Grupo de senadores habla de nuevo sobre el futuro de dreamers, portadores del TPS y trabajadores agrícolas

Un grupo de senadores que integran el Comité Judicial del Senado se reunirá este jueves para hablar de reforma migratoria, una deuda pendiente del presidente Joe Biden y un tema que rechaza la mayoría de los republicanos. La agenda incluye comenzar de cero, pero con proyectos presentados previamente al Congreso.
Encabezado por los demócratas Dick Durbin (Illinois) y Alex Padilla (California), junto a los republicanos John Cornyn (Texas) Y Thom Tillis (Carolina del Norte), debatirán sobre las posibilidades de avanzar en un tema que permanece estancado desde el 18 de marzo del año pasado.
Ese día la Cámara de Representantes aprobó dos proyectos de ley migratoria con respaldo bipartidista que incluyen una vía de legalización y un camino hacia la ciudadanía para dreamers, titulares del Estatus de Protección Temporal (TPS), trabajadores agrícolas y trabajadores esenciales.
Se estima que ambos planes de ser aprobados por el Senado beneficiarán a entre 6 y 8 millones de indocumentados.
Camino incierto
El plan del grupo bipartidista es preparar un texto para luego incluirlo como enmienda dentro del proyecto de ley sobre el presupuesto de gasto social, cuyo debate se reanudó este lunes después del receso de primavera.
Tras el envío en marzo del año pasado de los dos proyectos de ley aprobados por el pleno, las iniciativas se estancaron por el rechazo de la bancara republicana, sin cuyos votos es imposible que haya una reforma migratoria.
Los demócratas entonces echaron mano a la herramienta conocida como paquete de reconciliación, que permite al legislativo aprobar leyes sobre presupuesto con mayoría simple de 51 votos y no 60 como se aprueban el resto de las leyes.
Tanto demócratas como republicanos tienen 50 votos cada uno y el desempate lo rompe la vicepresidenta Kamala Harris.
Esfuerzos truncados
El uso del paquete de reconciliación, además, abre la puerta para introducir una enmienda con la reforma migratoria que aprobó la Cámara el año pasado. Pero para hacerlo los demócratas necesitan los 50 votos de la bancada y hasta ahora al menos dos de ellos no están de acuerdo con el plan de gasto social, por lo que la estrategia permanece dormida.
El año pasado el liderazgo encabezado por el senador Charles Schumer (Nueva York) intentó en tres ocasiones (entre septiembre y diciembre) conseguir la aprobación de la Parlamentarian, Elizabeth MacDonough, para introducir la legalización de indocumentados en el plan de gasto social.
Pero la asesora principal del Senado rechazó los pedidos argumentando que sacar de las sombras a 6.5 millones de indocumentados aumentaría el déficit fiscal en $131,000 millones en 10 años.
Al rechazo de MacDonough se sumaron las posturas de los senadores demócratas Kyrsten Sinema (Arizona) y Joe Manchin (West Virginia), dejando sin opciones al plan.
Pero ahora, con el respaldo de los senadores republicanos Cornyn y Tillis la mayoría demócrata espera reunir los 50 respaldos mínimos necesarios y sumar el voto de la vicepresidenta Harris.
Una nueva oportunidad
A mediados de abril el tema de la reforma no tenía chances de avanzar luego que un grupo bipartidista puso como condición a la aprobación de un proyecto de asistencia suplementaria para el combate del covid-19, mantener vigente el Título 42 en la frontera con México, una cuestionada política activada en 2020 que permite la deportación acelerada de inmigrantes que llegan en busca de asilo.
La Casa Blanca dijo que eliminará la medida a partir del 23 de mayo y aseguró que seguirá deportando de forma acelerada, pero respetando el debido proceso migratorio.
Los republicanos y cinco senadores demócratas (Sinema, Manchin, Mark Kelly, Maggie Hasan y Jon Tester), sin embargo, temen que la eliminación del Título 42 provoque una masiva oleada de inmigrantes y desate una crisis de seguridad nacional sin precedentes en la frontera.
El tema se convirtió en exigencia y al mismo tiempo en una amenaza que, si es retirado, no se aprobarán los fondos suplementarios para el combate de la pandemia y tampoco el plan de gasto social. Sin esta última no habrá reforma migratoria porque queda sin efecto el paquete de reconciliación.
