"Ven a salvarme, estoy bajo el cemento": sobrevivientes narran la tragedia del terremoto en Haití
De la casa de dos plantas de Marcel François, en Los Cayos, solo quedan ruinas tras el terremoto en Haití de magnitud 7.2 que remeció la sureña localidad de la isla este sábado a las 08:29 de la mañana.
El número de muertos por el sismo se disparó este domingo a casi 1,300 mientras cuadrillas excavaban desesperadamente en edificios derrumbados en busca de sobrevivientes. La agencia de Protección Civil calcula que más de 5,700 personas resultaron heridas.
"Es por gracia de Dios y también gracias a mi teléfono que estoy vivo, porque pude avisar a la gente de fuera dónde me encontraba", dijo a la AFP, Marcel François, 30 años.
Su hermano menor, Job, y los vecinos pasaron más de tres horas sacándolo de los escombros sin más herramientas que sus manos.
"Iba en el autobús al trabajo cuando ocurrió el terremoto. Pude localizar a Marcel por teléfono, pero me dijo: 'ven a salvarme, estoy bajo el cemento'", cuenta Job François.
Tras ser rescatado de entre los bloques de hormigón y los muebles rotos, con heridas en la cabeza, Marcel François fue trasladado inmediatamente al hospital en estado de shock, ya que no tenía noticias de su hija de 10 meses, que seguía atrapada entre las ruinas.
"Pensé que mi hija estaba muerta. Cuando llegué al hospital estaba llorando, estaba resignado", cuenta, conmovido, este hombre de 30 años.
Gracias al trabajo en equipo de los residentes y de su tío, la pequeña Ruth Marlee Alliyah François fue sacada de la casa cuatro horas después del terremoto.
Marcel y Job François esperan que los equipos profesionales les ayuden el domingo por la mañana a sacar de entre los escombros el cuerpo sin vida de su inquilina, una mujer de 27 años que vivía en la planta baja de la residencia y que murió a los pocos minutos del terremoto.
Tras una angustiosa noche de réplicas, máquinas pesadas, camiones y retroexcavadoras se dedicaron a trasladar losas de cemento de los edificios derrumbados en la localidad de Los Cayos, cerca del epicentro del terremoto.
Un solo cirujano en la zona
Los esfuerzos para ayudar a las víctimas podrían verse obstaculizados a medida que se acerca la depresión tropical Grace, que amenaza con traer fuertes vientos y lluvias a la isla este lunes, según el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos.
El Ministerio de Salud envió personal y medicamentos a la península del suroeste, pero la logística de emergencia también se ve comprometida por la inseguridad que asola Haití desde hace meses.
La única carretera que une la capital con la mitad sur atraviesa en poco más de 1.24 millas (dos kilómetros) el barrio pobre de Martissant, que está bajo el control de bandas armadas desde principios de junio, e impiden la libre circulación.
Los pocos hospitales de las zonas afectadas tienen dificultades para prestar atención de urgencia.
Solo una docena de médicos está disponible en la región más afectadas por el sismo, donde vive cerca de un millón de personas.
" Soy el único cirujano", dijo el doctor Edward Destine, cirujano ortopédico citado por The New York Times, señalando un quirófano provisional de chapa ondulada instalado cerca del aeropuerto de Les Cayes. "Me gustaría operar a 10 personas hoy, pero no tengo los suministros necesarios", dijo, enumerando la necesidad urgente de gotas intravenosas e incluso de los antibióticos más básicos.
Jean-David Cassis, un agricultor de 31 años de la ciudad de Torbeck, en la costa suroeste, dijo a The Washington Post que la propia gente del vecindario " con sus propias manos, ha estado cavando y rescatando a cualquiera que pudiera salvar".
El mismo, junto con otros vecino, lograron extraer de los escombros de una casa a una mujer de 21 años, con vida, aunque no pudieron salvar a su madre de 47 años, con su pequeño hijo en brazos.
años que fue encontrada muerta, con su hijo pequeño en brazos.
"Las casas se derrumbaron por todas partes", dijo Cassis. "Es una situación muy grave. . . . La gente sigue tirada donde murió".
Primer ministro clama por "superar las rencillas"
El primer ministro Ariel Henry, que declaró el sábado el estado de emergencia durante un mes en los cuatro departamentos afectados por la catástrofe, agradeció el domingo a la comunidad internacional.
"Queremos dar una respuesta más adecuada que en 2010 tras el terremoto. Toda la ayuda que venga del exterior debe ser coordinada por la Dirección de Protección Civil", exigió el jefe del gobierno, al tiempo que llamó a sus conciudadanos a la "unidad nacional".
"Olvidemos nuestras rencillas", abogó.
Estados Unidos envió este domingo a Haití un equipo de búsqueda y rescate urbano, la segunda unidad que despliega en el país tras el devastador terremoto.
El equipo está compuesto por 65 expertos en labores de búsqueda y rescate y 4 perros entrenados para ese fin, que "se sumarán a las operaciones de búsqueda" de desaparecidos, anunció en un comunicado la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, en inglés).
La unidad viajará acompañada de "52,000 libras (23,587 kilogramos) de herramientas y equipos especializados, incluidos equipos hidráulicos para romper hormigón, sierras, sopletes y taladros, junto con equipos médicos sofisticados" para apoyar sus operaciones, añadió la agencia.
A esos expertos, procedentes del Departamento de Incendios y Rescate del condado de Fairfax, Virginia, les acompañarán cinco personas más de la misma oficina, que se dedicarán a apoyar en la "coordinación" de la respuesta al terremoto.
El Ejército de Estados Unidos anunció la creación de una misión militar conjunta que se suma al despliegue de un equipo que evaluará la situación en la zona del desastre. Cuatro helicópteros fueron igualmente movilizados para servir de transporte.
El papa Francisco expresó el domingo su "solidaridad" con el pueblo de Haití, diciendo que esperaba que la comunidad internacional se implicara en su favor.
Muchos países, como Estados Unidos, República Dominicana, México y Ecuador, ya han ofrecido su ayuda enviando personal, raciones de emergencia y equipos médicos.
Los esfuerzos del país por recuperarse de la catástrofe se vieron frenados por la grave inestabilidad política.
La isla sigue sumida en una aguda crisis sociopolítica, agravada por el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio y la ausencia de un gobierno plenamente operativo.