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China

EEUU alega que espías chinos trataron de robar documentos clasificados y repatriar a un inmigrante

Tres acusaciones contra varios ciudadanos chinos catalogados como espías han sido interpuestas en días recientes en una corte federal en Brooklyn. Un caso alega que intimidaron a un disidente radicado en Nueva York para que volviera a su país y se entregara a las autoridades.
Publicado 24 Oct 2022 – 04:35 PM EDT | Actualizado 24 Oct 2022 – 04:35 PM EDT
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Dos días después de la clausura del congreso del Partido Comunista de China, el Departamento de Justicia habló sobre tres casos criminales que involucran a supuestos espías de ese país que habrían tratado de robar documentos clasificados e información sobre tecnología desarrollada en Estados Unidos, así como acosar a un opositor del régimen para que volviera a China.

“Durante las últimas semanas, el Departamento de Justicia ha realizado varias acciones para interrumpir actividades criminales de individuos que trabajaron en nombre de la República Popular China”, dijo el fiscal general estadounidense Merrick Garland, en una conferencia de prensa.

“Como lo demuestran estos casos, el gobierno de China busca interferir con los derechos y libertades de personas en Estados Unidos y afectar nuestro sistema judicial que protege esos derechos. Ellos no tendrán éxito”, subrayó Garland.

El intento de repatriar a un disidente

El caso más reciente, interpuesto este lunes, alega que cuatro personas, incluyendo tres presuntos espías chinos, usaron entre 2008 y 2018 la fachada de una institución académica de ese país asiático para “procurar tecnología y equipo de Estados Unidos y enviarlo a China”, explicó el fiscal general.

Su otra función era detener a como diera lugar las protestas que se realizaran en EEUU y “que serían una vergüenza para el gobierno de China”, agregó.

El viernes, la Fiscalía federal acusó a siete ciudadanos chinos de llevar a cabo una campaña de vigilancia y hostigamiento contra un inmigrante de ese país y su hijo, quienes viven en Nueva York.

La justicia de EEUU lo considera un opositor de las criticadas políticas de Pekín, pero allá lo han colocado en la lista de los 100 fugitivos más buscados.

El principal acusado, Quanzhong An, un hombre de negocios que opera en Nueva York y quien es accionista mayoritario de un hotel en Flushing, habría actuado como enlace en EEUU de la “Operación Fox Hunt”, una iniciativa del Ministerio de Seguridad Pública de China para localizar y repatriar a presuntos fugitivos que huyen al extranjero. EEUU no tiene acuerdo de extradición con China.

En ese esfuerzo, el gobierno chino presuntamente obligó a un sobrino de la víctima para que viajara de Asia a Nueva York para reunirse con el hijo de este para convencerlo de que volviera a su país natal a entregarse a las autoridades. Lo acompañó Weidong Yuan, su superior en la istración Estatal de Impuestos de China, “bajo el pretexto de una visita con un grupo turístico”, señala la acusación.

En una reunión grabada que se realizó en un restaurante de Queens el 11 de septiembre de 2018, el sobrino le explicó al hijo de la víctima que lo habían obligado a viajar a EEUU para dar este mensaje: “al liderazgo en China le gustaría alentar a la élite China en el extranjero que él regrese”.

Yuan llegó más tarde al establecimiento para advertirle que el disidente regresaría a China “tarde o temprano”.

En noviembre de 2017, otro acusado le habría enviado una carta al hijo de la víctima subrayando que “regresar y entregarse es la única salida”. Además, presentaron una demanda en su contra en una corte de Nueva York alegando que había robado dinero del gobierno de China.

“La República Popular China tiene una historia de atacar a disidentes políticos, críticos del gobierno que buscan un alivio y refugio en otros países”, dijo el fiscal Garland.

El falso robo de documentos

Un tercer caso fue interpuesto este lunes en el Distrito Este de Nueva York en contra de otros dos supuestos espías chinos: Guochun He, también conocido como ‘Dong He’ y ‘Jacky He’, y Zheng Wang, alias ‘Zen Wang’.

Ambos creyeron que habían reclutado con sobornos en 2019 a un agente federal estadounidense para pedirle que obtuviera documentos judiciales confidenciales sobre una acusación federal que señala a una empresa de telecomunicaciones con sede en China, cuyo nombre no fue revelado.

Les interesaba extraer ilegalmente documentos sobre reuniones de los fiscales, la lista de testigos, evidencia, la estrategia legal e información sobre cargos adicionales contra la compañía.

“Los acusados creían que habían reclutado a un empleado del gobierno de Estados Unidos, como un aliado, pero, de hecho, la persona a la que reclutaban actuaba como un agente doble, trabajando en nombre del FBI (Buró Federal de Investigaciones)”, dijo Garland en la conferencia.

El agente sí les entregó en octubre de 2021 documentos etiquetados como “Secreto”, a través de un programa de mensajería encriptada; pero los habían preparado el FBI.

Para compensar a quien creían era su informante, uno de los espías, He, le entregó 61,000 dólares en Bitcoin. He respondió al recibir el documento que era “exactamente lo que estoy esperando” y que estaba “esperando los comentarios de algunos muchachos”. Luego le dijo que la compañía en cuestión quería que robara el memorando con la estrategia acusatoria y que en algún momento trató de hablar directamente con este, pero He advirtió: “es demasiado peligroso”.

He y Wang siguen prófugos. Ellos enfrentan hasta 60 y 20 años de prisión, respectivamente.

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