Senadores republicanos fracasan dos veces en menos de 24 horas en sus intentos para eliminar Obamacare
El Senado de mayoría republicana fracasó nuevamente este miércoles en su intento de eliminar el Affordable Care Act (ACA), también conocido como Obamacare, en lo que es visto como el más reciente esfuerzo del gobierno por deshacerse del actual sistema de salud, una promesa republicana que ya tiene siete años sin ser cumplida.
Esta fallida iniciativa, rechazada por 55 senadores y con el visto bueno de solo 45, tenía como finalidad eliminar Obamacare sin reemplazarlo de inmediato, postergando su revocación por dos años, lo que le hubiera dado tiempo a los republicanos para redactar una versión que contara con el consenso que no tienen. La Oficina de Presupuesto del Congreso, un ente no partidista, ya había advertido que una eliminación sin reemplazo dejaría a 32 millones de personas sin seguro.
La votación se produjo horas después de que la Cámara Alta también falló en su intento de revocar y reemplazar Obamacare con un proyecto de ley que contenía enmiendas muy controvertidas presentadas por el senador republicano por Texas, Ted Cruz.
Esa iniciativa habría permitido a las aseguradoras vender pólizas de Obamacare que no incluirían derechos de salud logrados por la ley firmada por el expresidente demócrata, donde destaca aceptar sin cargos extras a pacientes con condiciones de salud preexistentes, tales como cáncer o enfermedades crónicas como la diabetes.
El plan también habría realizado profundos recortes al financiamiento de Medicaid, el programa de seguro de salud para los pobres, y habría reducido los subsidios de Obamacare para ayudar a la gente de menores ingresos a cubrir los costos de las coberturas médicas.
Pese a este nuevo doble fracaso en el Senado, la mayoría republicana seguirá considerando en los próximos días otras formas para desmantelar Obamacare hasta conseguir una versión que satisfaga tanto a senadores de centro como a aquellos más conservadores. El presidente Donald Trump les pidió postergar sus vacaciones de verano hasta tanto no logren ese objetivo.
Ahora la nueva iniciativa que busca salvar del bochorno a la mayoría republicana -una tercera opción- es votar por una versión limitada de Obamacare donde se eliminan partes consideradas cruciales para el financiamiento del actual sistema de salud. Lee aquí de qué se trata.
Durante la noche del martes, los senadores no pudieron conseguir los 60 votos necesarios en su esfuerzo por aprobar una alternativa a ACA. La medida fue rechazada por 43 votos a favor y 57 en contra. Nueve republicanos se opusieron al proyecto, muchos más de los dos que se pueden permitir para no fracasar.
Por un mínimo margen los senadores republicanos habían conseguido el martes los votos que necesitaban para reiniciar el debate sobre la derogación de Obamacare. Hizo falta el voto del senador John McCain, quien viajó de Arizona a Washington DC para votar a favor, a pocos días de ser operado de un cóagulo en el ojo y recibir un diagnóstico de cáncer cerebral.
Tras conseguir un empate 50-50, fue necesario el voto del vicepresidente Mike Pence para que avanzara la propuesta 51-50. Dos republicanas votaron en contra: las moderadas Susan Collins, senadora por Maine, y Lisa Murkowski, de Alaska, quienes ya habían mostrado su rechazo a las propuestas republicanas que buscan sustituir la legislación actual. Todos los demócratas votaron en contra.
El 51% de los estadounidenses dice ver favorablemente el actual sistema de salud aunque reconoce que debe ser mejorado, según una reciente encuesta de la Kaiser Family Foundation. Las propuestas republicanas para sustituir la ley vigente han sido rechazadas por expertos, médicos, hospitales y organizaciones que representan a enfermos, pues aseguran que no resuelve las fallas actuales: las agrava.
Eliminar la ley vigente o sustituirla por las versiones que se han discutido en el Senado dejaría a millones de personas sin cobertura (de 22 a 32 millones según cálculos de la Oficina de Presupuesto del Congreso) y aumentaría las primas aún más, al igual que los deducibles y los gastos de bolsillo. También recortaría Medicaid, el programa federal-estatal que cubre a niños, embarazadas y discapacitados, así como los beneficios esenciales incluidos en las pólizas de seguro y las protecciones a las personas con enfermedades preexistentes.