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Deportaciones

Qué significa la estrategia de Biden de cambiar la política migratoria fronteriza y qué consecuencias tendrá

Hasta ahora se sabe que en las discusiones a puertas cerradas se habla de encarcelamiento masivo de solicitantes de asilo, traslado de agentes de asilo de USCIS a México y Panamá, legalización limitada y sin ciudadanía para dreamers, más seguridad fronteriza y ninguna mención a vías de legalización -si califican- para millones de indocumentados que llevan tiempo en EEUU.
Publicado 30 Nov 2023 – 02:29 PM EST | Actualizado 30 Nov 2023 – 02:29 PM EST
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El gobierno de Joe Biden estudia planes para modificar la política migratoria, de acuerdo a filtraciones que han llegado a medios de comunicación del país. Se refieren al flujo migratorio en la frontera con México y planes para endurecer requisitos que regulan la inmigración legal.

Los reportes detallan reuniones secretas en el Senado entre legisladores demócratas, republicanos e independientes para incluir estos y otros cambios radicales en el debate sobre el presupuesto de gastos 2024.

“Poner fin a nuestro sistema de asilo, restringir radicalmente el a vías migratorias legales, limitar la libertad condicional para inmigrantes o prohibiciones unilaterales de tránsito no deberían ser el centro de gravedad de ninguna negociación seria para encontrar soluciones a los desafíos migratorios de nuestro país”, dice Andrea Flores, vicepresidenta de políticas y campañas de inmigración de FWD.us, un grupo de presión integrado, entre otros, por líderes de la comunidad tecnológica tal como Facebook, LinkedIn, Google y Dropbox.

Los temores señalados por Flores son compartidos por otras organizaciones nacionales y grupos de derechos civiles, quienes temen que la estrategia de la Casa Blanca por controlar y manejar la crisis que se vive en la frontera sur cause daños irreparables al debido proceso migratorio.

A su vez, el gobierno de Biden se topa con las exigencias de los republicanos que, sin su apoyo, cualquier requerimiento de fondos se estanca. El presidente pidió sin éxito en octubre con carácter de urgencia $14,000 millones para aumentar la seguridad en la frontera, contratar agentes de la Patrulla Fronteriza, jueces de inmigración, crear nuevos tribunales de inmigración y aumentar la capacidad de centros de detención, entre otros rubros.

La falta de dinero extra para la frontera, además, impacta la capacidad de respuesta del gobierno federal y ello permite que el flujo migratorio en la frontera se complique más.

Reforma migratoria y asilo no van juntos

“Hay que separar la reforma migratoria de los casos o la política de asilo”, dice la abogada Lilia Velásquez, profesora adjunta de la facultad de leyes de la Universidad de California en San Diego. “La reforma da un alivio a los cerca de 11 millones de inmigrantes indocumentados que están aquí, algunos desde hace décadas. Para mi esa es una cuestión punto y a aparte”.

Respecto a la política de asilo, agrega, “siempre el enfoque ha sido endurecer la ley, crear más barreras. Pero en el actual debate, sobre todo cuando algunos en el Congreso están hablando de encarcelar a la totalidad de los peticionarios de asilo, habría que preguntar a qué costo y si en realidad vale la pena hacer eso en lugar de mantener el status quo”.

“Cuando vienen madres con niños los dejan entrar y luego son liberados sin fianza y los juicios se demoran”, señala. Cabe recordar que la Corte de Inmigración (EOIR) tiene más de 2.2 millones de casos acumulados y en promedio la resolución de casos tarda entre 3 y 4 años, un problema grave incluido en la lista de requerimiento de fondos urgentes al Congreso por parte del gobierno.

“Creo que como plataforma se oye bien decir ‘vamos a hacer más difícil las cosas para quienes vienen en busca de asilo, pero del dicho al hecho hay mucho trecho", indica Velásquez. Y pregunta “¿quién va a decirle al Congreso el costo para implementar todo esto que están diciendo que quieren hacer?”

Cómo se llegó a este punto

Entre las filtraciones sobre los planes migratorios que la Casa Blanca elabora se incluye el envío de agentes de asilo de la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS) a México y Panamá y con ello descongestionar la frontera sur de Estados Unidos.

A la pregunta sobre cuánto daño causaría una estrategioa como esta, la abogada Receba Sánchez-Roig, una exfiscal de inigración del Departamento de Justicia que ejerce en Miami, Florida, explicó el pasado 3 de agosto de 2023, la Corte de Apelaciones del 9º Circuito “emitió una suspensión de la orden del Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Norte de California en East Bay Sanctuary Covenant v. Biden, 18-cv-06810 (N.D. Cal.) que había anulado la regla de Elusión de vías legales (CLP, por sus siglas en inglés)”.

La sentencia en cuestión, mientras permanezca vigente, faculta a la USCIS seguir aplicando esta regla “en el procesamiento de temor creíble”. Y establecer que bajo este mecanismo jurídico “alentar a los migrantes a aprovechar vías legales, seguras y ordenadas para ingresar a Estados Unidos o bien, pedir asilo u otra protección en otro país a través del cual viajan”.

Sánchez-Rpig indicó además que, “en virtud de esta regla, se presupone que aquellas personas que entran irregularmente a Estados Unidos a través de la fromtera con México o las fronteras costeras adyacentes, no reúnen los requisitos para obtener asilo, a menos que puedan demostrar una excepción a la regla o refutar la presunción”.