Cambio de escenario
Una semana después del freno del Senado a la aprobación del plan de asistencia suplementaria para el covid-19, y aunque muchos lo esperaban, una corte federal de Louisiana bloqueó temporalmente la decisión del gobierno de dejar sin efecto el Título 42 a partir del 23 de mayo. La Casa Blanca se anticipó a asegurar que acatará el dictamen, pero que mientras no se dicte una sentencia en firme seguirá adelante con los planes de desmantelamiento.
Los demandantes (una veintena de estados gobernados por republicanos), reiteran que no habrá avances en ningún tipo de negociaciones si el gobierno persiste en eliminar el Título 42. Pero al estar suspendida judicialmente su cancelación, no hay impedimento por ahora que las negociaciones sobre reforma migratoria se reanudarse poque sigue abierta la posibilidad de aprobarse el plan de gasto social de Biden.
A su vez, presiones respecto a un debate frontal sobre el tema no solo viene de ambas bancadas con argumentos distintos, sino también del gobierno. El miércoles, durante una comparecencia ante el Congreso, el secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Alejandro Mayorkas, dijo que “heredamos un sistema roto y desmantelado que ya está bajo presión. No está diseñado para gestionar los niveles y tipos actuales de flujos migratorios. Solo el Congreso puede arreglar esto”.
Otra alternativa
Parte por parte, se resume de un reporte publicado por Político referente a la reanudación de conversaciones este jueves por parte del grupo bipartidista de del Comité Judicial del Senado. “Las conversaciones probablemente representan la mejor oportunidad de los demócratas para aprobar un proyecto de ley después de que las esperanzas de incluir la reforma migratoria en un amplio proyecto de ley de impuestos y gastos solo para demócratas, conocido como Build Back Better (BBB) se hundieron el año pasado”, señala.
Si bien la estrategia no es nueva -fue utilizada en el 2013 por el liderazgo republicano de la Cámara de Representantes tras la aprobación en el Senado de un amplio plan de reforma migratoria-, la iniciativa es debatir planes más pequeños ya presentados, algunos de los cuales solo se refieren a temas de seguridad fronteriza como uno presentado en abril del año pasado por los senadores Sinema y Cornyn.
Para ello el grupo deberá reunir 60 votos y olvidarse del paquete de reconciliación. “Podría haber algunos más. Pero es un punto de partida”, dijo a Político el senador Durbin. Y agregó que existe un interés “genuino” de tratar el tema.
Moderados presionan
En la víspera, La Iniciativa Libre, un grupo conservador que mueve un bloque republicano moderado clave en ambas cámaras del Congreso, pidió a los del Congreso que trabajen juntos para encontrar soluciones legislativas que aborden la seguridad fronteriza, los dreamers y la fuerza laboral agrícola.
La organización dijo que varias organizaciones pro- inmigrantes, entre ellos el American for Prospery, American Short, National Immigration Forum, RAICES y Alas del Consejo Nacional Católico para el Ministerio Hispano “se han unido durante mucho tiempo hacia reformas prácticas a nuestro sistema de inmigración roto”.
La coalición pidió al Congreso que aborde cuanto antes los problemas que enfrenta la frontera y fortalezca la capacidad de respuesta del gobierno para istrarla de manera segura, ordenada y humana.
El grupo también pidió abordar la incertidumbre que domina la vida cotidiana de tantos inmigrantes indocumentados que buscan contribuir a nuestra economía, además de resolver limitaciones de mano de obra en el sector agrícola que actualmente contribuyen a los problemas de la cadena de suministro y generan preocupaciones sobre los costos.
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Los escenarios
Fuentes demócratas consultadas por Univision Noticias dijeron que, si bien esta nueva fase de conversaciones abre alguna esperanza de avance en el tema, los escenarios son difíciles.
Por una parte, señalan que la batalla por la permanencia del Título 42 se ha convertido en un arma política para la oposición republicana en medio de la elección de medio tiempo para elegir un nuevo Congreso (la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado) “y no dejarán de utilizarla”.
Por otra parte, advierten que “emplearán cualquier otro pretexto para bloquear la aprobación de beneficios migratorios” sea por la vía del paquete de reconciliación con 51 votos o por mayoría como establece el protocolo para la aprobación de leyes.
“La vía normal necesita 60 apoyos. Tenemos 50 y hacen falta 10 votos republicanos. Por ahora quizás tengamos dos y eso no alcanza”, dijo una de las fuentes. Durante los debates de reforma migratoria del año pasado los demócratas del Senado tampoco pudieron asegurar los 50 votos de la bancada.