La hermana de Kim Jong Un se estrecha la mano con el presidente de Corea del Sur, un hito en las relaciones entre los dos países
Desde 1953, tras el fin de la Guerra de Corea, ningún miembro de la 'dinastía' comunista norcoreana pisaba el país vecino. Este viernes, después de 65 años de distanciamiento absoluto, Kim Yo Jong, la influyente y misteriosa hermana del gobernante Kim Jong Un, llegó a Seúl con motivo de los Juegos Olímpicos de Invierno que empezaron en Pyeongchang.
Yo Jong, quien se cree ronda los 30a años, ha ganado presencia en el liderazgo norcoreano y se considera una de las pocas personas que tiene la absoluta confianza de Kim Jong Un, el máximo jerarca de la nación asiática. El año pasado, su hermano la ascendió a miembro suplente de la oficina de toma de decisiones del Comité Central del Partido.
El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, planea reunirse con Kim Yo Jong y otros altos cargos de la hermética nación que han viajado a su país en un gesto que, más allá de lo deportivo, intenta romper el aislamiento diplomático con el fin de aplacar las sanciones internacionales que recaen sobre Pyongyang por el desarrollo de su programa de armas nucleares.
La propia hermana de Kim ha sido incluida en una lista de sanciones estadounidenses por sus presuntos vínculos con abusos a los derechos humanos en Corea del norte.
Kim Yo Jong forma parte de una delegación norcoreana notable.
Está encabezada por Kim Yong Nam, el poderoso jefe del presidio del parlamento de Corea del Norte, quien es el máximo representante del régimen norcoreano que pisa el suelo del país vecino.
El presidente Moon y el jefe de Estado norcoreano se saludaron este viernes durante la recepción de dirigentes organizada en la ciudad surcoreana de Pyeongchang antes de la ceremonia inaugural de los juegos olímpicos, anunció la agencia de prensa surcoreana Yonhap.
Los representantes de los dos estados rivales, visiblemente distendidos, intercambiaron sonrisas mientras se estrechaban la mano.
Los medios de comunicación surcoreanos especularon con la posibilidad de que Kim Jong Un envíe un mensaje personal a Moon a través de su hermana y, si lo hace, si éste incluirá una propuesta de cumbre bilateral.
Parte del acercamiento político se vio esta mañana en el desfile conjunto a las dos delegaciones en la ceremonia inaugural de los Juegos-2018 de Invierno en Pyeongchang, bajo la bandera de la unificación coreana -silueta de la península en color azul sobre fondo blanco. El gesto recibió una gran ovación de los 35,000 espectadores reunidos en el estadio olímpico, bajo la mirada del presidente surcoreano y de Yo Jong.
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, que llegó a Corea del Sur en la víspera de la inauguración olímpica, también se reunirá por separado con Moon. Pence está presionando para que Seúl adopte una posición más firme hacia Pyongyang y llamó la atención sobre los esfuerzos “propagandísticos” norcoreanos durante la cita deportiva.
En la víspera del arranque de los Juegos, decenas de miles de soldados norcoreanos desfilaron el jueves por Pyongyang acompañados de tanques y camiones con lanzadores de misiles, para celebrar el 70mo aniversario de la fundación del ejército. Kim Jong Un dijo a la multitud que el acto presentó a la nación como una “potencia militar global”.