Demasiadas preguntas no tienen respuesta

Funcionarios de la istración Biden que han hablado con medios de manera anónima o legisladores que en los últimos días han mencionado los esfuerzos que se realizan entre el ejecutivo y el Congreso, mencionan entro otros la política de asilo, una posible regularización limitada para los dreamers y encarcelamiento de solicitantes de asilo. Nadie mencional ninguna vía de legalización para los casi 11 millones de indocumentados. ¿De qué se trata entonces el plan de Biden?

“Por ahora es difícil responder preguntas cuando aún no sabemos qué cambios planea hacer la istración Biden”, responde Sánchez-Roig. Y agrega que “las reacciones a la adopción de medidas de inmigración son tan variadas como ‘la biblioteca de los 1,400 sabores de Baskin-Robbins’”.

Mientras la extrema derecha “busca una prohibición, restricción, represión, y prohibición total de la inmigración, la extrema izquierda busca una aprobación, una concesión, un permiso y una licencia total de la inmigración”, precisa. Tras una pausa, advierte: “Ambas partes deben detenerse un instante y enfrentar la realidad”.

Según Sánchez-Roig, “la extrema derecha, sin entrelazar la cuestión de la inmigración con la raza y el racismo, que es la verdadera base de sus argumentos Estados Unidos necesita inmigrantes porque nuestra población está disminuyendo y los estadounidenses tienen menos hijos. Más inmigrantes significa más desarrollo económico, más innovaciones y más riqueza cultural”.

“Ellos deben entender (la derecha) que la Constitución no le otorga al gobierno federal autoridad para restringir la inmigración pacífica. Y si bien la Constitución delega muchos poderes específicos al gobierno federal, el derecho a prohibir la entrada de inmigrantes no se encuentra entre esos poderes”, apunta.

Por el contrario, “para la extrema izquierda, un país y sus ciudadanos no son libres para todos”, señala Sánchez-Roig. Y dijo que quien mejor lo explicó en su momento fue el expresidente Ronald Reagan (republicano), quien dijo: “Nuestra nación es una nación de inmigrantes. Más que cualquier otro país, nuestra fuerza proviene de nuestra propia herencia inmigrante y de nuestra capacidad para recibir a aquellos de otras tierras. Ninguna nación libre y próspera puede acomodar a todos aquellos que buscan una vida mejor o huyen de la persecución. Debemos compartir esta responsabilidad con otros países".

Las dudas acerca del futuro inmediato

Sánchez reitera, al igual que lo hacen políticos de ambos partidos, que el sistema de inmigración actual “está roto”. Y que para corregirlo “se requerirá el compromiso y la avenencia de aquellos de nuestro Congreso que opten por anteponer el país al partido”. Y a la pregunta sobre si los cambios conocidos hasta ahora repararán el problema, simpemente no hay respuesta porque nada se ha concretado.

Sólo existe una lista de temores que incluye nuevas reglas para pedir refugio, nuevos reglamentos para pedir asilo, posibles campos de refugiados en bases militares estadounidenses en América Latina para solicitantes de asilo, más deportaciones, aumento de requisitos para la inmigración lñegal, mñas seguridad en las fronteras… “Pero hasta que no sepamos específicamente lo que intenta hacer el gobierno, es difícil determinar el impacto que tendrán o los daños que ocurrirán”, advierte.

Un cambio que con la información vertida hasta ahora si puede preverse, “es que los solicitantes de asilo no obtendrán un permiso de trabajo durante el proceso si permanecen fuera de Estados Unidos”, dice. “Y otra área de preocupación sería la imposibilidad de contratar un abogado que los represente en su proceso de asilo y las dificultades que pueden estar asociadas con la obtención de documentación que respalde sus solicitudes”.

Velásquez, por su parte, recordó que en 1996, durante el gobierno de Bill Clinton, se vivió un debate parecido en el Congreso para discutir la ley antioterrorista en respuesta al primer ataque al World Trade Center de Nueva York ocurrido en febrero de 1993. La abogada mencionó dur durante esa Aad inistración demícrata se ap`robaron severos cambios a la ley de inmigración, entre elos la Ley del Castigo y penalización para el rehreso de extranjeros deportados, entre otras medidas.

“Estos cambios devastaron a la comunidad inmigrante más que ninguna otra ley conocida. Hay que evitar que en este debate suceda lo mismo”, previno.

Los republicanos “buscan lograr cambios permanentes, como los de Trump, a la ley de inmigración que diezmarían por completo nuestro sistema de asilo y cerrarían nuestras puertas a los más vulnerables”, dice Lia Parada, directora de defensa legal de The Immigration Hub. “Los senadores demócratas, que prometieron restaurar nuestro sistema de asilo cuando Trump lo desmanteló, no deberían morder el anzuelo”.

Por su parte, Vanessa Cárdenas, directora ejecutiva de America's Voice, dijo que “los republicanos, con la aparente complicidad de algunos demócratas, parecen dispuestos a realizar cambios permanentes en políticas nuevas y dañinas que destruirían el sistema de asilo y crearían más caos y desorden en la frontera sur”.

“Las políticas aparentemente sobre la mesa para destruir el asilo y promulgar medidas únicamente de disuasión, aumentarían el caos, el desorden y la crueldad, incluidos los esfuerzos para restringir los prometedores programas de libertad condicional que crean vías seguras, legales y ordenadas para la migración legal”, concluyó.


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