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    Nuevo informe: la elección Trump vs. Clinton se decidió en la última semana pero no queda clara la "culpa de Comey"

    El gremio de encuestadores de EEUU lleva meses analizando qué falló en los sondeos de la elección de noviembre y acaba de publicar un reporte en profundidad que arroja luz sobre los errores de los expertos y sobre las causas de la victoria del republicano. Se lo presentamos con 10 claves.
    5 May 2017 – 07:16 PM EDT
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    Una televisión muestra la proyección de victoria de Trump en Carolina del Norte el día de la elección presidencial. Crédito: Getty

    La credibilidad de los encuestadores sufrió un duro golpe el día de la elección presidencial entre Hillary Clinton y Donald Trump, cuando muchos protestaron contra ellos por su incapacidad de predecir el resultado. Ahora, el gremio acaba de publicar una extensa autopsia en la que trata de explicar en qué se equivocaron, en qué acertaron y por qué.

    De paso, el reporte conocido este jueves arroja un poco más de luz sobre una pregunta que será debatida durante años, si no décadas, ¿Cómo fue posible la sorprendente victoria de Trump?

    Una de los datos más interesantes es que la elección se decidió en la última semana pero no queda clara que el director del FBI sea decivsivo tal y como asegura Clinton.

    En cuanto a los errores, el fallo más grave fue que el voto a favor de Trump fue medido a la baja en algunos estados clave como Wisconsin, Pennsylvania y Florida, según el informe que fue comisionado por la Asociación para la Investigación de la Opinión Pública (AAPOR por sus siglas inglesas). Los autores concluyen que aunque la reacción general del público fue que los sondeos fallaron, la realidad es más compleja. Resumimos aquí 10 claves del reporte:

    1. El gran error: las encuestas estatales

    El gran error fue que los sondeos en algunos de los estados reñidos predijeron equivocadamente que ganaría Clinton o que el margen de Trump era menor al real.

    El mayor fallo se produjo en Wisconsin donde los sondeos de las últimas dos semanas predijeron que Clinton ganaría por un margen de entre 2 y 12 puntos mientras que al final acabó perdiendo (47.2% frente a 46.5%).

    En Ohio también se produjo un error abultado. Los sondeos reflejaban que Trump iba en cabeza por un pequeño margen pero acabó llevándose la victoria por ocho puntos.

    Las encuestas de Minnesota, Pennsylvania y Carolina del Norte subestimaron el margen de Trump contra Clinton en un promedio de cuatro a cinco puntos porcentuales, mientras que las encuestas en Michigan y New Hampshire subestimaron su posición en 3,5 puntos porcentuales en promedio.

    La subestimación del apoyo a Trump fue menor en Florida, Arizona y Georgia, mientras que las encuestas en Colorado y Nevada tendieron a sobreestimar su apoyo, y las encuestas en Virginia mostraron poco error.

    Estos errores son serios porque debido al sistema electoral estadounidense, en que la elección se decide por el ganador del Colegio Electoral, las encuestas estatales son más importantes que las nacionales, que estiman el voto popular. Así, son las 51 batallas estatales las que deciden el ganador y más en concreto en 2016 las alrededor de 13 en las que el resultado fue tan ajustado que fueron vistas como competitivas.

    Los resultados de las encuestas pudieron llevar a mucha gente en los estados clave a dejar de votar por desmotivación, pensando que la elección ya estaba decidida. También condicionaron la táctica de Clinton que descuidó la región del Medio Oeste norteño, su conocido como "muro azul", que acabó siendo derribado por Trump. Los sondeos mostraban a Clinton ganando, aunque por poco, en Pennsylvania, Michigan y Wisconsin, que habían votado por los demócratas de modo consistente en las anteriores seis elecciones presidenciales. Los tres estados acabaron engrosando la columna del republicano.

    Los autores compararon el margen de error agregado de las encuestas estatales y hallaron que fue el mayor en una elección presidencial desde que comienzan estas mediciones en el año 2000.

    2. ...Pero las encuestas nacionales fueron muy precisas

    Las encuestas de estimación del voto nacionales fueron unas de las más precisas desde 1936. Indicaron que Clinton ganaría el voto popular por 3.2 puntos porcentuales y en los resultados de la elección la demócrata ganó por un margen de 2.1 puntos porcentuales.

    Como hemos dicho antes, las encuestas decisivas son las estatales, pero las encuestas de voto popular a nivel nacional suelen ser un buen predictor del ganador en una elección presidencial. El problema en 2016 fue que sucedió algo inusual: la ganadora del voto popular (Clinton) fue distinto al ganador del Colegio Electoral (Trump). En el 95% de las ocasiones ambos ganadores coinciden. De ahí buena parte del shock e indignación con las encuestas de 2016.

    3. ¿Por qué fallaron? Los indecisos se inclinaron por Trump

    El reporte analiza algunas de las teorías sobre por qué erraron las encuestas y encuentra que para algunas hay más pruebas que para otras.

