Qué escenarios tiene Robert Roberson, el condenado a muerte en Texas por el síndrome del bebé sacudido, tras la pausa de su ejecución
Luego de que fuera suspendida la ejecución de Robert Roberson, el recluso que está condenado a muerte en Texas, acusado de haber matado a su hija de dos años, aún quedan muchas preguntas sobre qué sigue y qué escenarios enfrenta en el caso que ha cobrado atención nacional.
La inyección letal fue frenada apenas unos 90 minutos antes de la hora programada. La suspensión temporal ocurrió luego de que el jueves, la Corte Suprema del estado detuviera temporalmente la ejecución después de una serie de maniobras legales.
En un movimiento que, según expertos, no tiene precedentes, un grupo bipartidista de legisladores texanos citó al acusado la noche anterior a su ejecución para escuchar su testimonio ante el Congreso estatal, pidiendo a la Justicia que frene la inyección.
El jueves, un juez otorgó una restricción temporal para que pudiera realizarse la audiencia en el Congreso. Pero luego de que el fiscal general de Texas apelara la medida, una corte de apelaciones revisó el fallo y lo anuló, por lo que los abogados apelaron otra vez ante la Corte Suprema de Texas, que tuvo la última palabra.
"El equipo que lucha por Robert Roberson está eufórico porque un grupo bipartidista de valientes legisladores de Texas decidió investigar en profundidad los hechos... que ningún tribunal había considerado aún y reconoció que valía la pena luchar por su vida. Gracias a todos los que han apoyado a Robert, un hombre inocente en el corredor de la muerte de Texas", dijo Gretchen Sween, abogada de Roberson, en un comunicado.
Roberson, un hombre autista de 57 años que lleva más de 20 en el corredor de la muerte, iba a convertirse en la primera persona en la historia de EEUU en ser ejecutada por una muerte atribuida al llamado "síndrome del bebé sacudido". Sin embargo, la defensa plantea que la causa de muerte de la niña no fue esa, sino complicaciones de una neumonía grave.
¿Qué sigue para Robert Roberson?
Luego de este periplo, lo que sigue para Roberson es testificar en el Capitolio de Texas a las 12:00 pm (CT) el lunes. Se espera que el condenado declare ante el Comité que está considerando la legalidad de la pena.
Luego, algo que aún no se sabe, sigue que el tribunal resuelva cómo continuar, lo que significa que no está claro cuánto tiempo podría demorarse la ejecución, si esta llega a suceder.
El fiscal en el caso, además, debería solicitar una nueva fecha para llevar a cabo la pena de muerte, que no podría ser en los 90 días siguientes a la fecha en que el estado la solicita.
¿Podría suspenderse la pena de muerte?
Pero aún no está claro si se fijará una nueva fecha de ejecución antes o después del testimonio de Roberson o si finalmente recibirá un nuevo juicio. Podrían darse diferentes escenarios, incluido el que el gobernador de Texas, Greg Abbott, dé un indulto temporal. Sin embargo, el republicano aún no se ha manifestado sobre el caso.
Y en cuanto a los recursos que tiene Roberson de aquí en adelante tampoco está muy claro. La Corte Suprema de Estados Unidos y el tribunal penal más alto del estado se han negado a anular su ejecución o dar el visto bueno para un nuevo proceso. Además, la junta de libertad condicional del estado votó por unanimidad el 16 de octubre para recomendar no otorgar clemencia. Lo cierto es que Roberson sigue estando condenado a muerte, ya que la acción de la Corte Suprema del estado solo 'suspendió la pena'.
Medios locales de Texas señalan que, sin embargo, hay variantes que podrían cambiar el curso del caso en las elecciones del 5 de noviembre. Por ejemplo, tres de los cinco jueces del Tribunal de Apelaciones Penales que votaron a favor de permitir la ejecución, serán reemplazados por oponentes elegidos, y si uno de ellos tiene una opinión distinta, puede significar otro escenario para Roberson.
Por otro lado, los varios de la legislatura texana dijeron que están abiertos a enmendar una ley clave para la condena de Roberson. Pero aquí juega un rol fundamental el tiempo, ya que no se sabe si cronológicamente la ejecución del acusado y esas probables enmiendas ocurrirán de modo favorable al caso de la defensa.
El caso de Robert Roberson y el síndrome del bebé sacudido
Robert Roberson fue condenado a muerte en 2003 tras ser declarado culpable del asesinato de su pequeña hija Nikki, de 2 años, en la ciudad de Palestine, en el este de Texas.
El hombre llevó a la niña a urgencias prácticamente en coma, alegando que estaba enferma y se había caído de la cama. Nikki murió poco después.
Los médicos decidieron que estaban frente a un caso del síndrome del bebé sacudido, "una lesión cerebral grave que se produce como consecuencia de sacudir con fuerza a un bebé o un niño de uno a dos años", según lo define la Clínica Mayo.
Pero los abogados de Roberson alegan que su condena se basó en un diagnóstico erróneo de un síndrome que además está bastante desacreditado como evidencia forense. La causa a favor de la inocencia de Roberson, que juntó a políticos de ambos partidos, activistas y organizaciones, alega que la condena contra él se cimentó sobre tres errores clave.
El primero fue que el personal médico concluyó que la niña había sido sacudida violentamente, sin haber consultado su historial médico real, solo por presentar la tríada de síntomas que en la década de los 70 sustentaron la existencia del síndrome: hemorragia subdural, inflamación del cerebro y hemorragia retiniana.
Sin embargo, actualmente se han identificado decenas de causas alternativas para que puedan darse estos síntomas sin que medie la violencia.
Una vez los médicos determinaron que se cumplían los síntomas del síndrome del bebé sacudido, se detuvo la investigación y ni policías ni médicos siguieron ahondando. Obviaron otros síntomas que presentaba la niña, como neumonía, fiebre alta, diarreas, o incluso, que estaba tomando unos medicamentos que le habían recetado entonces y que ahora se consideran potencialmente mortales para los niños.
Finalmente, el tercer error es que los médicos y los detectives que acudieron al hospital e interactuaron con Roberson tomaron su actitud como una agravante, alegando que su comportamiento inexpresivo y distante era una prueba de su culpabilidad. Sin embargo, años después, en 2018, un profesional calificado diagnosticó a Roberson con trastorno del espectro autista, lo cual explica su respuesta ante la gravedad y muerte de su hija, según la defensa.
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