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    Trump retiene fondos para América Central destinados a parar el flujo de migrantes

    La Casa Blanca está usando "táctica dilatorias" para no enviar ayudas destinadas al desarrollo de los países de donde huyen los migrantes, lo que puede empeorar la crisis en la frontera de la que tanto se queja el presidente.
    28 Mar 2019 – 02:33 PM EDT
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    Los países de Estados Unidos y del Triángulo del Norte alcanzaron lo que el secretario de seguridad nacional de los EEUU, Kirstjen Nielsen, llamó el miércoles un acuerdo "histórico" para enfrentar las causas de la crisis migratoria centroamericana. En la foto, Nielsen en la reunión en Tegucigalpa, Honduras, el 27 de marzo de 2019. Crédito: Twitter/DHS Secretario Nielsen

    La istración de Donald Trump está reteniendo cientos de millones de dólares de ayuda que el congreso aprobó para Centroamérica, lo cual podría poner en peligro los esfuerzos para desarrollar una mayor cooperación con los gobiernos de Honduras, El Salvador y Guatemala para detener el flujo de migrantes, según diplomáticos y expertos en ayuda extranjera.

    La falta de fondos ya está provocando el recorte de varios programas y el despido de los empleados en la región, según fuentes consultadas por Univision Noticias. La retención de fondos se produce después de repetidas amenazas por parte del presidente Trump de recortar las ayudas para Centroamérica debido a su frustración por el creciente número de migrantes que llegan a la frontera sur de Estados Unidos con México en busca de asilo. Incluye los fondos aprobados tanto para 2018 como para 2019, por un total de casi 500 millones de dólares, según le dijeron las fuentes a Univision.

    "Esto es clásico de Trump. Lo mismo sucedió con el muro. Una vez que el Congreso asigna dinero y lo convierte en ley, el presidente no puede hacer lo que le dé la gana", dijo Michael Shifter, presidente de Inter-American Dialogue, un influyente grupo de Washington DC que intenta definir la política regional.

    La Casa Blanca no respondió de inmediato a correos de Univision Noticias, pero funcionarios estadounidenses han declarado en repetidas ocasiones que trabajar con los gobiernos centroamericanos para mejorar la seguridad y la prosperidad en la región es una de sus principales prioridades.

    " Hemos llegado a un punto crítico. Estamos a una o dos semanas de tener que cerrar programas y comenzar a despedir personas", dijo un diplomático estadounidense que pidió no ser identificado. "Todos los programas se están reduciendo a un nivel mínimo para que no se destruyan", añadió el diplomático.

    La ayuda es parte de un programa bipartidista diseñado por la istración de Barack Obama para reducir la inmigración ilegal mediante el aumento de la seguridad, la mejora de la gobernanza democrática y la creación de empleos en los tres países del llamado Triángulo Norte, Honduras, El Salvador y Guatemala, de donde procede la mayoría de los inmigrantes.

    Los fondos financian la capacitación del poder judicial, los programas de desarrollo rural para ayudar a los agricultores y reducir la pobreza, así como los programas para disuadir a los migrantes de emprender el peligroso viaje hacia el norte y ayudar a reasentar a los deportados.

    Programas para disuadir a los migrantes

    Algunos observadores señalaron la ironía de que se retuviera dinero del programa diseñado para reducir la inmigración en un momento en que la istración Trump se queja de una emergencia nacional en la frontera sur debido al gran número de migrantes.

    "Al no desembolsar los fondos apropiados para el desarrollo y la aplicación del estado de derecho en el Triángulo Norte, la istración Trump socava su propio objetivo final deseado", dijo el ex embajador de Estados Unidos y analista de política exterior de Univision, John Feeley, quien anteriormente fungió como subdirector para América Latina en el departamento de estado.

    "Es una herida autoinfligida basada en la creencia personal e incorrecta del presidente de que la ayuda exterior es una dádiva para naciones holgazanas", añadió.

