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    Radiografía de la comisión del 'impeachment': estos son los congresistas que pueden decidir el futuro de Trump

    Hay media docena de republicanos críticos con Trump en la comisión de asuntos judiciales de la Cámara de Representantes. Ellos pueden ser la clave si se llega a debatir el procedimiento para destituir al presidente.
    21 May 2017 – 07:47 PM EDT
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    El congresista Darrell Issa en el Capitolio esta semana. Crédito: Reuters

    Este martes el congresista demócrata de Texas Al Green pidió que el presidente Donald Trump sea sometido a un proceso de impeachment. Green, como cualquier otro congresista o incluso un fiscal o ciudadano común, puede hacer su petición como se ha hecho contra una docena de presidentes, pero que el proceso avance o no depende de la Cámara de Representantes y, en particular, de la comisión de Asuntos Judiciales de este órgano.

    Si la Cámara decidiera estudiar en algún momento el caso contra el presidente Trump, el trabajo de examen y conveniencia de lanzar el impeachment lo haría esta comisión, que en un procedimiento así es la encargada de elaborar los artículos contra el presidente (las irregularidades o delitos de los que se le acusa) y de aprobarlos por mayoría. Sus actuales pueden tener una responsabilidad inédita en décadas.

    La comisión está compuesta ahora por 24 republicanos y 17 demócratas y está presidida por el republicano de Virginia Robert Goodlatte, que puede convertirse en una de las figuras clave en los próximos meses.

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    ¿Puede el Congreso destituir a Donald Trump?

    Quién es Goodlatte

    Goodlatte es un republicano centrista que se ha adaptado bien a la era Trump. Es un veterano del Congreso (tiene escaño desde 1993), está acostumbrado a trabajar con demócratas, rechazó las llamadas al impeachment del presidente Barack Obama o del director de la agencia federal de impuestos que pedían los más radicales, tardó en apoyar a Trump y cuando lo hizo fue con poco entusiasmo.

    Pero no retiró el apoyo al candidato como otros colegas cuando se publicó el video en el que Trump presumía de acosar a mujeres y le ha respaldado en algunas decisiones controvertidas como el veto de entrada de ciudadanos de siete países que la Casa Blanca tuvo que retirar.

    Su posición electoral es delicada. Representa a un distrito donde ganó Trump pese a perder Virginia y ha tenido que defender su posición contra republicanos a su derecha en las primarias del partido.

    Lo que le hizo famoso esta legislatura fue su iniciativa para que la oficina de control ético del Congreso dejara de ser independiente. Hasta Trump lo criticó y los republicanos dieron marcha atrás.

    En 2011, Goodlatte tuvo la idea de que los congresistas leyeran la Constitución de Estados Unidos para inaugurar la nueva sesión. Según él, era una manera de complacer a los ciudadanos que se quejaban de que "el Congreso ha ido más allá de los poderes que le da la Constitución".

    Los demócratas

    El que tiene el máximo rango junto a él entre los demócratas en esta comisión es John Conyers, de Michigan y el decano de la Cámara. Tiene 87 años y es congresista desde 1965. Es uno de los demócratas más críticos con Trump. Ya en diciembre dijo que el presidente sería "el próximo Richard Nixon" y en enero no fue a la toma de posesión.

    Conyers tiene capacidad para empujar a sus colegas y tiene a su lado a experimentados y muy activos congresistas críticos de Trump como Sheila Jackson Lee, de Texas, o Luis Gutiérrez, de Illinois. Pero, como es habitual, la clave son los del partido que tiene la mayoría y el análisis de quién puede pasarse al bando de los críticos con Trump si la comisión tiene que decidir.

    Los republicanos

    Entre los republicanos de esta comisión están algunos de los grandes defensores de Trump, como Blake Faranthold o Lamar Smith, de Texas, Steve King, de Iowa, Tom Marino, de Pensilvania, o Darrell Issa, de California, que incluso levantó un dedo con un gesto despectivo a una reportera que se le acercó el martes a preguntarle por la revelación de The New York Times del memorándum de James Comey. Raúl Labrador, un congresista muy conservador de Idaho, también podría estar entre los potenciales aliados de Trump aunque el presidente le atacó en Twitter por rechazar la primera versión de su plan de salud.

    En la comisión hay media docena de republicanos que han mostrado su escepticismo sobre Trump en el pasado o que cuestionan su actuación ahora respecto a la investigación rusa o el despido del director del FBI.

