¿Puede hacer Trump que Gaetz, Kennedy, Gabbard y otros nominados al gabinete se salten la aprobación del Senado?
Una pieza crucial del sistema de balance entre los poderes públicos es la potestad del Senado para confirmar (o rechazar) nombramientos del presidente para integrar su gabinete ejecutivo. Los cargos de secretarios, embajadores y algunos directores de agencias deben someterse al proceso de aprobación de los legisladores, quienes analizan la idoneidad del candidato para ocupar el puesto que se le ofrece.
Pero el presidente electo Donald Trump parece aspirar a saltarse ese control legislativo y evitar un proceso que puede ser largo (así como dañino para la imagen de algunos de sus nominados y para él mismo) pidiendo a los líderes de la nueva mayoría republicana en el Senado que le dejen hacer nombramientos en receso, una herramienta que permite que el presidente designe funcionarios temporalmente cuando la Cámara Alta está en receso.
Ahora que Trump ha propuesto varios nombres polémicos (como el investigado exrepresentante de Florida Matt Gaetz para fiscal general; el desinformador y escéptico de las vacunas Robert F Kennedy Jr. para secretario de Salud; o la exrepresentante demócrata convertida a republicana Tulsi Gabbard como directora de Seguridad Nacional) es posible que veamos procesos de nominación peleados, no solo con los demócratas, sino con más de un republicano.
Para evitar esa dinámica que bien puede desembocar en rechazo de alguno de sus candidatos, Trump buscaría nombrarlos en el receso del Senado. Pero no es tan sencillo.
Aunque en el pasado reciente se ha usado la figura para acelerar nombramientos, ha sido en casos de bloqueos extremos en el Congreso, y nunca para funcionarios de tan alto nivel como secretarios del Poder Ejecutivo.
¿Cómo funcionan los nombramientos en receso?
Los nombramientos en receso se crearon para permitir el funcionamiento del Poder Ejecutivo sin contratiempos en casos que el Senado estuviera de vacaciones, períodos que hasta mediados del siglo XX podía durar meses.
El Artículo II, Sección 2, de la Constitución establece: “El presidente tendrá facultad para cubrir todas las vacantes que puedan ocurrir durante el receso del Senado, otorgando comisiones que expirarán al final de su próxima sesión”.
Eso hace que esos nombramientos tengan una caducidad de dos años y al final, de cualquier manera, los designados deben recibir la aprobación del Congreso para poder continuar con su función.
Eso se estableció en tiempos cuando viajar a Washington podía ser complicado y los legisladores tardaban semanas en regresar a sus oficinas. En principio, eso ya no se justifica, aunque el Senado se tome vacaciones, claro está, porque todos pueden regresar al Capitolio a trabajar en caso de emergencia o necesidad.
El presidente Bill Clinton hizo 139 nombramientos durante recesos y el presidente George W. Bush hizo 171,
Muchos en Washington recuerdan cómo el entonces presidente republicano usó el mecanismo en 2005 para nombrar embajador ante Naciones Unidas a John Bolton, un declarado enemigo de la organización, que se estimaba que jamás habría sido confirmado por el Senado.
Barack Obama intentó continuar con la práctica y la utilizó 32 veces, pero se encontró con un obstáculo judicial: un fallo de la Corte Suprema de 2014 le puso un freno a la práctica, al dictaminar que el Senado tiene que estar en receso por al menos 10 días antes de que un presidente pueda hacer nombramientos unilaterales.
Pero para evitar que la Casa Blanca pueda colocar a sus nominados saltándose el proceso de confirmación, incluso cuando las vacaciones de los senadores tomen semanas o meses, los legisladores estableciendo las llamadas sesiones proforma, en la que un senador abre formalmente la Cámara Alta cada tres días, como mínimo, aunque no se vaya a debatir nada en ella.
La Cámara de Representantes también puede bloquearle al presidente hacer nombramientos en receso porque tiene el poder de impedirle al Senado suspender sus sesiones.
¿Puede Trump forzar el Senado a entrar en receso?
No es la primera vez que Trump coquetea con estos nombramientos extraordinarios. A mediados de 2017 amenazó con despedir a su primer fiscal general, el exsenador Jeff Sessions, y nombrar su sustituto durante el receso parlamentario.
Pese a que entonces los republicanos controlaban la mayoría, el Senado bloqueó a Trump la posibilidad de hacer ese u otro nombramiento mientras los senadores estaban de vacaciones de verano.
En 2020 volvió a amenazar con usar el recurso luego de que la mayoría demócrata le mantuvo bloqueado varios nombramientos. En esa ocasión, amenazó con aplicar la segunda cláusula del Artículo II, Sección 3 de la Constitución, que autoriza al presidente a suspender la sesión de las Cámaras del Congreso en determinadas circunstancias.
El artículo indica que el mandatario “podrá, en ocasiones extraordinarias, convocar a ambas Cámaras, o a cualquiera de ellas, y en caso de desacuerdo entre ellas, con respecto al tiempo de aplazamiento, podrá aplazarlas hasta el momento que (él) considere adecuado”.
Los presidentes han convocado a ambas Cámaras a sesiones extraordinarias o especiales con fines legislativos o informativos, y al Senado para considerar nominaciones y tratados. Pero ese poder para suspender las cámaras nunca ha sido ejercido.
Qué puede pasar con la nueva mayoría republicana en el Congreso
Es posible que las cosas no lleguen a esos extremos ahora que los republicanos controlarán a partir del 3 de enero la mayoría de ambas cámaras.
En 2016 ,Trump asumió su primer gobierno también con el control de ambas cámaras del Congreso, pero muchos dentro del GOP actuaron como freno a su agenda. Esta vez, el presidente puede ufanarse de contar con un partido totalmente alineado detrás de él.
El nuevo jefe de la bancada republicana en el Senado, John Thune, quien fue elegido como el próximo líder de la mayoría esta semana, se compromete a mantener "un calendario agresivo hasta que sus nominados sean confirmados" y no descartó permitir los nombramientos en receso.
"Todas estas personas tienen un proceso por el que tienen que pasar. Todos estos nominados son... ya sabes, asesoría y consentimiento. Ese es el papel constitucional del Senado cuando se trata de confirmar nominaciones al Poder Ejecutivo del gobierno. Y tomamos ese papel en serio", afirmó Thune en entrevista con Fox News.
Con la bomba de los nombramientos de estos últimos días, que ha sorprendido incluso a algunos en le campo conservador, algunos republicanos pueden estar considerando que no sería buen momento para dejar de cumplir con ese papel de control y contrapeso del Poder Ejecutivo.