La inmigración se ha convertido en una fuente de temor y frustración para los votantes de Nevada que creen que ni Trump ni Harris abordan el panorama completo
La hacienda de los Baker, en el remoto este de Nevada, produce unas 10,000 toneladas de heno al año, además de dedicarse a la cultura vaquera. El negocio no podría sobrevivir sin un programa de trabajadores agrícolas invitados que trae inmigrantes mexicanos durante unos nueve meses al año para ayudar con las cosechas en campos donde las temperaturas superan con frecuencia los 100 grados Fahrenheit.
"Cuando la gente se queja de que los trabajadores extranjeros les quitan el trabajo, yo pongo los ojos en blanco", dice Janille Baker, que lleva la contabilidad del rancho. "En cualquier industria, todo el mundo intenta encontrar ayuda. Así que esta postura contraria a la inmigración no tiene mucho sentido para mí. Si todo el mundo necesita trabajadores, ¿cómo piensan cubrir esos puestos?".
El rancho sigue las normas federales que exigen anunciar los puestos disponibles y ofrecerlos primero a ciudadanos estadounidenses, pero en los últimos seis años, solo dos estadounidenses llamaron para preguntar por puestos de trabajo. Un tercero vino en persona, pero se marchó después de ver lo que implicaba el trabajo.
Lo mismo pasa en Las Vegas, donde los migrantes son igual de vitales. Y es que mantienen en marcha una economía que funciona las 24 horas del día, todos los días, debido a que la zona es un lugar de vacaciones para personas de todos los orígenes políticos y socioeconómicos.
La discusión electoral sobre inmigración se ha convertido en una fuente de temor y frustración para los votantes que eligen entre dos opciones que podrían llevar a Estados Unidos por caminos radicalmente distintos. En ningún sitio se juegan tanto como en Nevada, donde el 19% de la población ha nacido en el extranjero y un 9% de la mano de obra carece de permiso para permanecer en el país.
Cómo ha influido la inmigración en la contienda presidencial en Nevada
La afluencia de personas que cruzan ilegalmente la frontera ha puesto a prueba los recursos públicos, incluso en los bastiones demócratas de todo el país. Y sin embargo, la llegada de inmigrantes ha impulsado el crecimiento del empleo, fortalecido la economía y mejorando la salud fiscal del gobierno federal.
El expresidente Donald Trump defiende propuestas de línea dura con deportaciones masivas, mientras que la vicepresidenta Kamala Harris está pidiendo vías hacia la ciudadanía para millones de personas que están en el país de forma irregular.
Pero, por otro lado, la vicepresidenta también pide más fondos para la seguridad fronteriza y el fortalecimiento de las medidas del gobierno del presidente Joe Biden, que endureció las normas para que los migrantes soliciten asilo en Estados Unidos cuando llegan a la frontera sur.
Los inmigrantes afirman que el impulso bipartidista hacia el endurecimiento de las medidas en la frontera ha enturbiado el problema en su conjunto de un modo demasiado complicado como para dividirlo fácilmente en líneas ideológicas.
"Creo que nuestro enfoque está completamente dirigido hacia la frontera y no hacia las personas que ya están aquí y han estado aquí durante muchos, muchos años", dijo Erika Márquez, organizadora de justicia para inmigrantes del grupo de defensa Make the Road Nevada, y beneficiaria del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).
Apoyo bipartidista a los trabajadores invitados, pero hasta cierto punto
Ambos partidos han pedido ampliar los programas de trabajadores invitados en la agricultura.
El gobierno de Trump consideró que los trabajadores agrícolas temporales eran esenciales durante la pandemia de coronavirus, y la participación en el programa aumentó durante su mandato, pero también propuso una norma que congelaba los salarios de los trabajadores agrícolas durante dos años, flexibilizaba los requisitos de alojamiento y restringía los gastos de transporte que se les podían reembolsar.
