Gusto amargo en la boca y dolor de estómago: ¿no será reflujo?
Una condición común y que causa gran incomodidad: hablamos del reflujo. Este consiste en el retorno del ácido estomacal al esófago luego del inicio de la digestión, que puede generar consecuencias graves para el cuerpo, desde irritación en el revestimiento del esófago hasta llagas.
El reflujo ocurre cuando el esfínter esofágico inferior, un músculo en forma de anillo que separa el esófago del estómago, es incapaz de cerrarse completamente luego de la ingesta de alimentos o líquidos, de acuerdo a Healthline. Si este músculo no funciona bien, permite que el ácido y el contenido del estómago suba hacia el esófago e incluso hasta la garganta.
Síntomas de reflujo, además de gusto amargo y dolor
Como el ácido no tiene muy buen sabor, el reflujo provoca un desagradable gusto amargo en la boca. Además, el proceso también genera incomodidad en el estómago, un ardor que se puede extender hacia la parte alta del esófago. Estas son algunas otras señales de reflujo:
Náuseas luego de las comidas
El reflujo suele suceder hasta una hora después de comer. Es el gusto amargo o ácido en la boca que los jugos estomacales dejan lo que hace que sientas que quieres lanzarlo todo. Muchas veces esto puede llegar a provocar vómitos.
Sensación de quemazón
La acidez es el síntoma más común de reflujo. Si la válvula entre tu estómago y tu esófago no impide que los contenidos pasen de un lado a otro, experimentarás ardor en la boca del estómago y a la altura del pecho, que puede ser ligero o muy doloroso.
Irritación en la garganta
El efecto del ácido puede ser irritante para la garganta, que no tiene un recubrimiento que la proteja de este. El reflujo puede causar, entonces, una tos seca. También puede presentarse como el sentimiento de un bulto en la garganta. Las personas con reflujo pueden sentir la necesidad de toser o aclararse la garganta muy seguido.
Dificultad al tragar
El reflujo puede irritar la garganta al punto de provocar intenso dolor al tragar. Esta condición se llama disfagia, y, según Healthline, afecta al menos a 1 de cada 25 adultos cada año. Además de la dificultad al tragar, el reflujo también puede causar voz áspera.
Otros signos de reflujo incluyen ronquidos, nariz congestionada y dolor en los oídos.
Cómo evitar y tratar el reflujo
La primera recomendación para quien sufre de reflujo y quiere prevenir futuras apariciones es evitar el consumo de alimentos que aumentan la acidez del estómago. El reflujo puede aparecer especialmente después de una comida con mucha grasa, frita o muy picante. Otros detonantes pueden ser el café o el té, el alcohol, las bebidas con gas, el chocolate, la menta y vegetales picantes como el ajo y la cebolla. Cuando comas, hazlo lentamente, masticando bien los alimentos. Practica dejar descansar el tenedor entre cada bocado.
Además, según la Mayo Clinic, deberías evitar comer tarde por la noche, ya que al acostarte tienes más probabilidades de sufrir reflujo por la posición del cuerpo. Si aun así no puedes evitar el reflujo por la noche, eleva las patas delanteras de la cama con bloques, de 15 a 23 cm. Colocar más almohadas no funcionará. Evita la posición horizontal por tres horas, por lo menos, después de comer.
Otros factores de riesgo son la obesidad y el embarazo. Si tienes obesidad y los síntomas de reflujo son insoportables, considera comenzar un régimen para bajar de peso. Cuando estás embarazada, tu útero será el órgano más grande, y empujará los otros hacia arriba y atrás, presionando tu estómago, con lo que se hace más fácil que sus contenidos viajen hacia arriba. Esta nueva disposición de los órganos es natural y los síntomas de acidez desaparecerán una vez nazca tu bebé y el útero vuelva a su tamaño anterior.
Usar ropa suelta en el tronco superior mejorará tus síntomas de reflujo, ya que no tendrás nada presionando tu estómago. Esto vale también para los pantalones de tiro alto.
Los medicamentos pueden ser un gran alivio para las personas que sufren de reflujo todos los días, pero si quieres comenzar a tomarlos, es mejor que te los recete un médico.
Por último, la ansiedad, la depresión o el estrés pueden ser factores detonantes para esta condición. Los tratamientos para aliviar sus síntomas, como la meditación, los masajes o el ejercicio físico, pueden también hacer retroceder los del reflujo.
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