Crisis en la frontera: Senado deja negociaciones de política migratoria para 2024
La llegada de inmigrantes a la frontera sur de EEUU sigue marcando récords y el gobernador de Texas envía decenas de indocumentados en vuelos charter a Chicago en un nuevo desafío a la política fronteriza de Joe Biden.
Mientras tanto, en Washington la negociación de reformas a las leyes migratorias sigue abierta y se extenderá hasta el 2024. El Legislativo tomó vacaciones hasta enero aunque los líderes demócrata Chuck Schume y el líder republicano Mitch McConnell indicaron en un comunicado conjunto que las negociaciones avanzan.
"Todos sabemos que hay un problema en la frontera", dijo Schumer antes de enviar a los senadores a casa. "Nuestro objetivo es, en cuanto volvamos, conseguir hacer algo".
La Casa Blanca intenta cerrar un acuerdo para renovar la ayuda a Ucrania e Israel con los senadores republicanos que exigen a cambio medidas para responder al flujo sostenido de migrantes que llegan sin la debida documentación a la frontera sur estadounidense, y que en la mayoría de los casos piden asilo.
Solo este lunes se registraron más de 12,600 indocumentados en la frontera sur de Texas, según fuentes de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza.
La carta de Johnson a Biden sobre el problema en la frontera
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, envió una carta al presidente Biden en la que lo responsabiliza del agudo problema en la frontera y le instaba a tomar una serie de medidas ejecutivas "para frenar la oleada récord de inmigración ilegal".
Esas medidas ejecutivas, según Johnson, incluyen poner fin a la política que permite a la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras liberar a inmigrantes sin cita judicial y "devolver o detener a todos los extranjeros que se encuentren entre puertos de entrada"; restringir la libertad condicional, que permite al presidente itir temporalmente a algunos inmigrantes; y buscar acuerdos con terceros países, como Canadá, para acoger a quienes soliciten asilo en Estados Unidos.
En la carta, Johnson le propone a Biden continuar la construcción del muro fronterizo, que el demócrata puso en pausa cuando llegó a la Casa Blanca.
"Aunque un grupo bipartidista de senadores ha iniciado extensas negociaciones en las últimas semanas para tratar de encontrar un compromiso, aún no han podido finalizar un acuerdo", escribió Johnson.
"Deben promulgarse reformas estatutarias diseñadas para restaurar el control operativo en nuestra frontera sur, pero la crisis en nuestra frontera sur se ha deteriorado hasta tal punto que una acción significativa no puede esperar más".
"Debe comenzar ahora, y debe comenzar con ustedes", dijo el presidente de la Cámara de Representantes.
Los senadores "necesitan más tiempo" para negociar
El senador James Lankford, principal negociador republicano, dijo que si bien las conversaciones han arrojado progreso, será necesario más tiempo porque no es posible concluir definitivamente un tema, ya que muchas áreas están interrelacionadas.
“Cuando terminamos de negociar una sección, la escribimos y luego regresamos y tenemos que evaluarla: ¿Se mantiene vigente? Eso no se hace porque la próxima sección también se conecta a esta. Estamos comprometidos a terminar, pero intentamos abordar todos los detalles sobre qué significa y cómo se integran. Es difícil”, señaló Lankford.
La senadora independiente Kyrsten Sinema, otra de las negociadores principales junto a Lankford y el senador demócrata Chris Murphy, señaló que reformar la política migratoria conlleva una complejidad extraordinaria.
“Es difícil porque desata muchas emociones a ambos extremos del espectro político, de manera visceral, y es también el área legal más compleja en nuestro sistema federal”, dijo Sinema a The Washington Post.
Lo que se sabe de las negociaciones en el Senado sobre leyes migratorias
Ninguna de las partes ha comentado públicamente detalles de lo que se ventila en la mesa de negociaciones, en las que ha participado de manera directa el secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas.