El gobierno de Biden eliminó esas normas. Desde entonces, se expidieron más de 310,000 visados H-2A para empleos temporales en la agricultura en el año fiscal 2023, frente a unos 213,000 en el año fiscal 2020, el último bajo el mandato de Trump.
Sin embargo, la Casa Blanca de Biden también impuso una serie de nuevas normas destinadas a proteger mejor a los trabajadores que, en ocasiones, han desanimado a empresarios como los dueños de la granja Baker.
“Es una papa caliente y cada parte se la está lanzando a la otra. Y, sinceramente, ambos tienen la culpa”, comentó Janille Baker.
“Llegará un momento en que habrá que ocuparse de ello. No se puede seguir recurriendo al alarmismo y asustando a la gente, y luego ser críticos con las personas que hacen o no quieren hacer cualquier trabajo”.
Nevada tiene una economía impulsada por los migrantes
Si el estado perdiera a todos sus trabajadores en situación irregular, las cifras del Departamento de Trabajo sugieren que las pérdidas directas de empleo serían tan grandes como las de la crisis financiera de 2008, que desencadenó una oleada de ejecuciones hipotecarias en el mercado inmobiliario y costó al estado alrededor del 9.3% de sus puestos de trabajo durante la posterior Gran Recesión.
“En nuestra maravillosa economía que funciona las 24 horas del día, sabemos que estos hoteles y casinos no podrían, no deberían, no serían capaces de abrir todos los días sin migrantes”, dijo Peter Guzmán, presidente y director general de la Cámara de Comercio Latina de Nevada.
Haydee Zetino, que limpia lujosas suites de hotel en el Casino Harrah’s, en ‘The Strip’ de Las Vegas, la famosa avenida de la ciudad donde se encuentran la mayoría de los hoteles, casinos y complejos turísticos, es una migrante de El Salvador con un estatus de protección temporal en Estados Unidos.
Zetino, de 62 años, vio cómo Trump intentaba eliminar muchas de esas protecciones durante su primer mandato y le preocupa que pueda volver a ocurrir si gana, incluso aunque ella misma no pueda votar por no ser ciudadana.
“Estas personas no tienen conciencia”, comentó sobre los partidarios de la deportación masiva. “Creen que pueden levantar el país, hacer avanzar la economía, pero no piensan en los de abajo”.
Si Trump deportara a los 11 millones de inmigrantes sin estatus legal en Estados Unidos, como ha sugerido, el riesgo colateral podría extenderse a toda la economía.
Un pequeño estado que podría ser un factor importante el día de las elecciones
Grandes estados como California, Texas y Florida cuentan con un mayor número de personas que podrían tener aún más influencia en la mano de obra y las comunidades, pero todos esos estados son firmemente republicanos o demócratas en las elecciones presidenciales, y no es probable que influyan en las elecciones como podría hacerlo Nevada.
A pesar de tener solo seis votos del Colegio Electoral, Nevada podría decantarse por Trump o por Harris ya que es considerado un estado péndulo.
El condado de Clark, que abarca Las Vegas, tiene alrededor del 75% de la población del estado e incluye un número considerable de trabajadores de la industria de la hostelería representados por el poderoso Sindicato Culinario de Nevada, que ha apoyado a Harris.
Pero en 2020, Trump consiguió atraer ahí a votantes poco frecuentes, y le fue bien en gran parte del resto del estado, que es rural y más conservador. El condado de Washoe, donde se encuentra Reno, es un eterno cara o cruz. Los votantes también pueden elegir “Ninguno” de los candidatos presidenciales, lo que se suma a la famosa naturaleza voluble del electorado de Nevada.
Todo esto hace que algunos votantes teman el resultado de las elecciones.
“Hay mucho miedo”, compartió Nancy Valenzuela, de 48 años que trabaja en el casino Strat. “Hay gente que no tiene papeles y que se está preguntando: ‘Nos quieren echar a todos’”.
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