Gobierno de Trump despide a fiscales de casos por el asalto al Capitolio y planea echar a agentes del FBI
El gobierno del Donald Trump despidió este viernes a más de una docena de fiscales involucrados en los casos abiertos contra los seguidores del presidente que asaltaron el Capitolio en 2021, y exigió los nombres de los agentes del FBI involucrados en esas mismas investigaciones para posiblemente ser también despedidos.
El secretario de Justicia adjunto interino, Emil Bove, ordenó los despidos de los fiscales días después de que Trump indultara a más de 1,500 personas procesadas por los disturbios tras su derrota electoral frente a Joe Biden, según un memorando obtenido por The Associated Press.
Además, otro memorando de Bove identificó a más de media docena de altos ejecutivos del FBI a quienes se les ordenó renunciar o ser despedidos para el lunes.
También solicitó los nombres y registros relacionados con todos los agentes que trabajaron en las investigaciones sobre los disturbios en el Capitolio.
El director interino de la agencia aseguró que esa lista podría contener miles de nombres.
Las medidas anunciadas reflejan la determinación de la Casa Blanca de ejercer control sobre la policía federal y purgar a las agencias de funcionarios de carrera que el nuevo presidente considera insuficientemente leales, sobre quienes ya anunció "represalias" durante su campaña.
Trump negó tener conocimiento de los despidos en el FBI
Bove, quien defendió a Trump en sus casos penales antes de formar parte del gobierno, indicó que funcionarios del Departamento de Justicia llevarían a cabo un “proceso de revisión para determinar si se requiere tomar acciones adicionales sobre el personal”.
“Como hemos dicho desde el momento en que aceptamos asumir estos papeles, nos vamos a apegar a la ley, a la política del FBI y a hacer lo que sea en el interés de la fuerza laboral y del pueblo estadounidense, siempre”, escribió el director interino del FBI, Brian Driscoll, en una carta dirigida al personal.
Los fiscales que fueron despedidos de la fiscalía federal en el Distrito de Columbia habían sido contratados para ejercer labores temporales de apoyo a los casos relacionados con el asalto al Capitolio, pero fueron trasladados a cargos permanentes después de la victoria presidencial de Trump en noviembre, según el memorando obtenido por la AP.
Bove advirtió que no “toleraría acciones subversivas de personal por parte del gobierno previo”.
Cuando se preguntó a Trump este viernes si tenía algo que ver con las medidas tomadas contra los agentes, respondió: "No, pero tenemos a gente muy mala allí. Fueron utilizados como arma a un nivel nunca visto antes. Fueron tras mucha gente, como yo. Si despidieron a algunas personas allí, eso es algo bueno, porque eran muy malas".
Antes de confirmarse la noticia, la Asociación de Agentes del FBI ya había calificado los despidos como "acciones escandalosas de funcionarios en funciones que están fundamentalmente en desacuerdo con los objetivos de aplicación de la ley delineados por el presidente Trump y su apoyo a los agentes del FBI".
"Despedir potencialmente a cientos de agentes debilitaría gravemente la capacidad del Buró para proteger al país de la seguridad nacional y las amenazas criminales y, en última instancia, correría el riesgo de preparar al Buró y a su nuevo liderazgo para el fracaso", declaró en un comunicado.
Lo cierto es que cualquier despido supone un gran golpe a la tradicional independencia de la Casa Blanca respecto a la principal agencia federal de aplicación de la ley.
La medida sigue en sintonía con la anunciada represalia de Trump contra funcionarios a quienes considera sus enemigos políticos, y que ya concretó con el despido de cerca de una veintena de inspectores generales de varias agencias gubernamentales hace unos días y el despido de los fiscales del equipo del fiscal especial Jack Smith que investigó a Trump en sus casos penales.
La furia de Trump sobre el FBI
Preguntado al respecto durante su audiencia de confirmación el jueves, el nominado de Trump para dirigir el FBI, Kash Patel, dijo que no estaba al tanto de ningún plan para despedir o castigar a empleados involucrados en las investigaciones de Trump.
Patel aseguró que, si era confirmado en el puesto, se comprometía a seguir los procesos de revisión interna del FBI para tomar posibles medidas.
Antes de ser nominado para el puesto de director, Patel ya había mencionado en al menos una aparición en un podcast sobre la existencia de lo que llamó "conspiradores" anti-Trump en el gobierno y los medios de comunicación.
Trump ha expresado durante años su furia contra el FBI y el Departamento de Justicia por las investigaciones que ensombrecieron su presidencia, incluida una investigación sobre los vínculos entre Rusia y su campaña de 2016, y que continuaron durante los últimos cuatro años.
Trump despidió al entonces director del FBI, James Comey, en medio de la investigación sobre Rusia y luego reemplazó a su segundo, Christopher Wray, apenas semanas después de ganar las elecciones en noviembre pasado.
El FBI y el equipo del fiscal especial Jack Smith investigaron a Trump por sus esfuerzos para anular las elecciones presidenciales de 2020 en las qu eperdío frente a Joe Biden y por el mal manejo de documentos clasificados en su propiedad de Mar-a-Lago en Florida.
Ambos casos resultaron en acusaciones que fueron retiradas después de su victoria en las elecciones, debido a la política de larga data del Departamento de Justicia que prohíbe el procesamiento federal de un presidente en funciones.
El Departamento de Justicia también presentó cargos contra más de 1,500 seguidores de Trump en relación con los disturbios en el Capitolio, aunque Trump, en su primer día en el cargo, perdonó a todos ellos, incluidos los condenados por delitos violentos, mediante indultos, conmutaciones de penas y desestimaciones de acusaciones.
Esta semana, el Departamento de Justicia despidió a más de una docena de fiscales que trabajaron en las investigaciones de Smith, y a un grupo de altos ejecutivos del FBI, incluidos varios subdirectores ejecutivos y líderes de oficinas de campo en grandes ciudades, a quienes se les dijo que renunciaran o serían despedidos el lunes.
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