Ha trascendido que el diálogo gira en torno a elevar los requisitos para solicitar asilo, y permitir a los funcionarios fronterizos enviar fácilmente a los migrantes de regreso a México sin permitirles buscar asilo en Estados Unidos.
Las conversaciones también se han centrado en expulsar a algunos inmigrantes que ya han estado viviendo en Estados Unidos sin un estatus legal pleno, y en formas de cerrar temporalmente la frontera entre Estados Unidos y México a algunos cruces si se alcanza una determinada métrica o umbral.
Aún queda por definir cuáles migrantes deben permanecer detenidos y cuáles pueden esperar en territorio estadounidense y en libertad sus audiencias judiciales, según The New York Times.
El presidente Biden dijo a comienzos mes estar dispuesto a asumir compromisos significativos en materia migratoria.
“He dejado claro que necesitamos que el Congreso adopte cambios para arreglar lo que es un sistema migratorio roto, porque sabemos, todos sabemos que está roto. Y estoy dispuesto a hacer más de manera significativa”, indicó.
A diferencia de negociaciones previas sobre reformas migratorias, en esta ocasión el diálogo no ha incluido ofrecer la regularización de migrantes indocumentados ya establecidos en Estados Unidos.
Una negociación tensa bajo críticas de los hispanos y del ala ultraconversadora
El rumbo de los acontecimientos ha desatado la cólera de legisladores hispanos del partido de gobierno, que acusan a la Casa Blanca de excluirlos de las negociaciones y de prestarse a políticas migratorias propias de la istración de Donald Trump.
“Lo que escuchamos que está sobre la mesa en estas negociaciones, un regreso a las políticas de la era Trump. No es la solución, de hecho, agravarán la situación”, dijo el senador demócrata por California, Alex Padilla, uno de los líderes hispanos más críticos.
El descontento va más allá del Capitolio. Las 18 organizaciones hispanas más prominentes en el país pidieron a Biden rechazar las propuestas republicanas en materia migratoria.
“Sería un retroceso asombroso y profundamente decepcionante ser testigo de que esta istración adopte una ley que pudiera llevar a una era de discriminación racial previa a la reivindicación de los derechos civiles”, reza la carta pública suscrita por las 18 organizaciones, que incluyen a UnidosUS y la Federación Hispana.
También hay detractores entre republicanos. El ala más conservadora sostiene que las propuestas no son lo suficientemente amplias porque aún están alejadas de una legislación adoptada por la Cámara de Representantes que da prioridad a construir el muro a lo largo de la frontera con México.
El expresidente Donald Trump, favorito para obtener la nominación republicana a la Casa Blanca, ha convertido la crisis migratoria en la frontera sur en una de sus principales críticas al gobierno de Biden. Y Trump también se opone a continuar destinando más fondos a Ucrania.
Más complicaciones empezando un año electoral
A pesar de la resistencia desde ambos flancos, el Post calificó en un editorial como “esencial” que se logre un acuerdo “no solo porque la defensa de Ucrania es un interés estadounidense vital, tal como lo es la estabilidad en la frontera sur. Un acuerdo sobre estos temas difíciles enviaría una señal muy necesaria, de que la democracia aún puede funcionar y que, aún en un gobierno dividido, el centro puede imponerse”.
Pero no será un camino fácil. Además de abordar este tema migratorio, cuando la Cámara de Representantes reanude sesiones el 8 de enero deberá aprobar proyectos presupuestarios antes de que el gobierno federal se quede sin fondos el 19 de enero.
“Será un desastre. Enfrentamos muchas fechas límites durante las primeras semanas del año próximo, y no tenemos grandes precedentes cuando se trata de eso”, dijo el senador Dick Durbin, segundo a bordo en la bancada demócrata.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, ha dicho que solo llevará a votación al pleno los proyectos de ley que cuenten con el apoyo de al menos la mitad de su bancada de 221 . Toca esperar para saber si enero de 2024 traerá la primera reforma migratoria en más de 30 años.
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