    Una de las más probables es que muchos votantes decidieron su voto en la última semana. Fueron tantos los votantes indecisos de los estados clave que se inclinaron por Trump en los últimos días que éste ganó gracias a ellos. Alrededor del 13 por ciento de los votantes de Wisconsin, Florida y Pennsylvania decidieron su voto en la última semana, según los mejores datos disponibles. Trump ganó entre estos con un margen de casi 30 puntos en Wisconsin y de 17 puntos en Florida y Pennsylvania.

    El margen ganado por Trump gracias a estos votantes fue decisivo en varios estados clave: en Wisconsin, donde Trump ganó por 0.8%, estos votantes le dieron un empujón de 4.3%; en Pennsylvania, donde Trump ganó por 1.2%, el empujón fue de 2.3%; en Florida se impuso por 1.2% y recibió un impulso del 2%; y en Michigan ganó por 0.2% y el impulso fue de 1.4%.

    El empujón de los votantes indecisos que Trump recibió en la última semana
    La tabla muestra que el impulso de los votantes que decidieron su voto en la última semana fue decisivo para que Trump ganara en cuatro de los estados de batalla más importantes.
    Votantes que decidieron su voto en la última semana Voto final por Trump Voto final por Clinton Ganancia estimada para Trump de los votantes de la última semana Margen por el que Trump gana esos estados
    Florida 11% 55% 38% 2.00% 1.20%
    Michigan 13% 50% 39% 1.40% 0.20%
    Pennsylvania 15% 54% 37% 2.30% 1.20%
    Wisconsin 14% 59% 30% 4.30% 0.80%
    Nacional 13% 45% 42% 0.80% -2.10%
    FUENTE: Aaron Blake/AAPOR | UNIVISION

    4. Entonces...¿Tiene razón Clinton al culpar a Comey?

    Hillary Clinton ha señalado al director del FBI James Comey como el principal culpable de su derrota por su anuncio en el que "insinuaba" 11 días antes de la elección un comportamiento ilícito de la demócrata cuando dijo que su agencia estaba examinando nuevos correos personales de Clinton. Éste le respondió esta semana que esa idea de que él decidió la elección le daba náuseas. Pero, si la elección se resolvió por los votantes que decidieron su voto en la última semana ¿fue Comey realmente culpable de hundir las opciones electorales de Clinton?

    Los autores del reporte señalan que la evidencia de la que disponen es "mixta en el mejor de los casos".

    El apoyo a Clinton empezó a caer en las encuestas nacionales el 24 de octubre, cuatro días antes de que Comey hiciera su polémico anuncio, pero es posible que Comey hiciera aún más severo el descenso que venía experimentando la demócrata.

    Los autores dicen que no es posible saber qué hizo que los votantes indecisos inclinaran su voto por Trump en el Medio Oeste norteño. Los autores apuntan a varias otras explicaciones posibles indicadas en reportes de prensa: los republicanos escépticos de Trump que finalmente se convencieron de su afinidad ideológica, un castigo a Clinton por no viajar apenas a esa zona del país, la apatía con Clinton de algunos demócratas que optaron por quedarse en casa el día de la elección... La respuesta sobre cuál fue la causa sigue siendo un enigma.

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    Director del FBI dice por qué anunció una nueva investigación a Clinton antes de las elecciones

    5. ¿Hubo un voto oculto por Trump?

    ¿Fue otra posible explicación de la subestimación del voto de Trump que muchos encuestados tuvieran vergüenza de confesar su apoyo por un candidato con mala reputación?

    Esta hipótesis fue una de las empleadas por Trump y los suyos para cuestionar la credibilidad de las encuestas que le daban como perdedor y así alentar a los simpatizantes del republicano para que confiaran en sus opciones de victoria. También otros expertos consideraron que era una posibilidad. De hecho en otros escenarios se ha demostrado que existe lo que Elizabeth Noelle-Neuman llama una "espiral de silencio" por la que "bajo la presión de un clima de opinión hostil algunas personas son renuentes a expresar sus opiniones con fuerte carga moral". Sin embargo, la mayoría de investigaciones han demostrado que no existe una espiral de silencio salvo en contextos muy específicos.

    Los partidarios de esta hipótesis han señalado como prueba sondeos que entrevistaron a los mismos votantes antes y después de la elección y comprobaron que el número de los que revelaron haber votado por Trump en la segunda ocasión había crecido. El problema es que esa no es prueba suficiente, señalan los autores, porque esa diferencia podría deberse a que decidieron su voto en los últimos días y no a que estuvieran avergonzados de confesar su voto por Trump.

    Otros análisis que han tratado de medir el voto oculto tampoco hallaron pruebas de éste. Al comparar sondeos telefónicos (en los que los votantes de Trump pueden sentirse intimidados al interactuar con otra persona) con sondeos online, no hallaron diferencias en el apoyo a Trump entre uno y otro.

