¿Ciencia en español o más ciencia en la sociedad?

Por Carmen Graciela Díaz @carmen7graciela desde Puerto Rico
La ciencia en español requiere más pensamiento, más escritura, más divulgación pero, sobre todo, mayor inversión. No basta pensar la ciencia entre acentos y la eñe de la lengua española, sino hacerla y creer en ella lo suficiente como para enseñarla más en las escuelas e invertir más en sus investigaciones.
El escritor mexicano Jorge Volpi, una de las voces clave de la literatura hispanoamericana, compartió ideas así en su participación este jueves en el VII Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) que continúa en Puerto Rico hasta el sábado.
Volpi ha explorado la ciencia, una de sus grandes pasiones, en su literatura que incluye libros como “Leer la mente: el cerebro y el arte de la ficción”.
No extraña entonces su lugar en la plenaria “Ciencia, pensamiento y comunicación en lengua española” donde compartió con expertos como el Premio Nobel de Química 1995, el mexicano Mario Molina, para conversar sobre la relación de la ciencia con la lengua española.
Si bien el inglés es la lengua franca de la ciencia contemporánea, de acuerdo con Volpi, si no se escribe más ciencia en español es porque pese a los sobre 500 millones de hablantes que tiene la lengua española en el mundo, las instituciones científicas no aciertan a competir con las de otros países.
“Nos hallamos en clara desventaja en cuanto al número y calidad de nuestras escuelas, institutos, colegios y documentales por no hablar de nuestros centros de investigación y en el número de artículos, libros, documentales y productos multimedia destinados no tanto a hacer ciencia sino a difundirla y aumentar el interés hacia ella entre los no científicos”, sostuvo Volpi.
¿Cómo es posible que la lengua española sea tan poco utilizada en las comunicaciones científicas?, ¿o que el idioma de Shakespeare supere al de Cervantes en cuanto a divulgación científica?, preguntó Volpi aceptando la burla en su tono.
Lo mejor, de acuerdo con Volpi, es dejar a un lado la competencia entre el inglés y el español y convencer a los políticos de darle prioridad a la ciencia.
Que la lengua española, se utilice, para que la cultura humanística se acerque más a la cultura científica.
“No tendríamos que dedicar nuestros esfuerzos a defender la posibilidad de hacer ciencia en español sino más urgentemente de hacer más ciencia”, dijo Volpi al manifestar que mientras se continúe creyendo que las artes y las humanidades son superiores a la ciencia y la tecnología, eso nos puede arrinconar en el mundo.
“Necesitamos más y mejores científicos capaces de competir con científicos de cualquier otro lugar, promover comunidades científicas locales y autónomas florecientes e invertir en recursos y en formación en tecnología con el mismo interés que otras naciones”, apuntó el escritor.
Lo que queda, reflexionó Volpi, es confiar que la ciencia se traslade eventualmente al centro de la cultura.