"Texas lo verá en corte, señor presidente": Abbott responde al pedido de Biden de retirar las boyas del río Bravo
El gobernador de Texas, Greg Abbott, respondió al Departamento de Justicia que el estado no retirará las boyas del Río Grande ni la cerca de alambre de púas con la que frenan a los migrantes indocumentados. Abbott asegura en su comunicado que tiene el derecho de resguardar su frontera, dejando de lado los tratados bilaterales que rigen la frontera entre México y Estados Unidos.
"Texas lo verá en corte, señor Presidente", escribió Abbott en su cuenta de la red social Twitter. "Texas utilizará su completa autoridad soberana para lidiar con la crisis humanitaria de Biden creada en nuestra frontera", agrega.
La decisión del gobernador Abbott de instalar boyas y alambres en la frontera atenta contra tratados bilaterales e interfiere con los límites establecidos entre EEUU y México, como lo explica en este video Stephen Mumme, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Colorado, especializado en la frontera.
Al revivir esos tratados, el pasado 15 de julio el gobierno de México reclamó a Estados Unidos por la instalación del muro de boyas en pleno río. En una nota diplomática, México aseguró que se viola el Tratado de Límites de 1970, que establece que tanto en el cauce principal del río como en las tierras adyacentes "cada Estado contratante deberá prohibir la construcción de obras en su territorio que (...) puedan causar desviación u obstrucción de la corriente normal del río o de sus avenidas”.
El Departamento de Justicia notificó la semana pasada a Abbott de que demandaría al estado de no retirar las boyas flotantes antes de las 1:00pm de este lunes. Explicaron que se trata de una medida "ilegal", puesto que los temas fronterizos y migratorios son de competencia federal. Pidieron además retirar los alambres a orillas del río, puestos para evitar la entrada de migrantes por esos pasos.
Abbott repitió este lunes en su respuesta frases del discurso con el que ha defendido su Operación Lone Star, al pedirle a Biden que "empiece a cumplir las leyes federales de migración": "Al hacerlo, puede ayudarme a frenar a los migrantes de arriesgar sus vidas en las aguas del Río Grande. También me puede ayudar a salvar a los texanos y a los estadounidenses de drogas mortales como el fentanil, de los cárteles de la droga y de los horrores del tráfico humano".
La semana pasada, se conoció en medios locales el reporte de un funcionario del Departamento de Seguridad Pública de Texas, que denuncia que los funcionarios estatales habían recibido órdenes de "empujar a los migrantes de vuelta al agua para que volvieran a México", así como de no darles agua potable en momentos en que una ola de calor azota a todo el sur del estado, con temperaturas que superan los 100 grados Farenheit.
Otros reportes dados a conocer por el mismo agente suman el caso de una niña de cuatro años a quien el 30 de junio pasado los agentes de la Guardia Nacional presuntamente no le permitieron cruzar el alambre y se desmayó. Ese mismo día, una adolescente embarazada quedó atrapada en la alambrada y tuvo que ser atendida de emergencias al tener un aborto. Los médicos no pudieron salvar a su bebé.
La denuncia está siendo investigada por la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Pública de Texas, quien aseguró que los agentes no tienen orden de actuar bajo esas instrucciones.
El impacto de las medidas tomadas por Abbott en la frontera también lo han sentido los lugareños, como Magali y Hugo Urbina, quienes viven frente al Río Grande y denuncian que funcionarios estatales instalaron alambres de púa en su propiedad sin su autorización, como se cuenta en este video:
También ha sido impactado Jesse Fuentes, quien tiene un negocio de cruces en kayak por el Río Grande y quien asegura en la demanda interpuesta contra Abbott que las boyas han impactado a su empresa y al ecosistema de la zona. Su historia está contada en el video a la cabeza de esta nota.
