Trump califica Berlín de "acto terrorista" y atropella la cautela que pide Alemania
En su primera reacción ante un evento internacional con visos de atentado extremista, el presidente electo Donald Trump cometió el desliz de calificar y asignar responsabilidades aún cuando las autoridades de Alemania siguen pidiendo cautela para saber qué pasó con el hombre que con un camión mató a 9 personas al embestirlas en un mercado navideño en Berlín.
“Nuestros corazones y oraciones están con los seres queridos de las víctimas del horrible ataque terrorista de hoy en Berlín”, empieza en un comunicado de la oficina del equipo de transición, cuando las autoridades alemanas no han concluido aún la naturaleza del hecho.
“Civiles inocentes fueron asesinados en las calles cuando se preparaban para celebrar la Navidad. ISIS (Estado Islámico) y otros terroristas islámicos continuamente asesinan cristianos en sus comunidades y centros de oración como parte de su yihad global”, continuó. “Estos terroristas y sus redes regionales y mundiales deben ser erradicadas de la faz de la Tierra, una misión que llevaremos a cabo con todos los socios amantes de la libertad”, acotó. Hasta el momento, este hecho no ha sido reivindicado por ninguna organización extremista.
Mientras el presidente electo estadounidense concluye, sin esperar resultados de los investigadores, los responsables y sus motivaciones, en Alemania el gobierno advierte que es pronto para saber qué pasó, aunque los medios aseguran que el móvil del terrorismo es una de las líneas de investigación.
De reacciones rápidas
No es la primera vez que Trump se adelante a los expertos policiales o de inteligencia. Lo hizo luego del atentado perpetrado con un camión en Niza, Francia, o tras la masacre en el bar Pulse de Orlando en junio pasado.
Pero, en esas ocasiones, Trump era solo el virtual nominado presidencial del Partido Republicano para los comicios de noviembre, por lo que con todo y lo inconveniente que fuera su opinión era todavía un “ciudadano privado” con derecho a su opinión y a expresarla.
Y aunque ese derecho no desaparece por haber sido elegido presidente, su investidura recomienda un poco más de cautela a la hora de reaccionar a eventos que potencialmente pueden tener impacto en la paz mundial y las relaciones con países, sean estos amigos o no tanto.
Trump, el hombre que dentro de un mes será el presidente de la mayor potencia del mundo, que manejará los organismos de inteligencia que ayudan a dilucidar responsabilidades y consecuencias de eventos como el ocurrido en Berlín.
O como el registrado también este lunes en Ankara, donde el embajador ruso en Turquía, Andrei Karlov, fue asesinado por un hombre identificado como un oficial de la policía mientras daba un discurso en una galería. Si bien el mismo presidente turco, Tayyip Erdogan, dijo que deben dilucidar "quién está detrás de la mano del asesino", Trump ya catalogó este incidente como un "ataque terrorista" en su cuenta de Twitter, involucrándose en un hecho sensible y que probablemente incidirá en la frágil relación entre Turquía y Rusia.
Con seguridad, en la comunidad de inteligencia, como en la política, muchos preferirían que el jefe de la Casa Blanca se tome su tiempo para evaluar y que no mezcle en el mismo mensaje de condolencia la adjudicación de una responsabilidad que todavía los investigadores no se atreven a señalar.
Cautela futura
Las relaciones con aliados importantes -como en este caso Alemania- puede verse afectada si el presidente de Estados Unidos sale de pronto a la opinión pública a ofrecer información que puede no estar aún bien fundamentada o que vaya en contra de los intereses estratégicos del país afectado.
Pero ya sabemos cómo Trump suele saltar desde el resorte de su necesidad de “llamar las cosas por su nombre”, generalmente a través de su cuenta de Twitter, para hacer evaluaciones que lejos de tranquilizar ayudan a alimentar el escándalo y la sensación de zozobra entre la población.
También hemos visto, a raíz de la investigación sobre el supuesto hackeo ruso durante las elecciones, cómo dice desconfiar de las mismas agencias de inteligencia de las que dependerá para tomar decisiones cruciales desde la Casa Blanca.
Por ahora, las opiniones de Trump son las de un presidente en ciernes, es decir, no condicionan la política internacional de Washington, pero en pocas semanas eso cambiará y es ahí donde se espera que pueda ser más mesurado a la hora de comentar eventos de este tipo.
