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    Desde tanques militares hasta sistemas satelitales: Nicaragua se convierte en el mayor enclave ruso en Centroamérica

    La creciente presencia militar rusa en Nicaragua inquieta a la región. Desde 2007, Rusia ha enviado desde granos hasta tanques militares al país centroamericano, donde ha comenzado a instalar el sistema satelital Glonass.
    23 May 2017 – 12:50 PM EDT
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    Los presidentes de Rusia y Nicaragua, Vladimir Putin y Daniel Ortega. Crédito: David Maris / Univision

    MANAGUA, Nicaragua.- La tarde del once de julio de 2014, el presidente Vladimir Putin aterrizó de sorpresa en el aeropuerto internacional de Managua. El avión presidencial Ilyushin Il-96-300PU provenía de Cuba. El mandatario ruso fue recibido con efusividad por su homólogo nicaragüense, Daniel Ortega. Ambos se fundieron en un abrazo de camaradas. De esa forma celebraban en persona la cooperación económica y militar que El Kremlin proporciona a Managua, misma que es vista con recelos por Estados Unidos y otros países de la región centroamericana.

    “Es una agenda muy amplia la que tenemos con usted, con su pueblo, en la que hemos venido avanzando de manera sostenida”, expresó esa vez Ortega ayudado de un traductor. Una agenda cuyo fuerte es la cooperación militar y el rearme del Ejército de Nicaragua, al que analistas independientes no le encuentran sentido lógico ya que no se vislumbran conflictos bélicos, pero sí un interés particular de Putin en la región.

    Las relaciones ruso-nicas se reactivaron en 2007, cuando el mandatario sandinista regresó al poder. El estrechamiento de ellas fue reanudado después de la derrota del sandinismo en 1990 y la caída de la extinta Unión Soviética. Putin empezó a enviar a Nicaragua granos básicos (especialmente trigo), y vehículos de transporte (taxis y autobuses). Sin embargo, los envíos moscovitas pronto llamaron la atención regional.

    En abril de 2016 Rusia fletó hacia Managua 50 tanques de guerra T-72B1. El financiamiento de la operación –cifrada en 80 millones de dólares– fue poco clara, pero tras la presión internacional para conocer más al respecto, el jefe de las fuerzas armadas nicaragüenses, el general Julio César Avilés, aclaró que había sido una donación rusa.

    Además de los tanques, Nicaragua recibió cuatro lanchas patrulleras rápidas Mirazh 14310 con ametralladoras, dos barcos misileros 1241.8, y un número no especificado de aviones de combate y entrenamiento Yak-130. La justificación oficial es el combate al narcotráfico y la protección de las aguas del Caribe, cuya jurisdicción fue dada a Nicaragua por la Corte Internacional de Justicia, tras un largo diferendo con Colombia.

    Prontamente, el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, criticó la “carrera armamentista de Nicaragua”. La cooperación de El Kremlin abarca también la construcción del centro de capacitación militar Antidrogas de Centroamérica, ubicado en un reparto residencial en Managua.

    ¿Una base para el espionaje?

    El principal socio comercial de Nicaragua, Estados Unidos, también ha comenzado a inquietarse con la relación de Putin y Ortega. El Kremlin instala en Nicaragua el sistema satelital Glonass, una versión del GPS norteamericano. La reciente construcción de una estación en el borde del cráter de la laguna de Nejapa, en la capital nica, levantó sospechas en Washington.

    Un amplio reportaje publicado por el Washington Post cita que funcionarios del gobierno norteamericano sospechan que la estación del Glonass tiene “un doble uso”: “Para el espionaje electrónico dirigido a Estados Unidos. Los analistas de seguridad ven los movimientos militares en Centroamérica como una posible refutación a la creciente presencia militar estadounidense en Europa del Este, mostrando que Rusia también puede apoyarse en el patio trasero de Estados Unidos”.

    Juan González, quien fue subsecretario adjunto de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental durante la istración del presidente Barack Obama, alertó que la presencia rusa en Nicaragua debería “alarmar”. “ Nicaragua ofrece una cabeza de playa para Rusia para ampliar sus capacidades de inteligencia, elección e intromisión cerca de los Estados Unidos”, dijo.

    El exvicecanciller de Nicaragua, Víctor Hugo Tinoco, dijo a Univisión Noticias que en esta relación Moscú–Managua convergen dos intereses distintos. Por un lado, los de Putin: “Los rusos buscan cómo desarrollar su plataforma para tener una especie de carta de negociación frente al gobierno norteamericano, ahora que demanden que liberen de presión algunas zonas cercanas a sus fronteras”.

    Mientras que el de Ortega tiene que ver más con su propia supervivencia: “ El interés ruso se complementa o coincide con el interés de Ortega de que necesita tener un socio fuerte del cual colgarse. Piensa que puede colgarse para conseguir algún tipo de ayuda económica, algún tipo de crédito, ahora con la fuerte disminución de la cooperación venezolana”, analizó Tinoco.

    Mientras este acomodo sucede en Nicaragua, y en Estados Unidos Donald Trump tiene su propio problema ruso que lo acerca peligrosamente al impeachment, el mismo presidente estadounidense firmó hace unas semanas una ley que restringe el a fondos del gobierno federal a países que reconocen como Estados independientes los territorios de Abjasia y Osetia del Sur.

    Serían solo cuatro naciones sancionadas en el mundo, entre ellas Nicaragua. Ortega reconoció a los países separatistas de Georgia en 2008, cuando empezaba su coqueteo con Putin. Estados Unidos considera a estos países “territorios georgianos ocupados por Rusia”.

    La Ley HR 244, Consolidated Appropriations Act, tendría efecto inmediato y prohíbe a representantes estadounidenses en organismos financieros internacionales apoyar programas que “violen la integridad territorial y la soberanía de Georgia”.

    “Esa decisión de Ortega de reconocer esos territorios estaba dentro del plan de irse colgando del poder ruso poco a poco”, alertó Tinoco. “Ahora se ha revertido y amenaza a lo inmediato algunos flujos económicos. Fue una medida descabellada”.

    El exvicecanciller afirma que durante la Guerra Fría Nicaragua jugó un papel de peón entre ambas potencias. Pero en la actualidad es diferente. Ve menos ideológico el asunto.

    “Las sociedades globales son capitalistas todas, el problema es que Ortega busca colgarse de Rusia para mantener su régimen sin fin. Ortega mete a Nicaragua en una situación entre dos súper potencias en la que deberíamos no estar”, criticó Tinoco.

    Los gobiernos de Ortega y Putin intercambian constantemente felicitaciones y loas a través de comunicados oficiales. Por ahora, la relación se mantiene sin contratiempos.

    El hecho de que Putin haya sido el primer presidente ruso en visitar Nicaragua es un reflejo de la apuesta rusa en este país centroamericano. Aunque la estadía del mandatario ruso apenas duró unas horas, Ortega dejó clara su iración por él: “iramos y reconocemos y acompañamos las iniciativas que el presidente Putin ha tomado a favor de la paz ante los conflictos mundiales y en particular frente los conflictos que se han venido multiplicando en su región”.

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