    6. Otro fallo de las encuestas: pocos votantes no educados

    Este fallo metodológico también puede explicar el grave error de los sondeos a nivel estatal al que aludimos en el punto uno: Los votantes con poco nivel educativo fueron clave para la victoria de Trump pero muchas casas encuestadoras no incluyeron en sus muestreos suficientes encuestados con ese perfil lo que supuso que el voto por Trump fuera subestimado, concluyen los autores.

    Este error fue importante en una elección en la que hubo una fuerte correlación en los estados clave entre la educación de los votantes y su preferencia.

    Estudios recientes muestran claramente que las personas con una educación más formal son significativamente más propensas a participar en encuestas que aquellas con menos educación. Muchas encuestas -especialmente a nivel estatal- no ajustaron sus muestreos para corregir la excesiva representación de los graduados universitarios en sus encuestas, y el resultado fue una sobreestimación del apoyo a Clinton.

    7. A Trump le ayudó ligeramente aparecer encima de Clinton en las boletas

    Las reglas de las elecciones estatales determinaron que el nombre de Trump apareciera por encima de Clinton en todas las papeletas en varios estados clave que Trump ganó estrechamente (Michigan, Wisconsin y Florida). Este efecto de orden podría haber impulsado ligeramente su apoyo en la elección en relación con las encuestas, indican los autores.

    Estar listado en primer lugar puede beneficiar a un candidato presidencial en aproximadamente un 0.3%. (Ese margen podría haber sido decisivo en Michigan. Acuérdense como recordamos antes en el punto tres que Trump ganó en Michigan por 0.2%. Pero los 16 votos electorales de Michigan no hubieran sido suficientes para que Clinton le arrebatara la victoria ya que el resultado final habría sido 290 a 248 a favor de Trump, en lugar de 306 a 232).

    Dado que los encuestadores tienden a presentar de manera aleatoria el orden de los nombres de los candidatos entre los encuestados en lugar de replicar cómo se presentan en el estado del encuestado, esto podría explicar una pequeña fracción de la subestimación de apoyo a Trump, advierten los autores.

    8. Ojo con las bolas de cristal y los gurús de la estadística

    En los últimos años se han popularizado los modelos de predicción del resultado electoral y los periodistas políticos se han aficionado a ellos, encumbrando al estatus de gurú a estadísticos como Nate Silver, quien se hizo famoso por predecir el resultado en todos los estados.

    Los autores advierten que hay que diferenciar entre las encuestas, que son una foto de la batalla electoral en un momento determinado, y los modelos de pronósticos que son un intento de predecir un evento futuro.

    En conjunto, los modelos probabilísticos declararon que las opciones de una victoria de Clinton eran del 90%, con estimaciones que oscilaron entre 71% y 99%.

    "La elección 2016 demostró que esto último puede ser un ejercicio peligroso y no queda claro de qué modo beneficia al país", advierten. "La precaución y la humildad parecen ser apropiadas para los encuestadores y los que usan las encuestas".

    9. Las buenas encuestas cuestan dinero

    Como el buen periodismo, las buenas encuestas son caras. Parte de la crisis de credibilidad a la que se enfrenta ahora el gremio de encuestadores se debe a que muchas de los sondeos estatales son hechos con bajos recursos.

    La mayor precisión de las encuestas nacionales puede explicarse porque su calidad es mayor que la de las estatales. Entre otros problemas, los muestreos de los sondeos estatales suelen ser más pequeños y suelen ignorar importantes ajustes demográficos como por ejemplo el que mencionamos en el punto 6 referente a la educación de los votantes.

    Los autores piden un voto de confianza del público en las encuestas y advierten que los sondeos bien diseñadas y rigurosamente ejecutadas son capaces de producir información valiosa y precisa sobre las actitudes y experiencias del público estadounidense.

    10. ¿Qué hay del voto hispano?

    Los autores no analizan los resultados de las encuestas por subsectores de la población ni analizan la encuesta a boca de urna que ha sido objeto de polémica por su estimación del voto hispano. Recuerden que la encuesta a boca de urna que hace Edison para algunas cadenas de televisión nacional calculó que un 29% de hispanos votaron por Trump, un porcentaje más alto del previsto por la gran mayoría de las encuestas.

    Hay encuestadores que cuestionaron ese resultado argumentando que los sondeos a pie de urna no son suficientemente precisos para medir subgrupos de población. Según los datos de la consultora Latino Decisions, que trabajó para la campaña de Clinton, el porcentaje real de apoyo a Trump fue de 18% y no de 29%.

    Lo que sí analizan los autores es la posibilidad de que las encuestas nacionales hubieran sobreestimado el apoyo a Trump en estados liberales o con fuerte presencia de hispanos como California, Nueva York, Nevada, Illinois o Washington como habían sugerido algunos expertos. De este modo la subestimación del voto por Trump en los estados blancos del Medio Oeste se habría visto compensada en las encuestas nacionales por la sobreestimación en estos estados hispanos y liberales. Los autores concluyen que no fue el caso.

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