La reforma migratoria llegará al Senado probablemente “en tres semanas”: ¿cuál es su futuro?
El Joe Biden el miércoles se encuentra siendo redactado y podría ser entregado en la Cámara Alta en unas “tres semanas más o menos”, dijo el viernes en senador Bob Menéndez (demócrata por Nueva Jersey), durante una conferencia digital con periodistas de medios hispanos.
Menéndez lidera las conversaciones en el Congreso del plan migratorio de Biden, una de sus principales promesas de campaña. El legislador fue uno de los integrantes del denomina do Grupo de los Ocho que en junio de 2013 redactó y logró la aprobación en el Senado del plan S.744, que incluía una vía hacia la ciudadanía para millones de indocumentados.
El proyecto, sin embargo, se quedó varado en la Cámara de Representantes, que era controlada por los republicanos.
A diferencia de aquel debate, esta vez el proyecto que lidera Menéndez, por ahora, no cuenta con apoyo republicano y los demócratas necesitarán al menos 9 votos de la oposición para que la iniciativa sea aprobada.
Futuro incierto
Menéndez reconoció que las conversaciones hasta ahora avanzan lento y dijo que no se hace ilusiones por el momento. “El proceso es bien difícil. Lo logramos en el 2013 (en el Senado), pero desafortunadamente los republicanos lo detuvieron en el Cámara (de Representantes)”.
Pero dos de los cuatro republicanos que integraron el Grupo de los Ocho, los senadores Marco Rubio (Florida) y Lindsey Graham (Carolina del Sur) no se han manifestado a favor de la reforma migratoria de Biden.
Por el contrario, Rubio dijo en un comunicado que “antes de ocuparnos de temas migratorios, debemos lidiar con la pandemia del COVID-19”. Y agregó que “debemos asegurarnos que todos tengan la oportunidad de encontrar un buen trabajo y enfrentar la amenaza que representa China”.
Los otros dos republicanos integrantes del Grupo de los Ocho ya no están en el Senado. Uno se trataba de John McCain, quien Jeff Flake, quien se retiró de la Cámara Alta en el 2019.
De más a menos
El plan migratorio de Biden incluirá un camino a la ciudadanía para los 11 millones de indocumentados quienes, una vez verificados sus antecedentes criminales y cumplan con una serie de requisitos, podrán solicitar una residencia provisional por cinco años al término de los cuales podrán pedir la Green Card.
Tres años después de recibida la tarjeta verde calificarán para solicitar la ciudadanía.
Familiares, tales como cónyuges e hijos menores de edad solteros, serán considerados familiares inmediatos y tendrán a estos beneficios.
En el caso de dreamers, inmigrantes protegidos por un Estatus de Protección Temporal (TPS) y trabajadores esenciales (que laboran en la cadena alimenticia y en el sector salud), accederán directamente a la Green Card, señala el plan.
Agregó que los puntos de vista y propuestas que vengan del lado republicano en la fase de negociaciones para la redacción del proyecto final serán "parte de las negociaciones”.
“Empezamos con una ley audaz que actualmente puede poner una marca alto para lo cual habrá negociaciones”, dijo.
Parte por parte
Desde antes de la toma de posesión el miércoles, republicanos moderados dijeron a Univision Noticias que no apoyarán el plan de reforma migratoria de Biden “a menos que lo fracciones y discutan en el Congreso parte por parte”.
En 2013, luego que el Senado aprobada con apoyo bipartidista el proyecto de ley S.744, el liderazgo de la Cámara Baja lo rechazó y exigió la elaboración de un nuevo proyecto “parte por parte”, exigencia que de inmediato fue rechazada por el Senado y el Grupo de los Ocho.
El plan Biden se basa en el proyecto de 2013, pero reduce el tiempo de espera para alcanzar la ciudadanía. Originalmente, en el 2013 el Senado aprobó una vía que otorgaba una residencia legal provisional por 10 años. Al término del plazo el inmigrante calificaba para la tarjeta verde.
Tras ese periodo de 13 años en total, el beneficiario de la reforma podía solicitar la ciudadanía por naturalización.
Las fuentes republicanas mencionaron que entre las partes de una reforma migratoria que estarían dispuestos a debatir en el Congreso están los dreamers, inmigrantes con TPS y trabajadores esenciales. Respecto al resto de los 11 millones de indocumentados, advierten que no están dispuestos a respaldar una "amnistía".
Otros detalles de la reforma
Además de un camino a la ciudadanía, el plan de reforma migratoria de Biden incluye una restructuración y modernización del sistema de asilo, cancelar el Programa de Protección de Migrantes (MPP), que desde 2019 ha devuelto a México a más de 62,000 migrantes que pidieron asilo en Estados Unidos y descongestionar la Corte de Inmigración, que registra más de 1.3 millones de casos acumulados.
El plan menciona la contratación de jueces “y trabajadores para descongestionar los tribunales. Y daremos representación legal a los menores para que tengan un debido proceso justo”, dijo Menéndez.
Una de las preocupaciones de Biden es restablecer el debido proceso migratorio para que sean los jueces de inmigración, tal y como señala la ley aprobada por el Congreso, quienes determinen el futuro de los inmigrantes que luchan por defender sus derechos de permanencia en Estados Unidos.
En los últimos cuatro años, durante el gobierno de Trump, a golpe de órdenes ejecutivas y memorandos el mandatario saliente impuso una severa política migratoria de tolerancia cero que redujo significativamente la inmigración legal y puso freno a la inmigración indocumentada.
Una de las políticas más afectadas fue la de asilo que, bajo el pretexto de la pandemia, fue detenida y afectada casi en su totalidad.
Biden también propone la inversión de fondos para ayudar a los países del Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras) a eliminar las causas que generan la inmigración hacia Estados Unidos en busca de refugio.
Mientras se lleva a cabo la redacción del plan, Biden ha emitido varias órdenes y proclamas, entre ellas presencia indocumentada constituía una amenaza a la seguridad pública y nacional de Estados Unidos.
La orden también estableció una dura lista de prioridades de deportación.