Aranceles a México y Canadá: qué se sabe de la guerra comercial de Trump con los principales socios de EEUU
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, anunció este viernes que los aranceles a los productos mexicanos y canadienses anunciados por el presidente Donald Trump comenzarán a aplicarse este 1 de febrero.
Estos dos países están teóricamente protegidos por el acuerdo de libre comercio T-MEC firmado durante el primer mandato del republicano.
El 1 de febrero también prevé someter los productos chinos a un gravamen del 10%.
"Puedo confirmar que mañana, 1 de febrero... el presidente implementará aranceles del 25% a México, del 25% a Canadá y del 10% a China por el fentanilo ilegal que han obtenido y permitido distribuir en nuestro país y que ha matado a decenas de millones de estadounidenses", dijo Leavitt a los medios.
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Según Oxford Economics, si lo hiciera la economía estadounidense perdería 1.2 puntos porcentuales de crecimiento, y México podría sumirse en una recesión.
Para Wendong Zhang, profesor de la Universidad de Cornell, aunque el choque no sería tan grande para Estados Unidos, sí lo sería sin duda para los otros dos países.
"En ese escenario, Canadá y México pueden esperar que su PIB se contraiga un 3.6% y un 2% respectivamente, y Estados Unidos un 0.3%", estimó.
"China también sufriría de una escalada en la guerra comercial existente, pero al mismo tiempo se beneficiaría (de las tensiones entre Estados Unidos), México y Canadá", añade.
Trump amenaza con aranceles en clave de política interna
Durante la campaña, el candidato republicano dijo que quería imponer derechos de aduana del 10% al 20% a todos los productos importados en Estados Unidos, e incluso del 60% al 100% a los procedentes de China.
El objetivo en aquel momento era compensar económicamente los recortes fiscales que también quería aplicar durante su mandato.
Desde que ganó las elecciones el tono ha cambiado.
En lugar de una herramienta para compensar la caída de las entradas fiscales, los aranceles se han convertido, como lo fueron durante su primer mandato, en un arma que esgrime para forzar las negociaciones y obtener concesiones.
Donald Trump explicó que los aranceles eran una respuesta a la incapacidad de sus vecinos para frenar el flujo de drogas, en particular el fentanilo, y de migrantes hacia Estados Unidos.
Su candidato a secretario de Comercio, Howard Lutnick, lo calificó de "acto de política interna" durante su audiencia en el Senado.
"Estos aranceles están diseñados simplemente para empujarlos a cerrar sus fronteras", insistió. "Se trata de un arancel especial, diseñado para empujarlos a actuar".
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, se mostró bastante optimista el miércoles: "No creemos que vaya a ocurrir, la verdad. Y si ocurre, también tenemos nuestro plan".
La preocupación del sector agrícola mexicano
Esto no quita la preocupación, sobre todo para el sector agrícola, que exporta una gran parte de sus productos a Estados Unidos.
"Casi el 80% de nuestras exportaciones van a Estados Unidos y, en cualquier caso, cualquier cosa que pueda provocar un choque es motivo de preocupación", declaró el martes a la AFP Juan Cortina, presidente del Consejo Nacional Agropecuario de México.
En el lado canadiense, la posibilidad de aranceles sirvió para acentuar la crisis política que ya carcomía al gobierno del primer ministro Justin Trudeau, quien acabó dimitiendo.
El ministro canadiense de Seguridad Pública, David McGuinty, estuvo el jueves en Washington para presentar las líneas maestras del plan para reforzar la seguridad en la frontera entre Canadá y Estados Unidos.
Howard Lutnick fue muy claro el martes: "Sé que se mueven rápido", dijo refiriéndose a los dos países. "Si hacen lo correcto, no habrá aranceles".
Esta situación recuerda a las tensiones entre Washington y Bogotá el pasado fin de semana, cuando Colombia se negó inicialmente a permitir el aterrizaje de aviones militares con migrantes expulsados.
Donald Trump anunció entonces una serie de sanciones, entre ellas aranceles del 25% que llegarían 50%, a lo que su homólogo colombiano, Gustavo Petro, respondió con represalias, antes de que a mbos llegaran a un acuerdo sobre las modalidades de retorno de los migrantes.