El FBI tenía autorización para investigar la campaña de Trump, aunque cometió algunos "errores"

El FBI tenía autorización para investigar la campaña de Trump y actuó dentro de las reglas, según un informe interno del Departamento de Justicia que determinó que los investigadores federales actuaron apropiadamente al abrir una investigación a personas vinculadas a la campaña republicana de 2016.
El reporte del inspector general del departamento, Michael Horowitz, no encontró “evidencia documental o testimonial de que inclinación política o motivación impropia influenciaron las decisiones” de abrir una investigación a varios asesores del entonces candidato presidencial republicano.
El procedimiento se realizó de acuerdo con las reglas de la agencia, determinó el reporte. Sin embargo, Horowitz identificó “significativas inexactitudes y omisiones” en el trabajo que desarrolló el FBI y que el presidente Trump caracterizó como un “espionaje ilegal” de su equipo de asesores.
La revelación va en contra de la teoría que Trump junto a aliados suyos repiten desde hace años. El presidente asegura que supuestmente el FBI estaba en contra de él y que por eso comenzó a investigar a Carter Page, un asesor de su campaña que tenía os con Rusia.
Para el fiscal general William Barr el FBI se extralimitó al lanzar una “investigación intrusiva de una campaña presidencial en EEUU basado en la más tenue sospecha, que, en mi opinión, era insuficientes para los pasos adoptados”, indicó en un comunicado de su oficina.
De acuerdo con Barr, los hallazgos del trabajo del FBI eran “consistentemente exculpatorios” pero que continuó su trabajo incluso después de la victoria electoral de Trump y asegura que un “pequeño grupo de ahora exfuncionarios” de la agencia mintió para lograr las autorizaciones de tribunales especiales (FISA) para mantener la vigilancia.
El trabajo de los investigadores federales empezó en 2016 con los asesores Carter Page y George Papadopoulos, quiene tenían vínculos con Rusia que al FBI parecían sospechosos. Luego se amplió al exjefe de campaña de Trump, Paul Manafort, y a quien sería el primer asesor de seguridad nacional del gobierno republicano, Michael Flynn, quienes tenían negocios no revelados con el gobierno prorruso de Ucrania.