Sonaban los disparos mientras ella rezaba en voz alta: así revivió una sobreviviente la masacre de Charleston

Todos rezaban con los ojos cerrados en la iglesia metodista Emanuel African, en Charleston, Carolina del Sur, cuando empezó el tiroteo ese 17 de junio de 2015. Dylann Roof había comenzado a acribillar a los feligreses con su pistola Glock calibre .45. Polly Sheppard, de 72 años, se refugió debajo de la mesa en la que estaban reunidos y comenzó a rezar en voz alta mientras sonaban las balas.
"¿No te he disparado aún?", le preguntó Roff a la mujer, según contó este miércoles a los jurados en la sala. Ella respondió que no y él le replicó: "No te voy a disparar. Te voy a dejar viva aquí para que cuentes la historia", recordó Sheppard.
Como parte de su declaración, también se escuchó la cinta con la grabación de la llamada a emergencias en la que la sobreviviente pidió ayuda luego de la tragedia.
Polly Sheppard fue la última de las víctimas que dio su testimonio en el juicio contra Roof. Justo después de que narró lo ocurrido, el joven aseguró que prefería no testificar, según cuenta la agencia Reuters.
Luego, un patólogo forense de la Universidad Médica de Carolina del Sur, Erin Presnell, hizo un recuento de las heridas por las que murieron las nueve víctimas. Muchos de los familiares prefirieron salir de la sala.
Presnell habló de Myra Thomson, que recibió al menos ocho disparos. De Susie Jackson, de 87 años y la de mayor edad entre los fallecidos, que recibió al menos 10 tiros. Y de la reverenda Clementa Pincknet, que murió de cinco balazos.
El 17 de junio de 2015, Roof –que se autodefine como un nacionalista blanco– ingresó a la iglesia donde se desarrollaba una clase de estudio de la Biblia y tomó asiento por unos 15 o 20 minutos en una de las mesas donde estaba reunido el grupo de feligreses. Luego, sacó el arma y disparó: mató a algunos y otros lograron esconderse debajo de la mesa y salvar su vida.
Está acusado de 33 cargos criminales, incluyendo crimen de odio.
Los fiscales del caso aseguran que el joven de 22 años había planificado la masacre durante meses, que actuó con un "corazón frío", que compró municiones y el arma, que se preparó física y mentalmente para asegurarse de "que haría lo que tenía que hacer" y que exploró las actividades de la iglesia y sus horarios.
Otros sobrevivientes que han testificado en el juicio, aseguran que Roof cometió los asesinatos con extrema maldad y que, mientras disparaba, acusaba a los feligreses negros de violar a las mujeres y apoderarse de Estados Unidos.
Por la masacre, Roof podría enfrentarse a la pena de muerte, solicitada por el fiscal del caso. En una audiencia previa pidió ocuparse de su propia defensa una vez que se toque este tema.
La matanza de Charlestone sumó un episodio más de consternación para Estados Unidos, un país sumido en una serie de ataques que ponen en evidencia sus tensiones raciales. Y tras la victoria de Donald Trump en las presidenciales, los incidentes de odio de grupos supremacistas blancos contra inmigrantes, negros y musulmanes se han incrementado.
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