    En octubre, Trump tuiteó que Estados Unidos "comenzaría a recortar" la ayuda exterior a Guatemala, Honduras y El Salvador después de acusar a dichos países de no poder "cumplir la tarea de impedir que las personas salgan de sus países y vayan ilegalmente a Estados Unidos".


    En un discurso de marzo, Trump acusó a Centroamérica de enviar a "algunas personas muy malas ... con un tremendo historial de violencia en el pasado: homicidas, asesinos, traficantes de drogas, traficantes de personas".

    Al mismo tiempo que Trump lanza sus ataques y amenazas, los funcionarios de la istración buscan la cooperación de los gobiernos centroamericanos. La secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, se reunió el miércoles con los jefes de estado de los tres países de Honduras para firmar lo que ella llamó un pacto migratorio regional "histórico" para aumentar la cooperación en temas de seguridad y prevenir las "caravanas" de migrantes que tanto enojan a Trump.

    "Estados Unidos comparte una causa común con los países de Centroamérica para enfrentar estos desafíos", dijo Nielsen en un comunicado de prensa el jueves, saludando el pacto. "Juntos prevaleceremos", agregó.

    Sin embargo, ante el desconcierto de muchos, su declaración diplomática se produjo pocas horas después de que Trump había vuelto a tuitear enojado que podría cerrar la frontera sur debido a que México, Honduras, Guatemala y El Salvador no pudieron detener el flujo de migrantes. Dijo que "han tomado nuestro dinero por años y no hacen nada".


    Trump ya ha intentado recortar el presupuesto para Centroamérica, aunque ha tropezado con una fuerte resistencia en el Congreso, que considera valioso el apoyo a los programas en el terreno para enfrentar lo que muchos ven como los factores que obligan a los migrantes a abandonar sus países: la pobreza, la inseguridad y la corrupción gubernamental.

    Según un análisis de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés), un grupo de derechos humanos con sede en Estados Unidos, la financiación para los países del Triángulo Norte ha disminuido de forma constante en los últimos años, hasta alcanzar la cifra de aproximadamente 500 millones de dólares el año pasado.


    Aunque la corrupción gubernamental es una preocupación importante en la región, los expertos en ayuda señalan que el 90% de la financiación se destina a contratos privados con agencias de ayuda internacional, empresas consultoras estadounidenses y grupos locales sin fines de lucro que se encargan de aplicar los programas. La istración Trump parece más interesada en gastar dinero en asegurar la frontera que en abordar los problemas de pobreza tercermundista que asolan la región, añadieron.

    "Punto de ruptura"


    Trump declaró que la inmigración ilegal era una emergencia nacional en febrero como parte de un plan para transferir 6,700 millones de dólares en fondos no aprobados por el Congreso a la construcción del muro fronterizo.

    Kevin McAleenan, el comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, les dijo a los reporteros el miércoles que instó al Congreso a asignar más recursos a la frontera, advirtiendo sobre un aumento inaudito de la migración que ha llevado a su agencia a un "punto de ruptura".

    La agencia detuvo a más de 3,700 inmigrantes el lunes, la cifra diaria más alta en la frontera en una década. Las autoridades estadounidenses detuvieron a más de 76,000 personas en febrero, y este mes, están en vías de superar las 95,000, según las proyecciones de la CBP.

    Las demoras en el financiamiento de la ayuda exterior son comunes debido a problemas burocráticos, pero existen restricciones legales sobre cuánto puede interferir la Casa Blanca con el presupuesto establecido por el Congreso.

    "En el caso de la ayuda a Centroamérica, sería ilegal no gastarla como se especifica", dijo Adam Isacson, un experto regional de WOLA.

    La Casa Blanca tiene hasta el 30 de septiembre para asignar los fondos, agregó.

    Pero los críticos dicen que podría ser demasiado tarde para salvar algunos programas. "Están usando tácticas dilatorias. Es casi como si nos estuvieran destinando al fracaso, para que los programas mueran de atrofia, y luego poder echarle la culpa a la falta de eficacia de los programas. Parece algo verdaderamente cínico", dijo el diplomático estadounidense.

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