    Los más críticos

    El republicano que más dispuesto podría estar a votar contra Trump es Steve Chabot, de Ohio, que ha criticado a Trump por no tener "clase" ni "dignidad" y se queja a menudo de sus tuits. Tras su victoria, le sugirió que pidiera perdón a hispanos, musulmanes y otros grupos que hubiera podido ofender. Es conservador así que le ha gustado la elección del nuevo miembro del Tribunal Supremo y quiere acabar con el plan de salud de Obama, pero hace unas semanas aseguró que todavía no tenía claro si el presidente estaba teniendo éxito o no.

    A diferencia de otros colegas, Chabot también ha cuestionado a Trump como presidente. En febrero, le pidió que dejara de atacar a los medios. "Creo que has cruzado la línea cuando dijiste que los medios son el enemigo del pueblo americano", escribió. "La Primera Enmienda que protege a la prensa, y a todos nosotros, también te protege a ti. Pero tú eres el presidente de Estados Unidos. La gente escucha con atención lo que dices".

    También criticó el despido de Comey, pidió "respuestas" y defendió la labor del exdirector del FBI. "El hecho de que a veces enfadara a los demócratas y a veces a los republicanos, probablemente significa que estaba haciendo un buen trabajo en circunstancias muy difíciles. Es esencial que el FBI siga operando como un órgano de investigación independiente, libre de cualquier influencia indebida de los brazos políticos del gobierno", dijo en un comunicado.

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    El otro republicano que Trump podría temer es Jason Chaffetz, de Utah y que también es el presidente de la comisión de control del gobierno en la Cámara. Apoyó de manera reticente a Trump en las primarias, le retiró el apoyo por el video y luego votó por él en noviembre.

    Chaffetz ha pedido al FBI los memos de Comey y otros materiales relacionados con el presidente y el exdirector y ha invitado a Comey a testificar en público en su comisión.

    Chaffetz ya ha anunciado que no concurrirá a la reelección en las legislativas de 2018 y que no terminará su mandato. Uno de sus posibles planes es presentarse a gobernador de Utah, donde los republicanos son reticentes a Trump. La cuestión es qué le dará tiempo a hacer antes de dejar el escaño y quién será su sustituto.

    Los reticentes

    Hay al menos otros cuatro republicanos en la comisión que han guardado distancias con Trump.

    Trey Gowdy, de Carolina del Sur, se retiró como posible candidato a director del FBI porque, según dijo, "no era la persona adecuada" porque era un político y cree que el cargo tiene que estar libre de esa "mancha".

    En las primarias republicanas apoyó a Marco Rubio. Fue el líder de la comisión que investigó la actuación del Departamento de Estado antes y después del atentado contra el consulado de Bengasi. Trump dijo que la comisión había sido "un desastre". Ha defendido las políticas de Trump, pero dijo por ejemplo que no había ninguna evidencia de que le hubieran intervenido el teléfono como sostenía el presidente.

    Mike Bishop, de Michigan, ha pedido explicaciones sobre el uso de la información clasificada del presidente en su reunión con los rusos.

    Entre los posibles críticos, también está Martha Roby, de Alabama, quien dijo que no votaría por Trump después de la publicación del video en que el candidato presumía de su acoso a las mujeres. Ahora lo apoya, pero por ejemplo se quejó de que el presidente no hubiera consultado al Congreso antes de decretar el veto de entrada de ciudadanos de siete países.

    Además, Jim Sensenbrenner, de Wisconsin, ha pedido explicaciones a la Casa Blanca sobre qué dijo exactamente el presidente a los rusos en el Despacho Oval. Él participó en el proceso de Bill Clinton por obstrucción a la justicia. Es un conservador que en las primarias apoyaba a Ted Cruz.

    El baño de Nixon

    Estos republicanos y su posición electoral en 2018 pueden marcar la agenda de los próximos meses. Sus decisiones pueden influir en el presidente en un escenario extremo.

    El 27 de julio de 1974, seis republicanos de la comisión de asuntos judiciales votaron con los demócratas a favor del primer artículo de impeachment de Richard Nixon. Ese día el presidente estaba en su casa de San Clemente, en California. Acababa de salir de un baño en el océano y se estaba cambiando cuando su portavoz le avisó. Cuando supo que los republicanos habían votado por el impeachment se empezó a dar cuenta de que su dimisión estaba cerca.


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