesto aporte de 2.6 millones de dólares a su campaña electoral de 2019, según un informe de El Faro publicado en febrero.
Era parte de una investigación abierta por la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI) tras encontrar el equivalente a casi 16 millones de dólares en efectivo escondidos en maletas en una casa en Antigua Guatemala alquilada por un exministro. La contribución a la campaña estaba vinculada a contratos gubernamentales para 12 proyectos de construcción de carreteras por valor de más de 191 millones de dólares.
La oficina de Giammattei ha rechazado las acusaciones, pero muchos críticos interpretan su apoyo como un esfuerzo por bloquear la investigación. Durante el nombramiento de Porras, el presidente rechazó "las acusaciones mediáticas o políticas que puedan existir" contra Porras.
Porras también niega haber intervenido en ningún caso. "Todos los casos se asignan a los fiscales, en ningún caso el fiscal general investiga", respondió al ser cuestionada sobre su papel en las investigaciones de posible corrupción que no avanzan. Entre los logros de su istración está que más de 60 personas acusadas de narcotráfico fueran extraditadas a Estados Unidos.
"Guatemala era vista como un faro, una luz de esperanza para la justicia"
Sandoval y Aldana temen que la ventana de esperanza que existió durante la era de la CICIG haya terminado.
"Todo ese esfuerzo de 12 años de trabajo de la comunidad internacional, de Estados Unidos, de nosotros, jueces, fiscales independientes, sociedad civil, prensa independiente. Esta señora lo echó a perder todo. Es increíble", dijo Aldana, que trabaja ahora como abogado en Washington DC donde investiga la violencia contra la mujer en América Latina.
Ahora, con 66 años, lamenta "no es la edad para empezar el sueño americano. Yo tenía planificado ir a dar clases y empezar a tener nietos, de cuidarlos y no andar en el exilio, en el tren, en los autobuses, como que tuviera 20 años."
Sandoval es más joven, aunque a sus 40 años ya tenía 15 años de experiencia como fiscal en su haber.
"Hubo un periodo muy corto en el que, con los avances en el caso de la justicia transicional, Guatemala era vista como un faro, una luz de esperanza para la justicia en Centroamérica", dijo Sandoval.
"Pero en la rearticulación de las estructuras del gran poder, aprovecharon ese poder para actuar ahora contra nosotros. Porque el tema no es solamente dejar que el esfuerzo que se hizo para investigar las redes ilícitas del gran poder avance o se repita, sino también tomar venganza y neutralizar a toda la gente que en su momento impulsó esos esfuerzos, la gente que participó está neutralizada. Pero también es un ejemplo para los que se quedaron en el sentido de que es imposible hacer justicia en Guatemala", agregó.
